Viaje de It Is Written ofrece atención de salud, práctica y espiritual en la isla de Vieques.
30 de agosto de 2022 | Vieques, Puerto Rico | Eric Flickinger, It Is Written
La isla de Vieques se encuentra a unos 11 kilómetros de la costa este de Puerto Rico, la “Isla del Encanto”. Es una isla tropical, con mangos, palmeras, hermosas playas y la bahía con mayor bioluminiscencia del planeta. En las calles se pasean caballos salvajes, e iguanas verdes descansan a pleno sol en ramas de árboles y muros de piedra. Es un lugar donde las personas van a vacacionar, para alejarse del ajetreo y el frenesí de la vida en las ciudades.
Es también una isla con muchas necesidades. Mientras las multitudes van y vienen todos los días por ferry, a la población local de Vieques se le hace muy difícil cubrir sus necesidades básicas. El Huracán María devastó la isla en 2017. El único hospital en la isla fue destruido, dejando a las 8500 personas que residen allí con una sola clínica médica para emergencias pobremente equipada que está abierta solo unas horas por día. En la isla solo hay dos gasolineras pequeñas y una tienda para comprar alimentos. Abundan los bares y clubes nocturnos, pero hay escasa oferta de oportunidades de hallar verdadera salud y paz.Debido a esa gran necesidad, It Is Written (Escrito Está) se asoció con la Asociación Puertorriqueña del Este de la Iglesia Adventista para llevar a un grupo de 22 misioneros a Vieques. El equipo de médicos, enfermeras, predicadores y personal de apoyo llegó al pueblo de Israel Segunda el 25 de julio de 2022 y comenzó a hacer preparativos para abrir una clínica médica gratuita en la iglesia el día siguiente. Se establecieron salas para realizar los exámenes y una zona de derivación. Se preparó a intérpretes, se organizó una farmacia y se alistaron materiales espirituales para distribuirlos a los niños y adultos que pronto llegarían a la clínica.
Durante los siguientes días, decenas de personas pasaron por las puertas de la iglesia para recibir ayuda para ellos, sus hijos y sus padres. Llegaron pacientes con dolores musculares, sarpullidos, diabetes y una diversidad de otros desafíos a la salud. Un hombre contó que por más de seis meses había estado tratando de conseguir una consulta para que lo viera un médico el lugar, aunque sin éxito. Se mostró exultante de descubrir que podía ver a un médico en la clínica, y recibir los medicamentos que necesitaba, en forma gratuita. Y cada paciente que pasó por allí recibió materiales espirituales para contactarse con Escrito Está, el brazo en español de It Is Written. Los socios de It Is Written Sotero Escarza y su esposa Patti dijeron: “Fue nuestro primer viaje misionero, y nos asombró el hecho de que hubiera tantas personas dispuestas a pagar un buen dinero, dedicar tiempo y renunciar a algunas de sus comodidades para ayudar a personas que no conocen con algunas necesidades médicas básicas, dándoles impresos sobre las Buenas Nuevas. Nos dio la tranquilidad de saber que Dios está en control, y que él tiene un remanente que reflejará su carácter”.Keiton Bahnmiller, otro misionero por primera vez, puso en práctica su experiencia con la construcción al ayudar a hallar y reparar goteras en el techo y las ventanas de la escuela de la iglesia. También ayudó a lavar a presión las paredes externas y prepararlas para ser pintadas. Es la única escuela privada en la isla, y una gran oportunidad misionera para la iglesia.
Raúl Vila, un socio de It Is Written que se ha sumado al ministerio en seis viajes misioneros, dijo: “Nos encontramos con múltiples desafíos durante este viaje. Sin embargo, todos fuimos bendecidos al atender algunas de las necesidades de las personas a quienes servimos. Recuerdo a un hombre en particular que llegó con un caso de herpes en el torso y cómo, entre el aciclovir y algunos remedios naturales, logró hallar alivio. Me siento feliz de haber estado allí para ayudarlo. Cada paciente que vimos se fue con nueva esperanza y una oración especial que elevamos al cielo”.La versión original de esta noticia fue publicada por It Is Written.
Traducción de Marcos Paseggi