Freddy Santis estaba atrapado por su adicción a las drogas. Todo cambió cuando Santis llegó al centro de rehabilitación Crecer Chile cerca de Santiago, la capital del país. Allí recibió la ayuda que necesitaba para cambiar el curso de su vida.

En Crecer Chile, Santis conoció a Angélica Mateluna, una miembro de la Iglesia Adventista asociada a esa institución, ofreciendo tratamientos naturales y brindando apoyo espiritual.

“Poco a poco, día a día recuperé la fe y la paz interior”, dijo Santis. “Gracias a Angélica, llegué a conocr a Jesús otra vez y a ser feliz”. Santis dijo que desde entonces, ha decidido vivir la vida con Cristo y que continúa usando la Biblia que Mateluna le dio cuando se encontraron por primera vez.

Un sólido compromiso

En 2017, Mateluna abrió la Fundación Pasos de Esperanza para ayudar a personas que sufren de adicciones al alcohol y otras drogas. Dijo que su corazón está en esta porque conoce de cerca la triste realidad de las adicciones. “Mi hija estaba usando drogas”, confesó Mateluna. “Ella pasó por todos estos tratamientos y, gracias a Dios, superó las adicciones”.

Mateluna contó que ahora está aplicando un método similar a otros adictos. “Les doy también mucho amor porque sé bien por lo que pasan las familias”, dijo.

Los 56 integrantes de la Fundación Pasos de Esperanza comparten el sueño de ayudar a que cientos venzan la esclavitud de las adicciones, dijo Mateluna. Para que este sueño se haga realidad, están planeando abrir su propio centro de rehabilitación en el pueblo de Buín, en las afueras de Santiago.

Los miembros también pusieron en movimiento el plan al tomar el curso denominado “Monitores profesionales para la prevención de la polidrogadicción”, para que puedan capacitar y supervisar a los futuros asistentes. El curso fue ofrecido por el Instituto de Temperancia Vida Sana, conocido como Intevisa, una iniciativa liderada por miembros laicos.

Apoyo de la Iglesia Adventista

“Cuando un adicto aprende del daño que le producen las drogas, reacciona, cambia, recupera el instinto de conservación y entonces puede luchar contra ello”, explicó Gastón Aguilera, director de Intevisa. “Le hacemos ver el peligro de todos los riesgos que corre: biológicos, psicológicos, sociales y espirituales”.

Ahora que han sido capacitados, los miembros de la Fundación están trabajando para reunir los permisos y fondos que les permitan trabajar en el centro soñado. “Ya tenemos un proyecto que vamos a llevar al gobierno, porque ya hemos conseguido algunos recursos en la municipalidad de Buín”, dijo Mateluna. “Pero ahora pensamos ir más arriba, llegando a autoridades más elevadas para tener este centro que pronto sé que será una realidad”.

La Iglesia Adventista está apoyando la obra de la Fundacióni, dijo Duver Guzmán, director de ministerios de publicaciones de la Misión Metropolitana de Chile. Su departamento combinará las iniciativas de salud de la Fundación con ofertas de estudios bíblicos para los interesados. “Brindamos apoyo espiritual a las actividades de la Fundación”, dijo Guzmán. “Visitamos a las personas y les damos la ayuda espiritual que necesitan con tanta urgencia”.

La versión original de esta noticia fue publicada en el sitio de noticiasen español de la División Sudamericana.

Traducción de Marcos Paseggi

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