La Agencia Adventista de Desarrollo y Recursos Asistenciales (ADRA) en Costa Rica, junto con iglesias adventistas de diversas partes del país, se han comprometido a asistir a 600 familias necesitadas con alimentos y artículos de higiene hasta fines de junio. La respuesta inicial se produjo cuando la crisis por la pandemia forzó al cierre del país en marzo, llevando a ADRA a brindar asistencia a las familias más necesitadas de las comunidades vulnerables para abril y mayo. Aunque las regulaciones por distanciamiento social han continuado, los miembros de iglesia se sumaron para donar alimentos no perecederos y recolectaron fondos adicionales para continuar ayudando a esas familias en los meses siguientes, dijeron los líderes de la iglesia.
“Cuando comenzó la pandemia en el país, los expertos calcularon que los efectos financiero durarían tres meses, de manera que, con la ayuda de ADRA Internacional, ADRA Inter-America y nuestra sede local de ADRA, planificamos asistir a las familias hasta junio”, dijo Samuel Wiltshire, director de ADRA Costa Rica. “Tenemos el compromise de continuar ayudando a estas familias específicas hasta junio”.
Esa respuesta inicial de ADRA apuntó a ayudar a 170 familias, pero la iglesia se sumó para adoptar a 430 familias más, para así llegar a un total de 600. Los ancianos, las embarazadas, los discapacitados, las madres solteras y los que tienen luchas financieras estuvieron entre los beneficiarios.La ayuda cubrió las siete provincias del país gracias a fondos donados y los esfuerzos coordinados de las tres asociaciones, que están compuestas por 250 iglesias adventistas.
Unos ochenta pastores y voluntarios de las iglesias locales participaron de la tarea de buscar a los necesitados en las comunidades pobres de Guápiles, Jicaral en Puntarenas, Huetar, Liberia, Pérez Zeledón y Quepos, entre otras, y ayudó a empacar y distribuir los alimentos y artículos de higiene, dijeron los líderes de la iglesia.
“Cuando descubrió que era una iniciativa de ADRA, quise ayudar y logré empacar y distribuir parte de los artículos”, dijo Johan Espinoza, voluntarios de ADRA. Quedó impresionado de la manera en la que el almacén donde se empacaron los artículos fue desinfectado constantemente, y cómo todos tenían máscaras, guantes, alcohol y desinfectante de manos. “Pude encontrarme con tantas personas y hablar con ellos de ADRA y de cómo Dios guía a la agencia y a la iglesia para que haga su trabajo”.Jicaral en Puntarenas fue una de las zonas más afectadas económicamente en el norte del país, y un lugar que el pastor Javier Quiroz logró visitar y distribuir entre decenas de familias. Visitó a Kimberly, que vive con su madre y está sufriendo de depresión. “Una de las piernas de Kimberly tuvo que ser amputada porque encontraron varios tumores que le afectan varios órganos, por lo que ella y su madre son personas de alto riesgo durante esta pandemia”, dijo Quiroz. “Gracias a Dios y a las donaciones que estón llegando, Kimberly y su familia han estado recibiendo alimentos y artículos de higiene durante los últimos dos meses”.
El presidente de la Misión Caribeña en Costa Rica, el pastor Mario Spencer, dijo que la región se vio muy afectada porque es mayormente una zona turística y muchas familias han dejado de tener los medios para ganarse la vida ya durante meses. “Nuestras iglesias se reunieron con sus propios fondos para ayudar a decenas de familias de sus comunidades, y poco después llegó la asistencia de ADRA y nuestra misión logró añadir más fondos para seguir ayudando”.No es suficiente ayudar a más familias porque el alimento se come y regresa el hambre, dijo Spencer. “Pero agradecemos a Dios porque hemos podido ayudar durante los primeros meses y estamos preparándonos para continuar ayudando en junio y en los meses siguientes”, expresó.
La Iglesia Adventista de Costa Rica está planeando recolectar más fondos y distribuir más asistencia a otras familias necesitadas durante los meses de julio y agosto.
Para saber más sobre la asistencia que brindó la iglesia y ADRA Costa Rica, ingrese AQUÍTraducción de Marcos Paseggi