13 de julio de 2023 | Bridgetown, Barbados | CARU y Noticias de la División Interamericana

Tan pronto como llegó un pedido urgente del Hospital Queen Elizabeth en Bridgetown, Barbados, solicitando voluntarios para ayudar a su personal de asistentes, un grupo de adventistas del séptimo día se apuntó para ayudar. El hospital de seiscientas camas, que es el hospital general más grande de la parte sur de la isla, presentó la solicitud por medio de sus servicios de nutrición clínica para un programa de ayuda voluntaria a la hora de comer que se ocupa de cuestiones fundamentales de desperdicio de alimentos y garantiza que los pacientes reciban la nutrición que necesitan durante la recuperación.

Kerri Ann Best, dietista de los servicios de nutrición clínica del Hospital Queen Elizabeth y miembro de la iglesia adventista Way Calvary, dijo que el programa es importante porque significa una tarea menos que tendrán que llevar a cabo las enfermeras, de manera que puedan concentrarse en las tareas de su especialidad. “En el proceso, [el programa] ayudará a reducir los desperdicios, dado que los pacientes tendrán individuos asignados que los asistierán”, dijo la señorita Best.

El pastor Dayle Haynes, director de servicios comunitarios de la Asociación del Caribe Oriental, dijo que 29 personas de varias iglesias adventistas de Bridgetown se apuntaron rápidamente como voluntarios. “Tuvimos nueve voluntarios que pasaron por el programa de capacitación y ya están ayudando en el hospital”, dijo Haynes. Hay veinte que están pasando por la capacitación y en su mayoría son miembros adolescentes y jóvenes. “A los voluntarios se les enseña cómo alimentar a los pacientes, y estos reciben instrucciones básicas sobre atención en la habitación del paciente”, dijo.

Hospital Queen Elizabeth en Bridgetown, Barbados. El hospital es la institución de salud más grande de la región sur de la isla. [Fotografía: Facebook del Hospital Queen Elizabeth][Photo: Anthony Hall]

Haynes, quien también se sumó a la capacitación del programa de asistencia a la hora de comer, dijo: “No sentimos muy agradecidos de habernos asociado con el hospital para ayudar a muchos que están en circunstancias vulnerables y de necesidad. Como iglesia, nos sentimos felices de asumir este compromiso y marcar una diferencia”.

La respuesta de la Iglesia Adventista es importante, porque es una manera de expresar solidaridad con los hospitales, los obreros de salud y los miembros de la comunidad, dijo Haynes.

Los líderes del gobierno explicaron que, debido al personal limitado del sistema de salud, existe una gran necesidad de ayuda para alimentar a los pacientes, dijo Haynes. “Comprendemos que ante la enormidad de la situación, este apoyo es tan solo una gota en el cubo, pero es un elemento fundamental, porque es un placer colaborar con el Hospital Queen Elizabeth”, expresó.

Es la primera vez que la iglesia está involucrada en un ministerio semejante, dijo Haynes. Los voluntarios operarán sobre una base ya planificada, dado que el programa de asistentes voluntarios a la hora de las comidas se lleva a cabo todos los días de la semana.

Aunque el hospital cuenta con ese programa desde 2016, este se vio interrumpido durante la pandemia del COVID y solo fue reiniciado en mayo.

Nueve voluntarios de Servicios Comunitarios Adventistas reciben sus certificados por haber completado la capacitación necesaria para llevar a cabo el Programa de Asistentes Voluntarios a la Hora de Comer del Hospital Queen Elizabeth en Bridgetown, Barbados, en mayo de 2023. [Fotografía: cortesía de Barbados Today News]

Responder a esta solicitud fue una oportunidad de conectarse y devolver a la comunidad, dijo Haynes.

Judy Bourne, de la iglesia adventista Amazing Grace en Bridgetown, dijo que le gusta ayudar a las personas, y que lo ha estado haciendo ya por trece años. Bourne es directora de servicios comunitarios de su iglesia, y se encontraba activa en un programa de llevar comidas a los ancianos o recluidos antes del comienzo de la pandemia. Su iglesia pasó a preparar cajas de alimentos para los miembros necesitados de la comunidad. “Recuerdo cuando mi prima estaba en el hospital durante el COVID, y ella también tuvo desafíos, por lo que este ministerio representa otra oportunidad de ayudar a los necesitados”. Bourne dijo que hay otros cinco miembros de su iglesia que han expresado interés en el programa del hospital.

Los pacientes ya han contado de qué manera la presencia de los voluntarios ha iluminado sus días, dijo Haynes. “Las familias han expresado un profundo aprecio por la ayuda y compasión mostradas a sus seres queridos cuando estaban más vulnerables”, añadió.

El pastor Dayle Haynes, director de Servicios Comunitarios de la Asociación del Caribe Oriental, recibe su certificado por haber completado el programa de capacitación como voluntario en el Hospital Queen Elizabeth. [Fotografía: cortesía de Dayle Haynes]

El pastor Anthony Hall, presidente de la Asociación del Caribe Oriental con sede en Bridgetown y que supervisa la obra de la Iglesia Adventista en Barbados y Dominica, celebró la dedicación de los miembros que respondieron al llamado de ayudar a otros. “Nos sentimos orgullosos de los miembros que están viviendo los principios de lo que significa ser cristiano. Gracias por ver una necesidad y llenarla”, dijo Hall.

“La Iglesia Adventista ha estado asociándose con la comunidad de la Asociación del Caribe Oriental en numerosos proyectos e iniciativas, lo que incluye la promoción de un estilo de vida saludable para beneficiar a la población en general, pero esa fue una oportunidad de alcanzar a otros en tiempos de necesidad”, dijo Hall. “Es un testamento del poder transformador de la participación comunitaria, y del impacto significativo que puede alcanzarse cuando se unen las manos y los corazones”.

El programa de voluntarios permite que estos tengan la libre oportunidad de orar e interactuar con los pacientes, dijo la señorita Best.

El siguiente grupo que pasará por el entrenamiento será el de los adolescentes y los jóvenes, dijo Haynes. El programa está abierto a todo aquel que quiera ser voluntario, y los estudiantes pueden recibir créditos de servicio comunitario del programa.

“Estamos comprometidos con la tarea de reflejar quién es Dios, sirviendo y ofreciendo lo mejor para sus hijos”, dijo Haynes. “La presencia de ellos ha producido un rayo nuevo de esperanza y consuelo a los pacientes gracias a sus cálidas sonrisas, palabras amables de aliento y atento cuidado, creando un ambiente de crecimiento que mejora el proceso de sanación de los que están necesitados”.

Traducción de Marcos Paseggi

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