Los líderes adventistas de Honduras aún están evaluando las necesidades de todos sus miembros en la región noroccidental del país, donde el Huracán Eta azotó como una disminuida depresión tropical el 4 de noviembre. Las lluvias torrenciales causaron aludes, el desborde de los ríos, e inundaron a pueblos enteros, dejando a miles varados. Se ha reportado la muerte de ocho personas.
“Hemos estado tratando de evaluar los daños y los problemas actuales que ha causado Eta desde temprano en la mañana”, dijo el pastor Adán Ramos, presidente de la Iglesia Adventista en Honduras, desde su oficina en Tegucigalpa, Honduras, en el día de ayer. La Tormenta Tropical Eta inundó la ciudad de San Pedro Sula en la región noroccidental del país. El aeropuerto y grandes secciones de la ciudad y las comunidades circundantes han quedado sumergidos como resultado de las constantes lluvias, expresó.
“No sabemos cuántos han fallecido porque hay tantas personas bien adentro de las comunidades, y las líneas de teléfono e Internet no están funcionando, mientras muchos esperan ser rescatados en bote o en helicóptero”.
La iglesia no ha podido obtener pequeñas embarcaciones para ayudar después del paso de Eta. “No sabremos cuáles son los daños reales hasta que bajen las aguas, pero entretanto, hemos estado organizando la ayuda para proveer para las necesidades”, dijo. Varias iglesias que no han sufrido daños y dos escuelas adventistas de San Pedro Sula están funcionando como refugios en este momento.Miembros de iglesia desplazados
Muchas familias de la iglesia han quedado sin hogar, y se están liberando fondos para ayudar a los que están en esos albergues en este momento, añadió Ramos. Los líderes de la iglesia han apelado al público solicitando alimentos, dinero y otros artículos para las familias desplazadas.
“Hemos perdido todo”, dijo Pati Valeriano, madre de cinco hijos y miembro de iglesia de la iglesia adventista Paraíso en San Pedro Sula. “Pude escapar con mis hijos, con muy poco de nuestra casa, y nadamos hasta un lugar seguro”. Hay otros que también perdieron todo, añadió. Horas después, divisó la furgoneta de la Asociación Noroccidental de la Iglesia Adventista y al pastor Walter Ciguenza, director de comunicación de la Iglesia Adventista en Honduras. “Gracias a mi iglesia; necesitamos fe y oraciones en esta situación”, expresó.
“Estos son momentos muy difíciles para toda la región”, dijo Ciguenza, que es pastor de doce iglesias en San Pedro Sula. Ocho de esas iglesias se han visto inundadas, dijo. Dos días después de la tormenta, él y otros de las iglesias locales salieron a buscar a los miembros necesitados de las diversas comunidades. Las dos escuelas adventistas están albergando a 130 personas en total, dijo. Valeriano, sus hijos y su perro han estado alojados en una de las dos escuelas adventistas que se han abierto como refugios.
El número de miembros de iglesia afectados en el noroccidental de Honduras ha aumentado a más de 500, añadió.Héctor González, anciano de iglesia de la iglesia adventista Júpiter, esperó durante más de 24 horas para ser rescatado junto a su familia, dijo Ciguenza. “Pudimos conseguir unos amigos que tienen un bote para ir a rescatar a sus padres, hermanos, niños y el resto de la familia a un lugar seguro; diez personas en total”, dijo. La familia de González estuvo entre las cuarenta personas en el piso superior de su casa que aguardaban ser rescatadas. González y su familia estaban tan ensusiasmados que entonaron un hermoso cántico en su dialecto garifona, alabando a Dios por su misericordia, durante la visita pastoral el viernes 6 de noviembre por la noche.
Respuesta inicial de ADRA
Luis Trundle, director de la Agencia Adventista de Desarrollo y Recursos Asistenciales (ADRA) en Honduras, informó que se han liberado fondos gracias a una respuesta inicial de parte de ADRA Internacional y ADRA Interamérica, para ayudar a 1500 familias con raciones alimentarias y juegos de artículos de higiene en las áreas más afectadas del noroccidental de Honduras.
“Una gran preocupación son las enormes pérdidas de las cosechas como consecuencia del Eta”, dijo Trundle. “Ha sido tan difícil con la sequía antes del COVID-19, el fenómeno de La Niña, y parece que no se termina”.Trundle dijo que ADRA Honduras firmó un acuerdo con USAid, con fondos para asistir a sesenta albergues y 1700 familias adicionales en ciertos sectores de San Pedro Sula.
ADRA Honduras está en conversaciones con otras organizaciones religiosas para asociarse y brindar una mayor respuesta a nivel nacional, dijo Trundle.
La iglesia continuará movilizándose para ayudar a los necesitados después de la tormenta, dijo el pastor Ramos. “Tenemos una gran demanda como iglesai, pero continuaremos movilizándonos para brindar tanta asistencia como nos sea posible, para ayudar a los necesitados”, dijo Ramos.
El Huracán Eta azotó a la vecina Nicaragua el martes 3 de noviembre como una tormenta de Categoría 4, causando daños, antes de que pasara a ser una Depresión Tropical en Honduras el 4 de noviembre. La Iglesia Adventista de Nicaragua y de otros países centroamericanos aún están evaluando daños en las zonas afectadas la semana pasada.
Walter Ciguenza colaboró con este informe.
Por actualizaciones sobre la respuesta de la Iglesia Adventista en Honduras y otros países del territorio de la División Interamericana, visítenos en interamerica.org
Traducción de Marcos Paseggi