7 de enero de 2021 | Florida, Estados Unidos | Por AdventHealth Staff

“Este artículo se originó en los Estados Unidos y se refiere específicamente a las vacunas Pfizer/BioNtech y Moderna, que son vacunas basadas en tecnología RNA. El comentario científico aquí citado se basa en la investigación realizada en torno a esas dos vacunas. Hay otras vacunas eficaces que se están utilizando en otras partes del mundo, cuya calidad y seguridad no están siendo consideradas en este artículo”.  —Editores de Adventist Review

Con la vacuna contra el COVID-19 comenzando ya a estar disponible, muchos están decidiendo si van a aplicársela y cuándo hacerlo.

Mientras el mundo entero fue testigo de un extraordinariamente rápido proceso de elaboración, aunado al diálogo político en torno a este tema, algunas personas en los Estados Unidos y otras partes han sacado sus propias conclusiones que contribuyen a su indecisión o hasta el rechazo de la vacuna. Sin embargo, los expertos en seguridad de las vacunas que han estudiado las nuevas vacunas contra el COVID-19, han encontrado que son seguras y eficaces, lo que significa que tal vez tenemos finalmente un instrumento crucial para mitigar esta pandemia  —a menos que las personas no hagan uso de él.

Además del peligro de la vacilación en cuanto a la aplicación de la vacuna, está la velocidad en que puede diseminarse la mala información y los datos no basados en evidencias, debido a su habilidad para avivar el temor y moldear la opinión no basada en los hechos o en la ciencia. Como parte del proceso de investigación y aprobación, los Centros para el Control y Prevención de las Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) y la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA), deben ajustarse a múltiples niveles de reglamentaciones y medidas de seguridad, a la vez que proveen evidencia transparente y públicamente disponible que presenta los hallazgos de los estudios de investigación que dan evidencia de la seguridad y eficacia de la vacuna.

“Confiamos en la guía proporcionada por la FDA y los CDC en cuanto a la autorización o aprobación y recomendaciones respecto a las vacunas, así como la forma de administrarlas, a quiénes se les debe administrar y otros detalles”, dijo Jeffrey Kuhlman, jefe de control de calidad y seguridad de AdventHealth. “La información disponible sugiere que la primera serie de vacunas disponibles es la más segura y la más eficaz en la historia de la elaboración de vacunas. A diferencia de la aplicada para el sarampión o la poliomielitis, que eran virus en vivo, las vacunas modernas estimulan el sistema natural de inmunidad del organismo por medio de RNA [ácido ribonucleico] inactivo que imita al virus”.

Después de que una vacuna ha sido rigurosamente aprobada como segura y efectiva, se inicia una fase de implementación que ayuda a asegurar una equitativa priorización basada en riesgos de exposición y vulnerabilidad de varias poblaciones de riesgo.

En la primera fase, los trabajadores en el ramo de la salud y servicios de primera respuesta tendrán acceso a la vacuna, ayudando así a proteger a aquellos que están prestando sus servicios a la comunidad en la línea frontal. A partir de ahí, la vacuna estará disponible para aquellos que sufren de otras condiciones médicas simultáneas y subyacentes que los colocan en una situación de alto riesgo, juntamente con adultos mayores que viven congregados en instalaciones o lugares abarrotados. La Fase 2 y las subsecuentes dan prioridad a grupos de personas basándose en ciertas funciones de trabajo y formas de vida que son de alto riesgo, juntamente con el resto de los adultos mayores no incluidos en la Fase 1.

A través de una colaboración sin paralelo entre las instituciones al cuidado de la salud, las agencias gubernamentales y la comunidad de negocios, además de miles de ciudadanos estadounidenses que se ofrecieron como participantes voluntarios en los estudios al respecto, la llegada de la vacuna contra el COVID-19 marca un hito de suma importancia en relación con la habilidad de la humanidad para mantener a raya este virus e iniciar el sendero hacia la recuperación y la sanidad. La dirección que tome esta pandemia de aquí en adelante es responsabilidad de cada persona.

Angeline Brauer, directora de ministerios de salud de la División Norteamericana de los Adventistas del Séptimo Día, ha expresado el punto de vista de la iglesia en relación a la vacunación. “La Iglesia Adventista del Séptimo Día anima encarecidamente a cuidar del bienestar de las personas dentro de nuestra familia, iglesia y comunidad. Contamos con evidencia científica acerca de que las vacunas protegen la salud y seguridad de las personas y las poblaciones; así que, como iglesia, apoyamos la vacunación responsable”.  Como se establece en las pautas respecto a la inmunización, la Iglesia Adventista mundial apoya también la libertad de conciencia y el respeto por las decisiones individuales en relación con la vacunación”, dijo.

La Biblia dice que el cuerpo humano es templo del Señor y tenemos la tarea de protegerlo. Dice también que se debe amar al prójimo como a sí mismo. Durante la pandemia del coronavirus, ambas responsabilidades significan hacer todo lo que se puede para protegernos a nosotros mismos y a otros del COVID-19.

La original version (versión original) de este comentario se publicó en Southern Tidings.

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