“Voy a compartir parte de la historia de cómo el Señor está guiando al Hospital Adventista de Haití, y analizar de qué manera la obra médica misionera que se describe en Isaías 58 es fundamental para el éxito de nuestra misión como iglesia”, dijo el médico Jeffrey Cho. Cho, que es director médico asistente en el Hospital Adventista de Haití (HAH) en Carrefour, Haití, presentó en las sesiones individuales de la Red de Evangelismo Médico Adventista (AMEN) en Indian Wells, California, Estados Unidos, el 29 de octubre de 2021.
Cho, que es médico de medicina familiar y preventiva, se mudó junto con su familia a Haití en 2019, pero actualmente se encuentran en los Estados Unidos mientras aguardan que afloje la inestabilidad actual en el país.
“Debería estar allí en este momento”, reconoció, “pero estamos en los Estados Unidos, aguardando para ver hacia dónde nos guiará el Señor”.
Cómo satisfacer un elevado nivel de necesidadesCho dijo que cuando su familia se trasladó a Haití en diciembre de 2019, se vio impactado por el nivel de necesidad que estaba presente en todas partes. “Jamás viví en un lugar en el que las necesidades básicas de la vida fueran tan aparentes —de vestimenta, una vivienda y educación.
Las necesidades eran interminables, y también lo eran los pedidos de ayuda de parte del personal, los obreros, los pacientes y la comunidad. No estaba seguro de cómo ayudarlos de una manera que les resultara útil”, reconoció Cho.
Explicó que cuando estaba buscando orientación sobre cómo satisfacer esas necesidades, sintió que el Señor lo guio a una compilación de escritos de Elena G. White, una de las fundadoras de la Iglesia Adventista del Séptimo Día, titulada El ministerio de la bondad.
En el prefacio del libro, dijo Cho, se expresa que ese volumen trata de “la delicada obra de alcanzar los corazones y ganar almas mediante la bondad al prójimo”. Cho contó de qué manera él y su personal comenzaron a reunirse cada sábado para analizar dos capítulos por semana, procurando hallar maneras de ponerlo en la práctica.
Una prescripción divina para cada miembro
Cho explicó que cuando estaba leyendo, hallaron el capítulo 3 del libro, que muestra de qué manera el capítulo 58 del libro de Isaías en la Biblia es la clave para comprender el papel de la obra médica misionera. Isaías 58 analiza qué tipo de sacrificios espera Dios de sus hijos cuando ellos se conectan y ponen en contacto con otros necesitados.
También muestra, enfatizó Cho, de qué manera no solo los profesionales de la salud sino cada miembro adventista puede participar de este ministerio. “La santa obra del Maestro fue un trabajo de misericordia. Anímese a nuestro pueblo en todas partes a participar en ella”, leyó Cho del libro de White.Añadió que la obra médica misionera es “una bendición de dos filos”, porque “bendice a los que la practican y bendice a los que la reciben”. Y “es un tratamiento que Dios ha ordenado para despertar a su pueblo, de manera que ayuden a un mundo que sufre”.
Cho contó de qué manera sintió que las promesas de Isaías 58 se cumplieron cuando estuvo en Haití después del terremoto más reciente.
“Nuestro hospital estaba inundado de pacientes, había personas en los pasillos, en el piso, y había gente durmiendo en el parque del hospital. Estábamos muy sobrepasados. Los días eran sumamente atareados de la mañana a la noche. Estos fueron algunos de los días más intensos de mi vida”, expresó.
Pero fue en esos días de los de mayores desafíos que él pudo valorar una vez más el poder de la obra médica misionera para llevar a las personas a una vida de fe en Jesús.
Los ministerios médico y evangélico combinadosNo obstante, para que el ministerio médico misionero tenga éxito, enfatizó Cho, necesita ser combinado con el ministerio del evangelio; en las palabras de White, tienen que “estar unidos”. White también escribió en el libro Servicio cristiano que en el ministerio de Cristo, “la curación y la enseñanza se unían estrechamente. Estas dos cosas no deben ser separadas hoy” (p. 166).
Cho explicó: “La obra médica misionera tiene que estar vinculada estrechamente con el ministerio del evangelio. Sin el evangelio, es tan solo obra médica”. Y añadió: “En mi experiencia, es muy fácil practicar [mayormente] la obra médica”.
Recordó a los que asistían a su presentación que los médicos adventistas a menudo son misioneros por naturaleza. Pero hay algunos obstáculos, explicó. “El deseo de compartir el mensaje con nuestros pacientes está allí, pero tampoco queremos atrasarnos en la clínica y nos gusta [terminar el papeleo], limpiar los cestos y llegar a nuestra casa a una hora decente”. Es la razón por la que a veces, la parte misionera queda relegada, dijo.
Cho habló de su experiencia en Haití. “En Haití, tenía más control sobre mis horarios, pero aun como médico misionero, he hallado que paso la mayor parte del tiempo practicando la obra médica. Sí, es verdad que oro con mis pacientes, y oro antes de las reuniones con el personal, y que le digo a las personas: ‘Que Dios le bendiga’. Sin embargo, en el día a día, aún es tan fácil quedar atrapado en el trabajo del hospital que la parte misionera del ministerio médico misionero a menudo es descuidado”, reconoció.
Viajar a otro continente no nos convierte en misionero, destacó Cho. “Nuestra manera de trabajar y elegir prioridades [en nuestros países de origen] no cambia de manera automática cuando vivimos y trabajamos en el campo misionero”, expresó.
Isaías 58 influye sobre la práctica de la salud adventistaIsaías 58 está relacionado con la obra médica misionera porque muestra cómo alcanzar y ayudar a otros, dijo Cho. Implica liberar a las personas de la esclavitud, quitar cargas, brindarles alimentos”, dijo. “Pero liberar a la gente de la esclavitud de la pobreza, el temor y la inseguridad es más difícil de enfrentar debido a la naturaleza sistemática del problema. No es fácil de arreglar”.
Y existen diferentes niveles de sacrificio, dijo Cho. “No es lo mismo compartir los alimentos cuando uno sabe que tiene más en el refrigerador que compartirlo cuando uno sabe que se quedará con hambre por hacerlo”.
¿Y qué decir de compartir la vivienda con un extraño que necesita un lugar donde alojarse?
“En el [Hospital Adventista de Haití]”, destacó Cho, “he conocido a más de una familia o a miembros del personal que […] han alojado a una persona más necesitada que ellos y les han ofrecido un lugar donde quedarse. Me deja atónito pensar en qué corazón tan grande tienen mis colegas en el Hospital Adventista de Haití”.
Un ejemplo de servicio desinteresado
Hacia el fin de su presentación, Cho contó la historia de Patrick, un médico misionero haitiano que usa de su propio tiempo para visitar, hablar y orar con los pacientes. Cho contó de qué manera Patrick llegó en cierta ocasión a una habitación en la que una paciente se había ensuciado y necesita un pañal. “Si yo hubiera estado allí, habría pensado: ‘Uy, llegamos en el momento equivocado’”, dijo Cho. “Por afuera, habría hecho lo correcto, pero no lo habría hecho con entusiasmo”.
Pero la reacción auténtica de Patrick fue: “¡Me siento tan feliz de que llegamos en el momento adecuado para ayudarla!” Cho explicó: “La reacción de él ejemplifica un amor auténtico por otros, que solo puede ser hallado cuando Cristo está en el corazón”. Y resumió: “La obra médica misionera implica sacrificarse para ayudar a otros por amor, para llevarlos a Jesús. La obra médica misionera es un estilo de vida”.
Traducción de Marcos Paseggi