En el Concilio de Primavera 2022, directivos adventistas comparten las cifras claves y los desafíos aún presentes.

13 de abril de 2022 | Silver Spring, Maryland, Estados Unidos | Marcos Paseggi, Adventist Review

Como movimiento mundial, la Iglesia Adventista del Séptimo Día no está inmune a las realidades económicas imperantes en diversas partes del mundo, dijo Paul H. Douglas, el tesorero de la Iglesia Adventista, en declaraciones al Concilio de Primavera 2022 de la iglesia. Pero la bendición de Dios y una cuidadosa mayordomía han contribuido a resultados financieros positivos en 2021 y a un panorama moderadamente optimista para 2022.

Los comentarios de Douglas fueron parte del Informe del Tesorero del 12 de abril, durante las sesiones del Concilio de Primavera de la Junta Directiva de la Asociación General (GC EXCOM), el organismo más importante de toma de decisiones entre los congresos mundiales quinquenales. Las sesiones reuniones a cientos de líderes de la iglesia, miembros laicos e invitados para sesiones totalmente en línea.

Qué revelan los números financieros claves

Los resultados financieros muestran que en 2021, los gastos de la Iglesia Adventista fueron de 29,3 millones menos que los ingresos y ganancias, reportó Douglas. “Alabamos a Dios [por ello]”, dijo, explicando los elementos claves detrás de este resultado, incluidos los ahorros en las operaciones de la sede y los aumentos positivos en diezmos y ofrendas en muchos campos mundiales.

Douglas también reportó sobre el capital operativo —la diferencia entre los activos corrientes y las deudas corrientes de una organización— y los bienes líquidos — esos que pueden convertirse en efectivo fácilmente. Los líderes de la iglesia han elegido una nueva manera de calcular esos dos indicadores, a medida que la organización se enfoca en cómo responder mejor a una emergencia, para que sus actividades misioneras no se vean interrumpidas.

El nuevo cálculo, explicó Douglas, muestra no solo la cantidad de dinero disponible sino también la cantidad de tiempo que durarían esos recursos si se interrumpiera la fuente de ingresos. “El nuevo reglamento recomienda un mínimo de seis meses para el capital operativo y un mínimo de tres meses en bienes líquidos. Para la Asociación General, creemos que nuestros mínimos deberían fijarse en doce meses y nueve meses, respectivamente”, enfatizó Douglas.

Bajo este nuevo reglamento, informó Douglas, la Iglesia Adventista ha pasado de 12,8 meses a fines de 2020 a 15,2 meses a fines de 2021 por sobre el capital operativo mínimo disponible. De igual manera, las reservas en bienes líquidos se han incrementado de 9,2 meses a 12 meses, expresó.

Ahorros de gastos e incremento en los diezmos

El subtesorero Ray Wahlen compartió el Informe de Tope a los Gastos Operativos de la Asociación General (la sede de la Iglesia Adventista) para 2021. En 2021, reportó, la Asociación General operó a tan solo el 73,31 por ciento del tope asignado por este organismo (el dos por ciento del total de diezmos), un ocho por ciento más bajo que el presupuesto relacionado de gastos. “Este es el nivel más bajo (en concepto de porcentaje del tope) desde que se introdujo esta medición hace más de veinte años”, dijo Wahlen. “Alabamos al Señor por estos resultados”.

Wahlen detalló entonces algunos de los factores que contribuyeron a este resultado positivo. Además de un plan deliberado de mantener un control de los gastos y de algunos ahorros como resultado de algunas limitaciones relacionadas con la pandemia, mencionó que un factor importante fue un incremento de los diezmos globales, que alcanzaron más de 2600 millones de dólares. Estuvo cerca de 500 millones más de lo que habían proyectado los directivos financieros de la iglesia.

Los directivos financieros también reportaron que el aumento de diezmos se vio reforzado por montos extras considerables para apoyar la misión de la iglesia, conocidos por lo general como “diezmo extraordinario”. Los líderes de la Iglesia Adventista dijeron que esos fondos extras no serán incluidos en el presupuesto operativo de la iglesia, sino que serán separados para apoyar iniciativas misioneras de congregaciones locales en diversas partes del mundo.

En total, explicó Douglas, los diezmos se incrementaron no solo en comparación con 2020 sino también con 2019, considerado el último año “normal”.

Los datos sobre las ofrendas, por otro lado, muestran que “la recuperación es mixta”, dijo Douglas. “Aún tenemos algunas divisiones y territorios que muestran incrementos positivos en sus ofrendas en comparación con 2020 y 2019. Sin embargo, el número de puntos de datos para estos incrementos positivos es ligeramente menor que los que se relacionan con el diezmo […]. Hubo aumentos positivos relacionados con 2020, pero que aún están por detrás del nivel de ofrendas que se recibieron en 2019”, reportó Douglas.

Desafíos y riesgos por delante

La recuperación en muchos campos de la iglesia mundial, dijo Douglas, enfrenta una nueva amenaza debido a que el conflicto geopolítico actual posee implicaciones económicas para diversas partes del mundo. “Dado el hecho de que la Iglesia Adventista del Séptimo Día es una organización mundial, y que compartimos recursos entre varios niveles de la iglesia, somos susceptibles al desempeño de las monedas”, en especial en su relación con el dólar estadounidense, explicó Douglas. “En efecto, aproximadamente el ochenta por ciento de los diezmos y ofrendas a la Asociación General no basados en dólares estadounidenses se ven afectados por el desempeño de seis monedas” (el real brasileño, el peso mexicano, el euro, el won coreano, el dólar australiano y el peso filipino).

Douglas explicó que cuando las monedas locales se fortalecen respecto del dólar, esto hace que se envíen más diezmos y ofrendas a la Asociación General, pero cuando esas monedas se debilitan, esto resulta en montos menores. En 2021, las seis monedas principales para el presupuesto de la iglesia fueron más débiles respecto del dólar estadounidense, informó. Pero “hasta el momento en 2022, vemos que el real brasileño, el peso mexicano y el dólar australiano tienen tendencia a fortalecerse, mientras que el euro, el won coreano y el peso filipino siguen debilitados”, expresó.

La Iglesia Adventista no se encuentra inmune a las realidades económicas imperantes y a las turbulencias que esas realidades crean mientras nos dedicamos a la Gran Comisión para alcanzar al mundo para Cristo, enfatizó Douglas. Entre los desafíos por delante, dijo, se encuentra equilibrar el crecimiento y la estabilidad y avanzar hacia mayores niveles de autosostén. También mencionó comprender los cambios de paradigmas que han producido las crisis, las nuevas tecnologías y los cambios en el pensamiento generacional.

Nada que temer y enfocados en la misión

En el momento de la discusión, los miembros de GC EXCOM se acercaron al micrófono virtual para compartir sus pensamientos.

“No suelo comenzar sobre cuestiones financieras, pero hoy no puedo permanecer callada. Es increíble de qué manera Dios está bendiciendo a su iglesia”, dijo Heather Dawn-Small, directora de ministerios de la mujer. “Estoy totalmente atónita ante lo que Dios ha hecho en su iglesia”.

Vivianne Quarrie, una miembro de la Junta Directiva de la Asociación General procedente de Jamaica, en la División Interamericana, concordó con ella. “Hemos sido bendecidos”, dijo Quarrie. “Quiero tan solo agradecer a Dios por lo que ha estado haciendo no solo en el área financiera sino también por nuestros esfuerzos de evangelización en Jamaica”.

Por su parte, Juan Prestol-Puesán, quien fue tesorero de la Iglesia Adventista hasta su reciente jubilación, recordó a los líderes adventistas que la situación financiera actual de la iglesia no es un cheque en blanco. “Dios les dio los fondos antes de tiempo, pero no se sientan felices por demás por ello”, advirtió, a la vez que recomendó gastar teniendo mucho cuidado con el dinero de la iglesia. “Se vienen necesidades, y serán necesidades muy grandes”, expresó.

En resumen, enfatizó Wahlen, el informe financiero de la iglesia “es un testimonio del poder de Dios”. Es también un testimonio de “la fidelidad de sus muchos mayordomos cristianos en diversas partes del mundo”.

Douglas concordó con él.

“No tenemos nada que temer de nuestras finanzas, y no tenemos nada que temer del futuro”, recordó a los miembros de la Junta Directiva. Y “dado que no tenemos nada que temer, enfoquémonos entonces en la misión que se nos ha encomendado […] [porque] él que comenzó la buena obra en nosotros continuará hasta completarla”.

Los miembros de la Junta Directiva votaron 160-0 registrar la recepción del Informe del Tesorero tal cual se presentó.

Traducción de Marcos Paseggi

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