24 de abril de 2023 | Silver Spring, Maryland, Estados Unidos | Marcos Paseggi, Adventist Review
El 18 de abril, la Corte Suprema de los Estados Unidos llevó a cabo una audiencia cuyo fallo final, concuerdan los expertos y defensores de la libertad religiosa, podría tener implicaciones de largo plazo sobre los arreglos por motivos religiosos en el lugar de trabajo.
La Corte Suprema llevó a cabo una audiencia oral en el caso Groff vs. DeJoy. Gerald Groff era un empleado del servicio postal rural en Pennsylvania que solicitó no trabajar los domingos, su día religioso de descanso. Aunque al comienzo se le hizo lugar a su pedido, más tarde se le dijo que tendría que comenzar a trabajar los domingos. Groff finalmente decidió renunciar a su trabajo y hacer juicio por su derecho a un día religioso de descanso.
Los expertos y defensores adventistas de libertad religiosa explicaron que este no es “un caso adventista”, pero que es uno que, sin embargo, podría tener implicaciones para todas las minorías religiosas, incluidos los adventistas del séptimo día. En efecto, varios grupos, incluidos los musulmanes, los hindúes, los judíos ortodoxos y los adventistas del séptimo día presentaron lo que se denomina amicus curiae, una declaración que expresa apoyo al juicio de Groff.
El Título VII de la Ley de Derechos Civiles de 1964 prohíbe la discriminación religiosa en el lugar de trabajo, y requiere que los empleados “efectúen arreglos razonables” de la observancia religiosa de un empleado a menos que esos arreglos impongan una “dificultad excesiva” sobre la empresa. Desde el caso Trans World Airlines vs. Hardison en 1977, que estableció una exigencia mínima para los empleadores, la Corte Suprema ha interpretado el Título VII según ese caso a la hora de establecer límites a los arreglos que se requería que los empleados lleven a cabo en beneficio de los empleados cuyas posturas religiosas limitan su labor en su día de adoración. Este enfoque ha hecho que muchos empleados tengan que escoger entre su día de adoración y su empleo.Todd McFarland, asesor legal asociado de la Asociación General de los Adventistas del Séptimo Día, dijo que “el [caso] Groff representa la mejor oportunidad de deshacer los daños efectuados hace 46 años por la Corte Suprema, cuando interpretó la ley de manera contraria a lo que intentó el Congreso. Si la Corte corrigiera su error de 1977, eso marcará una victoria significativa para todas las personas de fe en el lugar de trabajo”.
La audiencia del 18 de abril
La audiencia del 18 de abril incluyó preguntas de los jueces a los abogados de ambas partes, mientras los nueve magistrados analizaban si corresponde expandir los derechos de los empleados que buscan arreglos por motivos religiosos. Durante todo el proceso, Groff ha sido representado por el Instituto First Liberty, Baker Botts LLP, el Consejo Iglesia y Estado, y el Centro de Derecho Independence.
Según un comunicado del Consejo Iglesia y Estado, el abogado Aaron Streett, de Baker Botts, que presentó los argumentos ante los jueces en nombre de Groff, explicó que “las cortes han interpretado el Título VII de manera tan restrictiva que los empleadores no necesitan otorgar siquiera el más simple de los arreglos a los observadores religiosos, de manera que les permita seguir su fe”.
Alan Reinach, del Concilio Iglesia y Estado, dijo que la interpretación restrictiva de las cortes “ha puesto en desventaja a aquellos que adhieren a ciertas tradiciones religiosas”. Y añadió: “Asegurarse de que todos sean tratados con justicia afirma el compromiso histórico de nuestra nación con la diversidad religiosa, aun en el trabajo”.Para Streett, “los jueces [ahora] tienen la oportunidad en este caso de restaurar la libertad religiosa en el lugar de trabajo. Un país que valora el pluralismo religioso debería respetar los derechos de libertad religiosa de cada empleado”.
Kelly Shackelford, presidenta, gerenta general y principal asesora legal del Instituto First Liberty, concordó con él.
“Ningún estadounidense debería verse forzado a escoger entre su fe y el trabajo que ama”, dijo, según el Concilio Iglesia y Estado. “Nuestra nación posee una larga historia de proteger a sus empleados de ser tratados de manera diferente en el trabajo por resultado de su fe. Esperamos que la Corte restaure la libertad religiosa en el lugar de trabajo”.
El Concilio Iglesia y Estado también citó a Randall Wenger, Centro de Derecho Independence, quien expresó: “Jamás deberíamos pedir a los estadounidenses que sacrifiquen su fe para conservar el empleo. Todos se benefician al tratar a los empleados religiosos con respeto”.
Groff mismo enfatizó que cree que “ningún empleado debería tener que escoger entre su fe y su carrera como fue mi caso”. Dijo que se siente agradecido de que su caso haya sido escuchado por la Corte Suprema de los Estados Unidos, una oportunidad que muy pocos en su situación han tenido alguna vez. “Espero que este caso resulte en una decisión que permita que otros sean capaces de conservar sus convicciones sin vivir con temor de perder el trabajo como resultado de sus creencias”, expresó.
El Instituto First Liberty es la organización legal más grande del país que se dedica exclusivamente a defender la libertad religiosa de todos los estadounidenses. El Concilio Iglesia y Estado, una entidad adventista, es la organización de políticas públicas más antiguas en el oeste de los Estados Unidos que se dedica a la libertad religiosa y a la separación de la Iglesia y el Estado. El Centro de Derecho Independence es una organización legal sin fines de lucro y bufete de abogados de derechos civiles que se especializa en temas relacionados con la Primera Enmienda.
Según el diario The Washington Post, la audiencia reveló los esfuerzos de los magistrados por “hallar el equilibrio entre los derechos religiosos en el lugar de trabajo y la carga que podrían imponer en los empleadores y colegas”. Los expertos concuerdan en que el resultado es difícil de predecir. Se espera un fallo para fines de junio de 2023.
Traducción de Marcos Paseggi