Un grupo pequeño de jóvenes pasó hace poco diez días de sus vacaciones de verano para llevar a cabo un impacto en varias comunidades de Vieques, una isla municipal cerca de la costa este de Puerto Rico. El grupo de catorce personas, de 17 a 33 años de edad, fue el primero de la Iglesia Adventista en Puerto Rico en participar en un Proyecto de Misión Caleb–un programa de evangelización de la Iglesia Adventista mundial que promueve la participación de jóvenes adventistas en el servicio voluntario durante las vacaciones escolares.
El grupo caminó por las principales calles y vecindarios de la ciudad, orando por las personas, distribuyendo el libro “Esperanza en medio del caos”, de Mark Finley, e invitando a las personas de restaurantes y empresas para que miren el filme de evangelización titulado SPIN, que fue lanzado en los cines de Puerto Rico el año pasado.
El grupo también visitó la plaza principal, el centro urbano, y oficinas de gobierno para orar por los residentes locales y los turistas. También limpiaron playas y calles, quitaron escombros de zonas públicas, distribuyeron comidas y pintaron salones de clase y canchas de básquetbol en la Academia Misionera Adventista de Vieques. También llevaron a cabo Escuelas Bíblica de Vacaciones para los niños de la comunidad, y dirigieron reuniones de evangelización en la Iglesia Adventista de la isla.La experiencia dejó una marca en la vida de los miembros del grupo que viajaron en ferry a la isla y permanecieron allí del 6-16 de julio de 2022. “Me siento tan agradecida a Dios por haberme dado esta oportunidad de contribuir a la obra con un equipo tan maravilloso”, dijo Génesis Tirado. “Siempre tendré esta experiencia en el corazón porque vi que en medio de tantas necesidades, Dios provee y jamás nos abandona”.
“Tengo una nueva familia”, dijo Héctor Díaz, otro miembro del proyecto misionero. “Fue muy gratificante ayudar a tantas personas. Uno se siente tan feliz de ayudar a otros”. Alissa Rodríguez dijo que se lleva muchos hermosos recuerdos de su experiencia en Vieques. “Me llevo conmigo personas maravillosas que conocí allí en un tiempo tan corto”, dijo. “Realmente disfruté de ayudar a personas que realmente tenían necesidad de Jesús, y porque pudimos compartir el evangelio con ellos”.Uno de los propósitos del Proyecto Misionero Caleb es que los jóvenes asuman cargos de liderazgo, para que puedan capacitarse y experimentar de primera mano la satisfacción de ser líderes misioneros en la predicación del evangelio por medio de grupos pequeños y otras estrategias, dijo el pastor Ángel Rodríguez, director saliente de ministerios jóvenes de la Asociación Puertorriqueña del Este. “Cuando somos canales de bendiciones para otras personas, somos bendecidos”, dijo Rodríguez. “Ver a los jóvenes tan involucrados [en este proyecto] realmente trajo gozo a mi corazón”.
“Ver cómo estos jóvenes trabajan para Dios es tan maravilloso”, dijo Lixamari Pedraza, líder de grupo para ese proyecto. “Los jóvenes no están perdidos; tan solo necesitan ser puestos a trabajar y tener su espacio. Me estoy llevando tanto crecimiento y una hermosa familia”.El Proyecto Misión Caleb fue organizado por el departamento de ministerios jóvenes de la Unión Puertorriqueña. “Nuestro objetivo es continuar movilizando a los jóvenes de cada campo local para que desarrollen sus capacidades físicas, mentales, espirituales y sociales, equipándolos con una vida de servicio por la iglesia y la comunidad, y fortaleciendo su relación con Cristo y los valores que presenta la Biblia”, dijo el pastor David Sebastian, director de ministerios jóvenes de la Unión Puertorriqueña.
El pastor Luis Rivera, presidente de la Iglesia Adventista en Puerto Rico, felicitó a los jóvenes por su compromiso y dedicación al proyecto. “Me siento tan feliz de ver de qué manera estos jóvenes, estudiantes universitarios y profesionales dedicaron tiempo de sus vacaciones para ser parte de este primer Proyecto Misión Caleb”, dijo Rivera. “Esto me produce gozo. Se puede ver que parte de su misión fue ese servicio apasionado por hacer algo por personas que no conocen al Señor”.Traducción de Marcos Paseggi