15 de septiembre de 2022 | Altamonte Springs, Florida, Estados Unidos | Noticias de AdventHealth

Dos casos de pacientes jóvenes que sufrieron de infecciones de la ameba comecerebros con muy diferente resultado llevó a científicos adventistas a desarrollar un nuevo método de análisis de las tres amebas más comunes y peligrosas que se encuentran en el agua dulce, anunció el sistema de salud en su nuevo Informe de Noticias de AdventHealth.

La nueva prueba reduce el tiempo del resultado de potencialmente días a tan solo cinco horas, una mejora significativa para una infección en la que cada segundo cuenta.

“No existen simplemente palabras para expresar cuán importante es esto”, dijo Steve Smelski quien, junto con su esposa Shelly, lanzó la Fundación Jordan Smelski de Conciencia sobre las Amebas después de que su hijo de 11 años falleciera en 2014. “Muchos no piensan en este diagnóstico hasta que es demasiado tarde”.

Jose Alexander, microbiólogo y director médico del departamento de microbiología, virología e inmunología de AdventHealth Central Florida, dijo que su equipo se dedicó a la misión de desarrollar la prueba después del caso de Jordan Smelski, y el de otro paciente dos años después que terminó siendo uno de los raros supervivientes de la infección de la ameba después de nadar en agua dulce.

“Comprendimos la importancia crítica de una herramienta diagnóstica rápida y confiable, pero no estaba y aún no está disponible para su venta”, dijo Alexander. “Nuestra experiencia con los casos previos y la falta de análisis para identificar la presencia de amebas vivas en el fluido medular nos llevó a iniciar una travesía de investigaciones y ensayos de prueba y error, buscando cuál era el mejor enfoque”.

El proceso de desarrollar el análisis llevó años, lo que incluyó una pausa como resultado de la pandemia del COVID-19. Los equipos de trabajo y los equipamientos utilizados para analizar las muestras de amebas estuvieron, durante un período de tiempo, dedicados enteramente a la prueba del coronavirus.

Pero para la primavera, dijo Alexander, los contagios de COVID-19 mermaron lo suficiente como para que los equipos reanudaran la verificación del análisis, y pudiera estar oficialmente a disposición de los medios que sospechaban la infección. Al igual que la ahora tan conocida análisis de PCR para el COVID-19, el nuevo análisis detecta material genético de la ameba, si bien hay que usar una muestra de fluido medular cerebral en lugar del hisopado nasal.

Las infecciones derivadas de la ameba pueden producirse después de nadar u otra exposición a aguas dulces sin tratar, como es el caso de los lagos o lagunas (las piscinas con agua con cloro no presentan ese riesgo). Los organismos microscópicos pueden abrirse paso por las narices del paciente y llegar al cerebro, donde una infección puede aferrarse y hacer que el paciente decline con rapidez.

Las amebas más comunes, la Naegleria fowleri, la Balamuthia mandrillaris, y la Acanthamoeba spp. pueden causar síntomas neurológicos similares a otras formas de encefalitis, como por ejemplo fiebre, dolor de cabeza y cuello duro.

Este artículo ha sido adaptado de una entrevista que apareció por primera vez en el sitio de noticias de AdventHealth.

Traducción de Marcos Paseggi

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