En enero de 2022, una tormenta hizo colapsar un edificio, perdiendo la vida cinco miembros de iglesia.

16 de noviembre de 2022 | Zambia | Maranatha Volunteers International

Después de un trágico comienzo de año nuevo, la comunidad de la Iglesia Adventista del Séptimo Día Betsaida, en Zambia, está cerrando el 2022 con nueva esperanza y posibilidades, al construir los voluntarios de Maranatha un nuevo templo para reemplazar aquel que se destruyó.

En el mes de enero, una fiera tormenta pasó por la ciudad de Kasama, en el noreste de Zambia. La Iglesia Adventista del Séptimo Día Betsaida había terminado su servicio de adoración y almuerzo, cuando negras nubes comenzaron a arremolinarse en el cielo. La gente se dispersó, ansiosa de llegar a casa antes de la lluvia torrencial; pero algunos miembros se vieron forzados a refugiarse dentro del edificio de la iglesia. Desafortunadamente, la fuerte lluvia debilitó la ya de por sí inestable estructura y el entero edificio se desplomó sobre los miembros que estaban dentro. Cinco personas perdieron la vida y muchas otras quedaron lastimadas.

Los dirigentes de la iglesia adventista en Zambia se comunicaron con Maranatha, pidiendo su ayuda en la reconstrucción del edificio “siendo que [los casi 500] miembros de la iglesia no tienen un lugar donde adorar juntos y es la estación de las lluvias”, había dicho Samuel Sinyangwe, presidente de la Iglesia Adventista en la región noreste de Zambia. En el mes de junio, Maranatha lanzó una campaña para reunir US$ 600,000 a fin de construir un grande edificio de iglesia que podrá acomodar a 500 personas, seis aulas de Escuela Sabática, sanitarios y un pozo. Más de 900 personas donaron fondos para el proyecto, permitiendo con ello a Maranatha alcanzar su objetivo.

En noviembre, 19 voluntarios se dirigieron a Zambia para comenzar la construcción de dicho templo. Después de un extenuante viaje por autobús de 15 horas de duración que se prolongó por dos días, el equipo arribó al lugar y se lanzó inmediatamente a la acción. A mitad del proyecto, habían ya terminado de levantar las paredes de bloques de dos aulas y comenzado a trabajar en otra serie de cuartos y del edificio principal mismo.

El sábado, los voluntarios adoraron juntamente con la congregación de la iglesia Betsaida, en el edificio de una escuela cercana. Después del servicio, se reunieron con los miembros que habían quedado lastimados a causa del colapso del edificio de iglesia.

“Fue una experiencia absolutamente asombrosa, significativa, conmovedora y recompensante para cada uno”, dijo Susan Woods, coordinadora se servicios médicos de Maranatha y coordinadora de este proyecto. “En algunos de los hogares se nos invitó a entrar y a sentarnos en sus pequeños bancos o sillas. En otros, nos sentamos sobre lienzos o sobre costales vacíos de maíz, esparcidos sobre el suelo al lado de la casa.

“Tuvimos la oportunidad de visitar a cada uno, escuchar sus historias, conocer a sus familiares, compartir con ellos promesas bíblicas de consuelo, cantar y orar en favor de ellos. Terminamos las visitas con abrazos, apretones de mano y muchas sonrisas; y todos nosotros con el corazón lleno de calor cristiano por haber experimentado un poquito del sabor del cielo”.

Cuando queden terminadas, las estructuras no solamente prestarán servicio a la congregación, sino también a su escuela primaria. Hay una escuela adventista en la zona, pero tiene 1,200 estudiantes que se reparten en tres turnos de enseñanza cada día. La construcción en Betsaida ayudará a alivianar esta aglomeración al proveer una segunda escuela en la zona.

La versión original de esta historia fue publicada primeramente por Maranatha Volunteers International.

Traducción – Gloria A. Castrejón

 

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