Diecisiete gerentes generales de la organización aprenden de primera mano cual es su función como líderes espirituales.
27 de enero de 2025 | Michelle Conklin, para AdventHealth
Cada líder de un hospital de AdventHealth posee dos funciones: ser gerente general ejecutivo y gerente general espiritual. Aunque las exigencias diarias de su primer papel pueden fácilmente eclipsar la segunda, AdventHealth cree que es esta última la que en último término determina el éxito de la organización.
Un grupo de 17 gerentes generales de AdventHealth tuvo hace poco la oportunidad de aprender esta lección de primera mano en Battle Creek, Míchigan, Estados Unidos, donde, a partir de 1866, la Iglesia Adventista del Séptimo Día comenzó su compromiso de extender el ministerio de sanación de Cristo por medio de servicios de salud al público. Los gerentes generales, todos en una frase temprana de sus períodos en el cargo, estuvieron allí como miembros de la clase inaugural del Programa de Liderazgo para Gerentes Ejecutivos de AdventHealth (CELP).
“La visita a Battle Creek buscó afianzar a los gerentes generales en nuestra misión de extender el ministerio de sanación de Cristo”, dijo Michael Paradise, director ejecutivo del Instituto de Liderazgo de AdventHealth. “Lograron sentir y experimentar el legado de atención de salud que nos diferencia como organización”.La visita al Sanatorio de Battle Creek y a la Aldea Histórica Adventista fue parte de un intensivo de tres días que se enfocó en sustentar la misión por medio de la comunicación e influencia. Fue el segundo de tres intensivos esparcidos a lo largo del años, que se enfocan en liderarse a uno mismo, liderar a otros, y liderar los resultados.
“AdventHealth cree realmente en la importancia que tiene el liderazgo”, dijo Paradise. “Esta organización está tratando de permanecer afianzada en la misión, debido a la amenaza de ir a la deriva en ese aspecto, que significa que estamos a una generación de perder de vista lo que más importa en la organización”.
Aunque el sanatorio y la aldea están abiertas a los turistas, los gerentes no estuvieron allí para pasear. Durante las tres horas que les llevó llegar manejando desde Chicago, los gerentes participaron en discusiones sobre la base de lecturas que les habían asignado de antemano. Cuando llegaron a Battle Creek, recorrieron el sanatorio, la aldea histórica y los lugares de sepultura de la familia White y de John Harvey Kellogg en el Cementerio de Oak Hill. También participaron en una reunión de oración y en discusiones de comprensión del tema allí en el lugar y al día siguiente, centradas en preguntas basadas en la experiencia, como por ejemplo: ¿Cuál es la responsabilidad de los gerentes de actuar de manera deliberada respecto de los principios de estilo de vida saludable de la tradición adventista de salud a la hora de liderarse a uno mismo y a otros? También discutieron si esa tradición de estilo de vida saludable que comenzó en el Sanatorio de Battle Creek eran tan solo una fachada. ¿Cómo pueden los gerentes protegerse de algo así? Por último, analizaron cómo una falta de alineación con la misión como motivación central se relacionó con el ocaso del Sanatorio de Battle Creek.
Si bien se esperaba que recibieran lecciones positivas en Battle Creek, la discusión sobre lo que llevó al cierre del sanatorio en 1942 fue inesperada pero igualmente beneficiosa. En particular, el papel fundamental de una sola persona, en este caso John Harvey Kellogg, para la supervivencia de la organización demostró la importancia de planear hoy la sucesión y que los gerentes generales, en forma individual, son tan solo un eslabón más en el legado de la salud adventista.“Toda la experiencia me ayudó a afianzarme en este don y misión especiales que se nos ha pedido que llevemos adelante”, dijo Dallas Purkeypile, gerente general de AdventHealth South Overland Park en Kansas. “Realmente reforzó la responsabilidad que tiene cada uno de nosotros de garantizar que esto no solo siga siendo parte de nuestra organización sino que sea expandida. Es nuestro deber”.
Vladimir Radivojevic, gerente general de UChicago Medicine AdventHealth GlenOaks en Illinois comentó: “La experiencia en Battle Creek vinculó nuestro trabajo con nuestra herencia, y hizo de ello algo personal y relevante”.
Para garantizar que el conocimiento obtenido durante el CELP, incluida la experiencia de Battle Creek, se traduzca a la práctica en el lugar de trabajo, cada gerente trabaja en dos documentos de acción. Efectuaron una revisión y repaso del Plan de Servicio Cristiano de la entidad, que describe la manera en que la entidad enfatizará la espiritualidad dentro de sus operaciones.
“La revisaron de manera deliberada, no solo como algo que cumplir”, dice Paradise. “Esta experiencia los inspira a actuar en forma deliberada para hacer que la misión siga estando al tope de su lista de prioridades”.
También se les pidió que escriban la descripción de tareas de su papel como gerentes generales espirituales, lo que será único para cada entidad. Cada descripción es revisada por los líderes corporativos de AdventHealth, los miembros del equipo del instituto de liderazgo, y por otros gerentes generales del grupo.
Después de revisar las descripciones sobre la base de los comentarios recibidos, se espera que los gerentes las usen para enmarcar sus actividades diarias para liderarse a sí mismo, a otros y los resultados.
“Como gerentes generales espirituales, son responsables de la cultura y la atmósfera de extender el ministerio de sanación de Cristo en toda la organización”, dice Paradise. “La misión es nuestro motivador, y la cultura nuestro diferenciador. ¿Cómo se muestra en nuestro campus? ¿Cómo experimenta un enfermero la diferencia? ¿Cómo siente un paciente la diferencia? Tiene que hacerse realidad mediante la cultura, y eso es responsabilidad del gerente. Es la palanca más grande que puede usar un gerente. Y puede también ser nuestra ventaja competitiva. Este programa ayuda a transformar la misión en una cultura práctica”.
Traducción de Marcos Paseggi