Cada miembro ha sido ubicado y está dispuesto ahora a ayudar a otros.
14 de febrero de 2023 | Turquía | Unión del Oriente Medio y Norte de África y Adventist Review
Un camión semirremolque con agua para beber, que había sido comprada por un pequeño grupo de miembros adventistas del séptimo día en el oeste de Turquía, ha sido parte del pesado tránsito que se dirige al sur del país a unos pocos días de ocurrido el terremoto del 6 de febrero de 2023.
En los siguientes días después del desastre que devastó el sureste de Turquía y el norte de Siria, el grupo ha rápidamente coordinado sus recursos para la compra de agua enviada a la zona devastada.
Durante las horas en el que el grupo viajó a través de una carretera congestionada con vehículos que llevaban ayuda, los miembros se unieron en conversación. El conductor, un hombre de negocios de la localidad y dueño del vehículo semirremolque, lo había puesto gratuitamente a disposición para la transportación del agua.
Miembros de la Iglesia Adventista del Séptimo Día en Turquía han combinado sus recursos para adquirir una dotación grande de agua y transportarla a través de centenares de kilómetros hasta la región afectada por el terremoto. [Imagen: Unión del Oriente Medio y Norte de África]
Mientras que la mayoría de los habitantes del mundo observaban incrédulos según iban surgiendo de los escombros poco a poco las noticias del terremoto, los miembros adventistas en más de dos docenas de lugares en Turquía se reunieron en línea al día siguiente del terremoto para deliberar acerca de lo que podían hacer en medio de tal catástrofe. Por causa de dificultades logísticas en la región, sabían que no iba a ser posible ayudar en forma oficial.
Estaban luchando con la forma en que podían ayudar y se preguntaban: ¿Qué podemos hacer? ¿De qué recursos disponemos? ¿Qué es lo que podemos dar? ¿En qué forma podemos cooperar con los canales oficiales de ayuda? ¿Qué es lo que podemos hacer juntos, al combinar nuestros esfuerzos?
Se hacían esas preguntas reconociendo seriamente la noción de que se había ya tenido razón de cada miembro adventista en Turquía. Tomando en cuenta su responsabilidad, uno de los miembros hizo esta observación: “No podemos simplemente quedarnos a observar. Estamos aquí para ofrecer lo que tengamos”.
Un miembro de la iglesia adventista en Turquía se prepara para llevar alimentos a la región afectada por el mortífero terremoto del 6 de febrero. [Imagen: Unión del Oriente Medio y Norte de África]
Una miembro de iglesia, empleada en una universidad local, está organizando a sus amigos para comprar y donar ropa a 16 personas que han sido rescatadas con vida y traídas a los dormitorios de la universidad, con un previsto próximo arribo de otras más. Otro miembro, inmerso en la tarea de recolectar y distribuir suministros, ha perdido más que su propia casa. Algunos miembros de su familia han sido sacados con vida de entre los escombros. Algunos de ellos han sido ya sepultados, Otros están todavía desaparecidos. Los ocho miembros restantes de su parentela han sido “adoptados” por varios miembros de iglesia que se han dedicado a reubicarlos y establecerlos en lugares seguros.
En todo Turquía, los miembros adventistas están incansablemente invirtiendo su tiempo y dinero, uniéndose a los esfuerzos de otros, cooperando con los proyectos del gobierno y llorando con aquellos que lloran. “Todo está quebrantado. La muerte está por todas partes. Es tan poco lo que podemos hacer”, dijo un miembro de iglesia mientras llevaba una carga de cajas con alimentos a una de las zonas devastadas. “Pero ciertamente podemos orar”, añadió.
Un miembro de iglesia, quien está involucrado a todas horas en la necesitada asistencia, explicó: “Estamos trabajando muy de cerca con el gobierno para contribuir en lo que podemos; pero las zonas más afectadas están cerradas al acceso de civiles como nosotros”. Su consuelo y su esperanza es saber que Dios puede llegar más allá de cada restricción, de cada limitación. “Así que oramos y nos esforzamos”, dijo. Además de las veintenas de grupos de oración que se reúnen regularmente en todo Turquía, se ha extendido un llamado a la oración a todos los miembros adventistas de toda la Unión del Oriente Medio y Norte de África, que es el territorio de la iglesia adventista que incluye las regiones afectadas, y a todo el campo mundial.
El presidente de la mencionada Unión, Rick McEdward, dijo que conoce bien acerca del poder de la oración. “Las oraciones de la iglesia mundial son una increíble fuente de aliento ahora mismo”, dijo. “Oremos en favor de nuestros miembros en Turquía, mientras ayudan en dondequiera que pueden hacerlo. Oremos por el equipo ADRA Siria, que se involucró en cuestión de horas, para prestar asistencia en una región en donde no tenemos miembros adventistas”.
Alzando la vista por encima de los recursos humanos, el presidente McEdward hizo una apelación a la iglesia mundial: “Sin importar cuán impotentes podamos sentirnos en circunstancias como esta, servimos a un Dios que es capaz de ver más allá de las dificultades y de bendecir a aquellos que lo necesitan tanto ahora mismo”, dijo. “Oren con nosotros. Oren por nosotros. Oren porque Dios obre más allá de cualquier cosa que hacemos para traer cerca su presencia y ayuda”.
Traducción – Gloria A. Castrejón