3 de diciembre de 2014 | Silver Spring, Maryland, Estados Unidos | Ansel Oliver/ANN
El Ministerio para los Sordos de la Iglesia Adventista está tomando impulso en todo el mundo gracias a una coordinación cada vez mayor que busca alcanzar y ministrar mejor a los miembros de esta subcultura a menudo descuidada.
Este año será la primera vez en cada una de las trece divisiones mundiales de la iglesia contará con un coordinador designado de los Ministerios para Sordos en su región, una medida que fue anunciada en el Concilio Anual en octubre pasado.
El anuncio frente a la Junta Directiva de la iglesia mundial fue hecho por Larry Evans, director asociado de Ministerios de Mayordomía, quien durante mucho tiempo ha promovido la misión por este grupo, y que está ayudando a que la denominación coordine este esfuerzo misionero.
«Vemos que están sucediendo cosas muy interesantes, y esperamos conservar los recursos de ofrendas tanto para los sordos como para los que oyen, de manera de comprender los desafíos del ministerio por este grupo en particular», dijo Evans.
«Solo un dos por ciento de los sordos son cristianos», explicó. «Necesitamos hablar más sobre la manera de llegar a este grupo aún no alcanzado».
El desarrollo de recursos para los sordos incluye un nuevo sitio web, con secciones tanto para los sordos como para los que oyen.
Los sordos a menudo están aislados de las fuentes típicas de enseñanza y aliento espiritual. Cuando son miembros de una iglesia de personas que oyen a menudo no son incluidos en la mayoría de las actividades de la iglesia, incluido el liderazgo de la iglesia.
Algunas prácticas en las congregaciones de sordos son notablemente diferentes: no se inclina la cabeza durante la oración, no se entonan sino que se hacen señas para cantar los himnos, y no se aplaude sino que se agitan las manos.
Evans y otros, incluida Debra Brill, vicepresidenta de la División Norteamericana, han trabajado sin cesar para que la denominación comprenda cuál es la mejor manera de ministrar a los sordos.
En los Estados Unidos, durante más de tres décadas se han llevado a cabo campamentos de verano para los sordos. Hace unos meses, en Kenia, se inauguró una Escuela para Sordos que brinda servicios a 18 estudiantes. En abril, 75 personas de diversos países de Europa llevaron a cabo un encuentro para sordos en Alemania. Y en Brasil, más de 1200 personas asistieron el mes pasado a un campamento para sordos.
En zonas que carecen de un enfoque coordinado de los Ministerios para Sordos, los miembros de iglesia pueden pensar en maneras de incluir a los sordos en los cultos y el liderazgo, dijo Esther Doss, de los Ministerios para Sordos Tres Ángeles, con sede en Greenbelt, Maryland.
«Hay que amistarse con los sordos e interactuar con ellos», dijo Doss. «No tenemos que preocuparnos por si cometemos un error; ellos están acostumbrados a ello».
Doss añadió que las iglesias pueden capacitar o contratar un intérprete de lenguaje de señas para ayudar a que los sordos se sientan mejor tratados. «Usen un poco la imaginación, cómo hacer que el ambiente sea más accesible», dijo Doss.
Muchos propulsores del ministerio dicen que se necesitan más recursos, incluido un centro de capacitación para el Ministerio para Sordos que permita capacitar a pastores e instructores bíblicos sordos.
En 1996, Jeff Jordan se convirtió en el primer adventista sordo en obtener una Maestría en Teología del Seminario Teológico Adventista de la Universidad Andrews. Ahora es pastor de Southern Deaf Fellowship, una iglesia por Internet con sede en el estado de Tennessee, Estados Unidos, que se ocupa de ministrar a los sordos.
Jordan dijo que son pocos los empleados que trabajan tiempo completo en el ministerio para sordos. «Necesitamos más obreros que puedan finalizar la gran comisión que Cristo nos ha encomendado», dijo. Entretanto, al menos un obrero más se está alistando para el servicio. El primer pastor adventista sordo de Brasil, Douglas Silva, terminará sus estudios en el seminario este mes.
Si desea más información sobre los Ministerios Adventistas para Sordos, visite adventistdeaf.org.
Traducción de Marcos Paseggi