20 de marzo de 2014 – Ciudad del Cabo, Sudáfrica…Adventist Review/ANN

Las disfunciones familiares, los traumas sexuales y otros factores ambientales suelen ser identificados como disparadores de la conducta homosexual, pero la realidad puede esconder más matices que lo que algunas comunidades religiosas se sienten cómodas en aceptar, dijo un científico conductual adventista esta mañana en la conferencia de la iglesia sobre sexualidad.

Imagen de Ansel Oliver

“Solemos ver las cosas en términos de blanco y negro. Los matices de gris entre unas y otras producen mucha ansiedad», dijo Curtis Fox, profesor y director del departamento de Consejería y Ciencias de la Familia de la Universidad de Loma Linda, una institución adventista de California, Estados Unidos.

La presentación de Fox en la cumbre de esta semana, que se lleva a cabo bajo el tema «A imagen de Dios: Las Escrituras, la sexualidad y la sociedad», ofreció una perspectiva desde las ciencias sociales sobre los desafíos que enfrenta el enfoque de la Iglesia Adventista para la comunidad homosexual.

«La realidad es compleja», dijo Fox. «Las explicaciones simples no alcanzan, y pueden ser vistas como inútiles para los que tienen que enfrentar esta naturaleza», dijo Fox.

La así llamada «terapia reparativa», dijo Fox, asume que la orientación sexual de cada individuo es exclusivamente una cuestión de elección que puede ser revertida por medio del ejercicio de la fuerza de voluntad, dentro de un ambiente cristiano de ayuda.

Aunque algunas personas dicen que han hallado la transformación personal por medio de ese tipo de terapia, otros informan que no han visto cambios en al atracción hacia personas del mismo sexo y, en muchos casos, un trauma emocional y psicológico exacerbado, dijo Fox. Esos resultados han producido «serias preocupaciones» y motiva que las principales organizaciones mentales y de salud de los Estados Unidos «denuncien» la terapia reparativa.

Fox también delineó los efectos de los «prejuicios sociales» contra los jóvenes homosexuales, bisexuales o transexuales. Los jóvenes homosexuales marginados tienen mayor propabilidad, dijo, de tratar de suicidarse, experimentar elevados niveles de depresión y abuso de sustancias, y son más vulnerables al HIV y a las enfermedades de transmisión sexual.

Fox pasó entonces a replicar los mitos generalizados sobre los miembros de la comunidad homosexual, entre ellos, que la mayoría de los pedófilos son homosexuales, y que las relaciones homosexuales son pasajeras; y que los padres homosexuales suelen criar a hijos homosexuales.

«Mi función como científico conductual es hacer que la gente piense, inspirar el diálogo e inquisitivo en la búsqueda del conocimiento», dijo Fox, al reconocer que trae su propio «conjunto de presuposiciones» a la mesa de discusión.

«Mi cosmovisión bíblica toma en cuenta la creación de Dios y la caída. Es por ello que el azar, las variaciones, la anomalía y la degeneración ahora forman parte de la realidad humana», dijo. «Dios trabaja con los humanos a pesar de sus imperfecciones, pero la Iglesia [Adventista] no necesita mostrarse apologética por su postura sobre las relaciones [homosexuales]»

Por el contrario, la Iglesia debería volverse diestra a la hora de interpretar y declarar las verdades reveladas en un ambiente defensivo, politizado y radicalmente individualista». El enfoque de la Iglesia Adventista, entonces, dijo Fox, «debería caracterizarse por la humildad, no por la intolerancia, el odio y la marginación. Tenemos que adoptar no solo en mensaje de Jesús, sino también los métodos del ministerio de Jesús. Es el elevado llamado de la iglesia amar a los homosexuales como a nuestros prójimos, en el mismo nivel que lo hacemos con nuestros prójimos heterosexuales».

Traducción de Marcos Paseggi

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