En las profundidades de la pandemia del COVID-19, cuando nuestro mundo estaba confinado a las mascarillas y el distanciamiento social, dos hombres anhelaban una oportunidad de hacer algo significado con su tiempo. El doctor Anthony Kent, secretario asociado de la Asociación General de la Iglesia Adventista del Séptimo Día, y el doctor Torben Bergland, director asociado del Departamento de Ministerios de Salud, pensaron qué hacer.

“Llamé a Torben,” dijo Kent, “y nos preguntamos qué podíamos hacer por nuestra salud física y mental mientras compartíamos nuestra fe. Así fue que nació “I Will Go Ride’”.

El domingo 22 de mayo, Kent, Bergland, y el resto del equipo de ‘I Will Go Ride’ comenzaron una travesía de más de 1200 millas (2000 kilómetros). Están yendo desde Washington D.C. hasta St. Louis para compartir a Cristo con los que encuentren a lo largo del camino. El plan es llegar al Congreso de la Asociación General en St. Louis, Missouri, a las 14:00 del 5 de junio, donde serán recibidos a su llegada por los líderes de iglesia. Continuarán su viaje hasta la Convención CALLED en Lexington después del Congreso de la Asociación General. Los otros seis ciclistas que participan en el recorrido son Glenn Townend, presidente de la División del Pacífico Sur, To Phuong Pham Nguyen, Rob Hansford, Brett Townend, Michael Worker y Russ Willcocks. Aunque esta larga aventura marcará la primera vez en la que varios miembros del equipo recorrerán una distancia tan larga en bicicleta, el viaje no es la primera vez en que se combina el ciclismo con la fe.

Hace más de un siglo, el evangelista colportor pionero Philip Reekie emigró desde Escocia a Australia. Viudo y divorciado, Reekie anhelaba la esperanza y estaba buscando una nueva vida. Cierto día, recibió de regalo un libro que le permitió descubrir maravillosas verdades bíblicas que cambiaron su vida y lo impulsaron a compartir su nueva fe con otros. Inmediatamente, Reekie dejó su trabajó de cincelador y saltó a su bicicleta. Anduvo miles de kilómetros por Australia, buscando “cincelar el amor de Dios y su Palabra en los corazones de las personas”, declara Kent. El compromiso de Reekie con el evangelismo le permitió discipular a miles de vidas, entre ellos, la vida del tatarabuelo de Kent, Thomas Kent.

Quebrantado después del fallecimiento de su esposa que lo dejó con once hijos, Thomas estaba luchando para determinar cómo haría para cumplir con el deseo final de su esposa. Ella les pidió que la familia pudiera reunirse en el cielo cuando Cristo regresara. Cierto día, mientras Kent araba el campo, su duro trabajo se vio interrumpido por Reekie, quien le dio un ejemplar del libro El conflicto de los siglos, de Elena G. White, cofundadora de la Iglesia Adventista.. Fue allí que Thomas encontró la esperanza que tanto necesitaba, llevándolo a compartir sus descubrimientos con sus hijos y vecinos. Este acto resultó en la formación de una iglesia adventista. Desde entonces, muchos individuos han entregado sus vidas a Cristo. Juntos, más de veinte mil personas en Australia han descubierto el amor de salvación de Cristo gracias a un hombre en una bicicleta.

La dedicación que llevó a Reekie y Thomas a compartir el evangelio en la década de 1890 ha inspirado a Kent y a Bergland a hacer lo mismo hoy. Aunque muchos de los ciclistas del equipo, al igual que Bergland, han estado andando en bicicleta por más de treinta años, la travesía de ‘I Will Go Ride’ no será fácil.

“Cada día, andaremos unas cien millas, y estaremos llevando impresos en nuestros uniformes. Estaremos deteniéndonos solo para comer, orar y entregar impresos a otras personas. También descansaremos durante el sábado”, dijo Bergland.

Después de meses de preparación, oración y entrenamiento físico extensivo, varios ciclistas usarán de sus vacaciones anuales del trabajo para participar en el proyecto. Esta iniciativa está patrocinada y cuenta con el apoyo de varias organizaciones, lo que incluye a Misión Adventista y la División del Pacífico Sur. A pesar de ello, los ciclistas cubrirán de su bolsillo sus gastos de alojamiento, comida e indumentaria.

Kent y Bergland comentaron: “Nuestra esperanza mediante ‘I Will Go Ride’ es ver que los adventistas se sientan motivados y entusiasmados por el evangelismo. Queremos que las personas se pregunten: ‘¿Qué puedo hacer?’ Miren allí donde están. ¿Dónde pueden ir? ¿Qué tienen en la mano que les pueda ayudar a compartir el mensaje precioso de Cristo y preparar al mundo para su segunda venida?” Y añadieron: “Nuestro mayor deseo es llevar a tantas personas como sea posible a Cristo, y ayudarlos a prepararse para su regreso”.

Usted puede apoyar la iniciativa ‘I Will Go Ride’ orando para que el equipo tenga una buena travesía y que el Espíritu Santo les dé su bendición durante ella. Por más información sobre la travesía, los ciclistas, y cómo apoyar la iniciativa financieramente, ingrese a https://www.iwillgoride.org/.

También puede seguir el viaje diario de los ciclistas y enviar mensajes de apoyo en https://www.instagram.com/iwillgoride.

Traducción de Marcos Paseggi

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