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Los oficiales de policía Wayne Bartley (derecha) junto a la agente de policía Claudine Johnson, semanas después de qué el bautizara, junto con otros, el 11 de marzo de 2017. Imagen de Chavar Lewis/JAMU

17 de mayo de 2017 | St. Ann, Jamaica | Nigel Coke/DIA

El cabo de policía Wayne Bartley, que es anciano de iglesia de la iglesia adventista de Ocho Ríos, en St. Ann, Jamaica, permitió que el Espíritu Santo lo usara para “arrestar” espiritualmente a una de sus colegas y a otros cinco individuos, durante una campaña de evangelización que condujo hace poco.

Bartley, que ha formado parte de las Fuerzas Policiales de Jamaica durante los últimos catorce años, cree que a la vez que trabaja para mantener la ley y el orden en el país, tiene el compromiso con Dios de rescatar a las personas de las garras del pecado y mostrarles a Jesucristo.

“Siempre le digo a las personas que tengo como profesión ser policía, pero que también soy predicador por convicción, y es por ello que dedico tiempo a llevar a cabo la obra evangélica”, declaró Bartley, que ha sido anciano de iglesia ordenado por diez años.

Wayne Bartley predica durante una de sus campañas de evangelización en Jamaica. Imagen de Facebook

“Me siento inspirado de procurar y buscar equilibrar la ecuación entre perdidos y salvados, porque suele decirse que hay más personas que se perderán que las que se salvarán”, dijo Bartley, que tuvo la oportunidad de bautizar el pasado 11 de marzo. Ese día, los ancianos de iglesia de la región Norte de Jamaica y otras asociaciones tuvieron la oportunidad de bautizar a las personas con las cuales habían trabajado y estudiado la Biblia, como pate del Sábado del Bautismo “Señor, transfórmame”, una iniciativa de la Iglesia Adventista de Interamérica que busca involucrar a los miembros activos para el cumplimiento de la misión de la iglesia, al transformar sus vidas por medio del poder del Espíritu Santo, el estudio de la Biblia y una vida diaria de oración.

Entre las seis personas bautizadas se encuentra una de las colegas de Bartley, la detective Claudine Johnson, algo que él describió como una ocasión de muchísima alegría.

“Es imposible expresarlo con palabras […]; fue una ocasión alegre porque la policía es el último grupo de personas en el que se suele pensar cuando uno piensa en los cristianos”, dijo Bartley. En realidad, muchos creen que es una profesión condenada, añadió. “La gente piensa que no se puede ser cristiano y agente de policía”.

El bautismo de la detective Johnson les abrió los ojos a varios individuos y a otros colegas, dijo Bartley. “Johnson recibió muchas felicitaciones de sus jefes, y algunos de mis colegas ahora están visitando la iglesia como resultado de mi influencia y de que alguien del cuerpo policial decidió bautizarse”.

El bautismo no estaba en los planes de Johnson para ese día, contó ella, aunque había estado visitando la iglesia adventista de Ocho Ríos ya durante cierto tiempo.

“Cuando Bartley hizo un llamado, sentí que tenía que pasar y entregar mi vida a Cristo”, dijo Johnson. Ahora está decidida a servir al Señor, y aprecia que, aunque su trabajo se ubica en la categoría de servicios esenciales, sus superiores hacen lo mejor que pueden para garantizarle el sábado libre para que pueda asistir a la iglesia.

Bartley, que reside en la región norte de Jamaica, ha estado conduciendo reuniones de evangelización desde 2001, y no solo se ha dedicado a su iglesia y a la comunidad circundante, sino que también ha organizado actividades de evangelización en las regiones occidental y noreste del país. Hasta el momento, su ministerio ha llevado a que más de doscientas personas acepten a Cristo y se unan a la Iglesia Adventista.

Traducción de Marcos Paseggi

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