A continuación se encuentra una transcripción de un mensaje dirigido a la Iglesia Adventista del Séptimo Día en Interamérica por el presidente de la División Interamericana, Elie Henry–Personal de noticias de la DIA
5 de febrero de 2022 | Miami, Florida, Estados Unidos | Por Elie Henry, presidente de la Iglesia Adventista del Séptimo Día División Interamericana
Hola, me alegra saludarles una vez más en este día Sábado, 5 de febrero, precisamente el día en que la Iglesia Adventista del Séptimo Día, en todo el mundo, hace un énfasis especial en la testificación personal.
Los evangelios en la Biblia registran muchos ejemplos de testificación. Seguro ustedes recuerdan cuando Jesús encontró y sanó a “un hombre que tenía una mano seca”. Mientras los escribas y fariseos estaban listos para cuestionar lo que hacía, el Señor se adelantó y les preguntó, “¿Es lícito en día de reposo hacer bien, o hacer mal?, ¿salvar la vida, o quitarla?”
Mientras ellos lo miraban serios y enojados, Él respondió a esa pregunta, sanando al hombre.
Como iglesia tenemos muchas actividades de testificación, evangelismo, de obra social y misionera, pero el énfasis de hoy es preocuparnos personalmente por quienes están a nuestro alrededor, comenzando con nuestros amigos, vecinos y familiares. Actividades que podemos practicar en la calle, la escuela, en el área de trabajo, en cualquier lugar.
Quiero invitarte a visitar el sitio web de la División Interamericana, donde encontrarás muchas ideas que puedes implementar pero sobre todo, te invito a seguir el ejemplo de Jesús en el testimonio personal.
Elena de White escribió: “Jesús llegó al contacto personal con los hombres. El no se mantenía alejado y apartado de los que necesitaban su ayuda. Entró en los hogares de los hombres, confortando al doliente, sanando al enfermo, elevando al despreciado, yendo aquí y allá haciendo el bien. Y si nosotros seguimos en las pisadas de Jesús, debemos hacer lo que él hizo. Debemos dar a los hombres la misma clase de ayuda que él les dió.” (The Review and Herald, 24 de abril de 1888).
Que el Señor nos ayude el día de hoy, pero también de forma permanente a testificar por Él, de modo que otros vean en nosotros de Su amor y bondad.
Feliz Sábado.