17 de agosto de 2022 | Silver Spring, Maryland, Estados Unidos | ADRA Internacional, y Adventist Review
La Agencia Adventista de Desarrollo y Recursos Asistenciales (ADRA) está incrementando las operaciones de emergencia para distribuir ayuda alimentaria y agua a comunidades vulnerables al borde de la hambruna en el Cuerno de África, lo que incluye partes de Kenia, Somalia, Etiopía y Uganda.
El Cuerno de África ha sido afectado severamente por el deterioro de las condiciones socioeconómicas e interrupciones comerciales que causó la guerra en Ucrania. Ucrania y Rusia proveen del noventa por ciento de los granos de la región, y el conflicto ha incrementado los precios de los alimentos, el combustible y los fertilizantes mientras que ha disminuido el suministro de trigo. Antes del conflicto, Ucrania proveía de unos seis millones de toneladas de productos agrarios a la región, y en el presente, solo el 15 por ciento de los productos están siendo exportados debido a los bloqueos en los puertos del Mar Muerto. Según las Naciones Unidas, África también está experimentando una de las peores sequías en más de cuarenta años. Los informes indican que casi veinte millones de africanos y 49 millones de personas de otras regiones del mundo sufren de una inseguridad alimentaria extrema y creciente desnutrición.
“Cada día, hay millones de mujeres, niños e individuos que sufren hambre en el África y en más de cuarenta naciones”, dijo Michael Kruger, presidente de ADRA Internacional. “Como brazo humanitario global de la Iglesia Adventista, ADRA está comprometida con la defensa y los programas de apoyo que buscan reducir el hambre y restaurar la dignidad de las familias y comunidades menos afortunadas.
ADRA Internacional está trabajando globalmente para ayudar a millones de personas afectadas por la crisis alimentaria. Está desarrollando proyectos de seguridad alimentaria, en colaboración con socios y comunidades de confianza, para prevenir el hambre y desarrollar la resiliencia, lo que incluye prácticas agrarias de resistencia a la sequía; semillas, provisiones y otros recursos; y programas de almuerzos escolares para alimentar a los niños y mantenerlos en la escuela. También incluye huertas domésticas y comunitarias; inversión en agricultores y grupos cooperativos; educación sobre nutrición materna y de la niñez temprana; y escuelas de campo agrarias para mejorar los métodos y la promoción agrarias.
En África, la agencia comunitaria global ha lanzado planes de gestión de emergencias para brindar estaciones alimentarias de emergencia y servicios esenciales como por ejemplo salud y nutrición, alimentación de ganado, servicios veterinarios y agua, y servicios sanitarios y de saneamiento en algunas de las regiones más pobres. ADRA brinda una respuesta prioritaria en zonas donde la malaria está en aumento y cientos de miles de niños y mujeres que amamantan sufren de desnutrición agua y requieren de tratamiento inmediato, lo que incluye el norte de Kenia, la región central de Somalia, y Karamoja, en Uganda.“Las familias están tomando medidas desesperadas para sobrevivir, con miles de personas que dejan sus hogares para buscar alimentos y agua para beber, cocinar y pasturas”, dijo Mario Oliveira, director de gestión de emergencias de ADRA Internacional. “Eso incrementa el riesgo de conflictos intercomunitarios y expone a las mujeres y los niños a la violencia de género, la explotación sexual y el abuso. Todas las sedes de ADRA en la región se encuentran respondiendo de manera activa a la situación crítica tanto a nivel local como nacional, con el objetivo de proteger a las familias.
“Tenemos una presencia de larga data, dado que hemos provisto de servicios en la región durante más de treinta años, y ya hemos lanzado varios programas de seguridad alimentaria, lo que incluye ayuda en efectivo, y proyectos de mitigación de la sequía que buscan beneficiar a los necesitados”, dijo Oliveira.Muchas comunidades afectadas por la sequía también están luchando para hacer frente a los efectos cumulativos de otras perturbaciones, como es el caso de las inundaciones, la irrupción de langostas, y el impacto de la pandemia del COVID-19 sobre las fuentes de sustento e ingresos. Según la Secretaría de Asuntos Humanitarios de la ONU, el hambre está causando una desnutrición aguda en unos ocho millones de niños africanos, y restringiendo el acceso de ellos a la educación. Solo en Etiopía se han cerrado más de dos mil escuelas.
“Casi dos millones de niños no están asistiendo a la escuela, y casi la mitad de ellos son niñas. Como resultado, ADRA ha establecido programas de alimentación escolar para reducir los índices de abandono y mejorar la nutrición”, explicó Peter Delhove, director ejecutivo de ADRA África. “Para evitar la diseminación de enfermedades transmitidas por el agua entre los estudiantes y sus familias, ha establecido estaciones con camiones de agua en varias aldeas, para proveer de servicios sanitarios y de saneamiento”.Delhove añadió que ADRA también ha creado programas e instalaciones de salud para atender a las familias desplazadas y las comunidades afectadas, lanzar iniciativas agrarias para incrementar el acceso alimentario, y continúa colaborando con socios de confianza y autoridades locales para hallar nuevas soluciones al problema. “ADRA está agradeciendo a sus aliados, donantes y voluntarios de la iglesia por su apoyo vital y continuo, lo que nos permite llevar adelante la misión de prevenir los faltantes de alimentos para salvar vidas”.
La versión original de esta noticia fue publicada por la Agencia de Desarrollo y Recursos Asistenciales.
Traducción de Marcos Paseggi