Una escuela digital en zona rural

ADRA Rumanía establece exitosamente nueva iniciativa para apoyar estudiantes de zonas rurales.

25 de julio de 2022 | Rumanía | ADRA Rumanía, División Intereuropea y Adventist Review

La comunidad Poiana Teiului en el condado de Neamț, Rumanía, tuvo recientemente razones para celebrar. La ocasión se debió a la realización del proyecto de la Agencia de Desarrollo y Recursos Asistenciales (ADRA), “Una Escuela Digital en el Campo”.

A través de este proyecto, ADRA Rumanía contribuyó a mejorar las condiciones educacionales de los 372 estudiantes inscritos en la escuela secundaria Iustin Pârvu, en Poiana Teiului.
ADRA Romanía adquirió equipo de tecnología de la información para un innovador enfoque en el campo de la educación. El propósito era ampliar el uso de tecnología de la información y de la comunicación en actividades de enseñanza, aprendizaje y evaluación. El nuevo equipo para uso en el aula abre el camino para el aprendizaje digital como una alternativa, de manera que llegue a ser una forma de estudio interactiva y atractiva.

El proyecto “Una Escuela Digital en el Campo” fue lanzado en octubre de 2021 y la inauguración oficial se llevó a cabo a principios de 2022. El objetivo de este proyecto, a un costo de 7,560 euros, fue mejorar las condiciones de una educación sustentable al digitalizar el proceso educativo a fin de mejorar el desempeño escolar entre los estudiantes, dijeron los coordinadores de la iniciativa. Todo esto se logró a través de múltiples medios: La adquisición de equipo de tecnología informática a fin de proveer educación de alta calidad a estudiantes de zonas rurales y la modernización y equipamiento de la escuela con el equipo necesario de tal tecnología de la información para el proceso de aprendizaje, de acuerdo con la nueva condición impuesta por la pandemia de COVID-19”, explicaron.

ADRA Rumanía, con el apoyo de un solo patrocinador, ha propuesto y logrado exitosamente una mejora en las condiciones de vida de niños y residentes locales, informaron los dirigentes de la organización. La implementación del proyecto ADRA fue coordinada por Willy Cotruță, Bogdan Stănică y Gabriela Istrate.

“Me siento extremadamente feliz porque este proyecto se lleva a cabo en el campo de la educación”, señaló Georgel Pîrlitu, vicepresidente de ADRA Rumanía y secretario ejecutivo de la Unión Asociación de Rumanía.  “Estoy contento porque la  Iglesia Adventista del Séptimo Día le da gran énfasis a la educación. La Iglesia Adventista tiene actualmente en todo el mundo más de 3,000 instituciones educativas en donde estudian centenares de niños y me complace que ADRA está siguiendo esta línea de acción”, dijo el vicepresidente Pîrlitu.

En años recientes, ADRA Rumanía ha experimentado un desarrollo inesperado a través de docenas de proyectos en beneficio de diferentes categorías de personas, dijo el vicepresidente  Pîrlitu. “Todo esto se ha podido llevar a cabo porque el equipo está compuesto por personas de visión que son generosas y empáticas”.

El director ejecutivo de ADRA Rumanía, Robert Georgescu, estuvo de acuerdo con lo anterior.

“Creemos que al invertir en educación podemos transformar la sociedad en la que vivimos”, dijo el presidente Georgescu. “Creemos que al trabajar hombro a hombro con la Unidad Administrativa Territorial, la Unidad Educativa, la Iglesia Adventista, organizaciones no gubernamentales, personas voluntarias, patrocinadores y varias instituciones que han entendido bien su papel, podemos hacer cosas hermosas en Rumanía”.

Ancuța Vasilica, directora de la Escuela Secundaria Iustin Pîrvu, en Poiana Teiului, dijo que cuando se lanzó el proyecto, tuvo grandes esperanzas acerca de que los estudiantes en zonas rurales pudieran tener también herramientas tecnológicas de alto nivel. “Estando en un continuo proceso de digitalización, hemos alcanzado altas normas con la ayuda de ADRA”, añadió la directora Vasilica. “¡Les agradecemos desde el fondo de nuestro corazón por su iniciativa, participación, dedicación, seriedad y esfuerzo!”

La versión original de esta noticia la publicó ADRA Rumanía.

Traducción – Gloria A. Castrejón