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¿Qué podría salir mal si las entidades y organizaciones adventistas no adhieren a los reglamentos eclesiástico-administrativos actualmente vigentes?

Muchas cosas, dijo Paul Douglas, director de Servicios de Auditoría de la Asociación General (GCAS) el 14 de abril de 2020. Por un lado, la falta de conformidad a menudo hace que los líderes tomen decisiones sin la fundamentación adecuada, lo que en último término puede colocar a la organización de la iglesia fuera de conformidad en peligro, explicó.

Las declaraciones de Douglas fueron parte de su presentación ante decenas de líderes que asistieron al primer día del Concilio de Primavera, uno de los dos encuentros administrativos anuales de la iglesia mundial. Las reuniones suelen llevarse a cabo en la sede central de la Iglesia Adventista en Silver Spring, Maryland, Estados Unidos. Debido sin embargo a la pandemia del COVID-19, las sesiones de este año se llevaron a cabo completamente en línea.

Al analizar el estado actual de conformidad, Douglas hizo referencia específicamente al reglamento S90 del manual Reglamentos eclesiástico-administrativos de la Asociación General (GCWP). Según Juan Prestol-Puesán, tesorero de la Iglesia Adventista, el reglamento S90 enumera 26 reglamentos denominacionales que han sido seleccionados para definir qué es buen gobierno.

“El buen gobierno, la verdadera mayordomía y la demostración de transparencia; la integridad […] al seguir las mejores prácticas vigentes, [y] la demostración de una adecuada rendición de cuentas —a todo eso se refiere el reglamento S90”, dijo Prestol-Puesán al introducir el ítem de agenda y la presentación de Douglas. “En ese sentido, estamos haciendo un esfuerzo y un compromiso significativo”.

Según Prestol-Puesán, él y el presidente de la Iglesia Adventista Ted N. C. Wilson han estado al frente del esfuerzo de responder a la necesidad de conformidad de gobierno y financiera, brindando los fundamentos y el marco para interactuar con las entidades de todo el mundo. Prestol-Puesán enfatizó que el proceso actual para tratar específicamente con la falta de conformidad en estas áreas está directamente relacionado con votaciones pasadas y esfuerzos continuados de la Iglesia Adventista de incrementar la transparencia y la integridad en el gobierno.

“Es importante que los miembros adventistas sepan que la Iglesia cuenta con reglamentos vigentes y que los líderes de la iglesia consideran que estos reglamentos de gobierno son fundamentales y constituyen las mejores prácticas”, explicó Prestol-Puesán después de la reunión. “El problema no es que no tengamos los reglamentos, sino que no estamos adhiriéndonos a todos ellos”.

¿Por qué ahora?

Douglas explicó que, sobre la base de hallazgos en varias entidades y organizaciones de la iglesia, los líderes de la iglesia esperan que cada región, incluida la Asociación General, repasen y ajusten su conformidad con los reglamentos estructurales según sean necesarios. Un informe previo sobre conformidad con los reglamentos estructurales en 2018 mostró que el 79 por ciento de las organizaciones de la iglesia auditadas tenían al menos una violación de los reglamentos estructurales enumerados en el GCWP.

Un análisis de la conformidad con los reglamentos estructurales desde otra perspectiva mostró que el 34 por ciento de las organizaciones tenía al menos una violación relacionada con sus informes financieros; el 32 por ciento con las comisiones de auditoría; y el 31 con la cobertura de seguros. También mostró que el 31 por ciento tenía una violación relacionada con conflictos de interés; el 14 por ciento con los registros de servicio; y el 11 por ciento con los déficits operativos.

“Si nos ocupáramos de las violaciones actuales en estas seis áreas, la falta de conformidad podría disminuir del 79 a tan solo el 8 por ciento”, dijo Douglas. La disminución al 8 por ciento y aún menos es algo que los líderes de la iglesia afirman que están comprometidos a que suceda pronto.

En una entrevista, Prestol-Puesán enfatizó que “muchas de estas cuestiones de gobierno que han sido pasadas por alto son tareas rutinarias”.

¿Qué podría salir mal?

Douglas brindó algunos ejemplos para mostrar que la falta de conformidad con los reglamentos de buen gobierno de la iglesia es mucho más que una proposición teórica o filosófica. Podría tener, dijo, efectos y consecuencias concretos sobre las entidades y organizaciones de la iglesia.

“Por ejemplo, si los informes financieros no guardan conformidad, las decisiones administrativas podrían resultar irrelevantes, carecer de fundamentación y ser lentas para corregir problemas”, explicó Douglas. En el área de las coberturas de seguras, añadió, “una organización podría experimentar pérdidas significativas por falta de cobertura, podría caer en bancarrota y afectar a organizaciones superiores”.

Los conflictos de interés son otra área que no debería pasarse por alto, según Douglas. La falta de conformidad en ese campo podría empujar a la organización a que “experimente un riesgo creciente de actividades fraudulentas, porque el gobierno no tiene conocimiento de los conflictos potenciales”, dijo.

Al mismo tiempo, la exactitud en los registros de servicio brindarán a una organización la defensa y la protección de las demandas de los empleados en el futuro, dijo Douglas. Finalmente, es fundamental que las entidades y las organizaciones de la iglesia cumplan con los reglamentos sobre déficits operativos. De otra manera, “la organización podría caer en bancarrota debido a una planificación inadecuada y afectar a las organizaciones superiores”, expresó.

Las divisiones se comprometen a actuar

En la segunda parte de su presentación, Douglas compartió lo que la Asociación General y las regiones eclesiásticas en todo el mundo se han comprometido a hacer para buscar la conformidad con los reglamentos estructurales de la iglesia. Dado que el énfasis y el alcance podría diferir entre una región y otra, las divisiones de la iglesia compartieron acciones concretas que están planeando introducir en sus territorios.

Las sugerencias fueron tan variadas como las regiones mismas. Desde crear una mayor conciencia y fortalecer la conformidad en todos los niveles hasta crear pasos para responder a la falta de conformidad y presentar informes trimestrales de progreso, los líderes de las regiones eclesiásticas mostraron que entienden que ha llegado la hora de actuar.

El presidente de la Iglesia Adventista Ted N. C. Wilson se mostró de acuerdo. “Hemos tenido un apoyo muy, muy sólido de parte de las divisiones”, señaló.

Algunas regiones sugirieron usar una lista de verificación para repasar la implementación de reglamentos estructurales e incorporar tecnología a los procesos rutinarios, de manera de minimizar los errores que llevan a la falta de conformidad. Otras regiones de la iglesia dijeron que planean analizar los resultados de auditoría que estén por debajo de las normas e inclusive imponer penalidades financieras ante la falta de conformidad.

Según Wilson, esas sugerencias muestran una carga mayor por parte de los líderes de las entidades y organizaciones de la iglesia de cumplir con los reglamentos estructurales. Wilson agradeció a los líderes de las divisiones por el compromiso con la reducción de la falta de conformidad en sus territorios.

“Tengo que expresar […] un profundo aprecio a las divisiones,” reiteró Wilson. “Han hecho un trabajo excelente”.

Un trabajo abarcador en progreso

Wilson enfatizó que este proceso hacia una mayor conformidad trasciende las fronteras geográficas o de las organizaciones de la iglesia.

“Cada región y los que dirigen cada una de las instituciones y entidades tienen que mostrar un interés en asegurarse de que cumplamos con estos […] procesos. Si no lo hacemos, estamos siendo negligentes con nuestras responsabilidades”.

Prestol-Puesán concordó, explicando que la medida en busca de una mayor conformidad abarca a cada entidad y organización de la iglesia, incluida la Asociación General, que supervisa la obra de la iglesia en todo el mundo.

“Haremos todo lo que necesitamos hacer para cumplir con los reglamentos así como han sido expresados, y estamos animando a cada división e institución a que también guarde conformidad”, expresó.

Wilson también enfatizó el alcance y la importancia de trabajar hacia una mayor conformidad.

“No solo involucra los aspectos financieros sino también una rendición de cuentas espiritual”, expresó. Y es abarcador porque, según Wilson, “incluye la integridad de nuestro sistema financiero y nuestro sistema espiritual”.

Al mismo tiempo, al responder a un comentario de Neil Nedley, un miembro laico de la junta, respecto de las diferencias en las sugerencias entre una región de la iglesia y otra, Wilson señaló que este es tan solo un paso inicial de muchos.

“Este es un trabajo en curso […] [pero] puedo garantizarles de que no permitiremos que este tema desaparezca”, expresó Wilson.

El informe fue a continuación aprobado por una votación de 84 a 3.

Traducción de Marcos Paseggi

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