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Silver Spring, Maryland, Estados Unidos …. [Personal de ANN]

«En medio de este dolor y sufrimiento, Dios no olvida a esta gente. Cada uno es precioso para él», dijo el Pastor Jan Paulsen, presidente mundial de la Iglesia Adventista del Séptimo Día, en un comentario sobre las gigantezcas olas del 26 de diciembre de 2004 que azotaron el sur de Asia, lo que llamó «un desastre humanitario sin precedente».

«Es una tragedia en una escala que es difícil comprender», expresó el Pastor Paulsen.  «Vemos su impacto continuado en el sufrimiento de los que están de luto por sus seres amados; en el desamparo de los niños que han perdido a sus padres; y en la desesperación de los sobrevivientes abandonados sin alimento adecuado o agua».

Observando el sitio de la tragedia, él agregó, «Es una extresante ironía que este desastre ocurrió en una región del mundo la cual no está bien equipada para hacer frente a una emergencia de esta magnitud.  Los hombres, mujeres y niños que han sido atrapados en esta tragedia son, la mayor parte, pobres y ya bastante familiarizados con el sufrimiento».

Pastor Paulsen, quién fuese anteriormente el presidente de la directiva de la Agencia Adventista de Desarrollo y Recursos Asistenciales, y quién, por más de 40 años de ministerio, está bien familiarizado tanto con los recursos asistenciales para desastres y las condiciones de pobreza en naciones en desarrollo, urgió a los miembros de iglesia a poner un énfasis apropiado al reaccionar al desastre.

«Ahora no es tiempo de preguntarse ‘¿por qué?’, o buscar explicaciones — algunas respuestas tal vez nunca las tendremos antes de que nuestro Señor regrese.  Ahora es tiempo de actuar; de llegar a nuestros semejantes con compasión;  de ser símbolos de esperanza visible de Cristo en una situación donde el miedo y la desesparanza prevalecen.  Esto es lo que se nos pide hacer», expresó él.

«Confío en que cada uno de ustedes hará lo que pueda para apoyar el trabajo de socorro en curso tanto con sus oraciones como con sus recursos, sean éstos a través de la Agencia Adventista de Desarrollo y Recursos Asistenciales, o a través de otras organizaciones involucradas en este esfuerzo», concluyó el Pastor Paulsen.

La iglesia Adventista del Séptimo Día, organizada formalmente en 1863, en Estados Unidos, tiene 13,6 millones de miembros bautizados, y 25 millones de personas que asisten a los servicios de adoración semanales, en 203 países y áreas alrededor del mundo.  La Agencia Adventista de Desarrollo y Recursos Asistenciales, o ADRA, ha trabajado globalmente desde 1984, continuando una tradición anterior de servicio comunitario adventista.

Derechos reservados © 2005 por Adventist News Network.

Image by ANN. Fotografía archivo de ANN

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