30 de julio de 2023 | Silver Spring, Maryland, Estados Unidos | Marcos Paseggi, Adventist Review
Un renombrado investigador sobre la integración de la espiritualidad y la psicoterapia, al referirse al tema de las luchas espirituales, compartió maneras de evaluar los momentos de cuestionamientos y dudas para ayudarnos y ayudar a otros que estén experimentado desafíos similares. Kenneth Pargament, considerado uno de los cincuenta psicólogos más influyentes del mundo, fue el primer orador destacado en la noche de apertura de la Conferencia Adventista sobre Investigación y Práctica de Familia 2023 el pasado 20 de julio.
Pargament es profesor emérito de psicología de la Universidad Bowling Green State y profesor adjunto del Departamento de Psiquiatría y Ciencias de la Conducta Menninger del Colegio de Medicina de Baylor.
“Las luchas espirituales no son algo raro”, dijo Pargament. Hizo referencia a estudios en el que el setenta por ciento de las personas reconocieron pasar por esas luchas al menos una vez en la vida. “Las luchas espirituales afectan a todas las denominaciones y grupos demográficos. Pero no son una señal de una fe débil. Son una parte natural de la vida”.
La conferencia de tres días de duración, llevada a cabo totalmente en línea, es una sociedad entre el departamento de ministerios de familia de la Asociación General y el Departamento de Discipulado y Educación del Desarrollo en el Seminario Teológico Adventista de la Universidad Andrews, la Escuela de Trabajo Social, y el Instituto para la Prevención de Adicciones de la Universidad Andrews. Este año, el evento se enfocó en las familias y la salud emocional bajo el lema “Esperanza, Sanación y Progreso”.
Willie Oliver, director del departamento de ministerios de familia de la Asociación General, dio la bienvenida a los participantes, destacando que más de dos mil personas se habían registrado para el evento desde todo el mundo. “Han pasado casi cincuenta años desde que esta conferencia se ha llevado a cabo en forma continua”, dijo, explicando que comenzó en 1975 en el campus de la Universidad Andrews gracias a John y Millie Youngberg, por entonces profesores de educación religiosa que sentían entusiasmo ante la necesidad de que las familias de la iglesia fueron saludables. “Desde 2020, debido al COVID, estamos llevando a cabo eventos virtuales, pero el próximo año, será en persona y otra vez más en la Universidad Andrews”, anunció.
El objetivo del evento de este año, dijo Oliver, fue “aprender lo que podemos hacer como familias para encontrar salud emocional y ayudar a las familias con las que trabajamos para que también la hallen”.
En un mensaje de bienvenida grabado, Ted N. C. Wilson, presidente de la Asociación General, compartió una declaración similar.
“Las familias son los bloques que edifican la sociedad. Dios quiere que sus familias sean un testimonio para otros”, expresó. Al cuidar de la familia propia, estaremos “listos para ser una fuente de esperanza y sanación”, dijo Wilson.
Las luchas espirituales
El tema de las luchas espirituales —esas experiencias de tensión, estrés y conflicto sobre cuestiones sagradas— es un área sumamente compleja, reconoció Pargament al comienzo de su presentación.
“La espiritualidad es un tremendo recurso para muchas personas”, expresó. “En los tiempos difíciles, las personas suelen buscar a su fe en busca de ayuda para afrontar los problemas, y ese afrontamiento puede ser sumamente efectivo para sus vidas”.
Una declaración como esa incluye un “pero” sumamente significativo, explicó Pargament. “Cuando hallamos estresores internos o externos, ellos nos sacuden hasta el mismo centro. El suelo sobre el que estamos deja de ser seguro. Y en esos momentos, podemos experimentar luchas espirituales”.
En ese sentido, reconoció, “la religión tiene dos lados: puede brindar consuelo, pero también puede ser una fuente de conflicto, luchas y serios problemas”.
Pargament, quien, junto a otros investigadores, ha estado estudiando el tema durante años, mencionó diversos tipos de luchas espirituales, lo que incluye luchas divinas (por ejemplo, sentirse enojado con Dios o sentir que Dios te está castigando), luchas morales (por ejemplo, la dificultad de seguir principios morales o espirituales), y luchas del significado último (por ejemplo, cuestionarse si la vida realmente tiene sentido). También mencionó las luchas por dudas (por ejemplo, sentirse confundido respecto de las creencias religiosas propias), luchas religiosas interpersonales (por ejemplo, el conflicto con otras personas por motivos religiosos), y luchas con el mal sobrenatural (por ejemplo, sentirse que los eventos diarios en la vida propia son obra del diablo o los malos espíritus).
Profundas implicaciones para la salud
Pargament explicó que los psicólogos clínicos suelen trabajar con personas que enfrentan lesiones, accidentes, o enfermedades. “Pero a menudo pasamos por alto sus luchas espirituales”, dijo, y añadió: “No podemos ayudarlos si ignoramos la dimensión espiritual de sus luchas”.
Una de las razones para ello, explicó Pargamento, es que las luchas espirituales tienen profundas implicaciones para la salud y el bienestar.
Los estudios sobre espiritualidad y salud revelan que las luchas espirituales están vinculadas con todas las formas de síntomas psicológicos, lo que incluye la ansiedad, la depresión, la conducta compulsiva y la somatización, contó Pargament.
“En un histórico estudio sobre la espiritualidad y la salud, se mostró una vinculación entre todos los tipos de luchas religiosas con una mayor depresión, mayor ansiedad, menos satisfacción para la vida, y menos felicidad”, reportó. “En un estudio de los veteranos de Irak y Afganistán, las luchas espirituales fueron el único predictor significativo de la intención de suicidio, es decir, de la probabilidad de intentos futuros de suicidio”.
¿Pueden las luchas espirituales llevar al crecimiento?
A primera vista, puede parecer que las luchas espirituales llevan al crecimiento, dijo Pargament. “Pensamos que las luchas son un camino hacia el crecimiento y la transformación. No obstante, ¿es realmente así?”
Explicó que es verdad que las luchas espirituales “pueden llevar a un cambio en las prioridades de la vida, el descubrimiento de la fortaleza personal, el hallazgo de un nuevo camino en la vida, o la experiencia de un mayor sentido de cercanía con los demás y con Dios”. En lo que respecta a las luchas de origen divino, por ejemplo, “una expresión honesta de los sentimientos negativos puede incrementar el sentido de intimidad con Dios o desafiar las ideas simples sobre él. Las luchas por dudas, por otro lado, pueden ayudar a cultivar el pensamiento crítico o aclarar lo que realmente creemos en contraste con lo que simplemente nos han dicho que tenemos que creer”, expresó.
Al mismo tiempo, reconoció Pargament, las investigaciones empíricas han mostrado un vínculo consistente entre las luchas espirituales y el crecimiento. “¡No hagamos sentimentales las luchas espirituales!”, pidió, y agregó: “El dolo no siempre produce buenos resultados; el sufrimiento no siempre edifica el carácter”.
El enfoque clave, dijo Pargament, implica ver las luchas espirituales como una bifurcación en el camino hacia el crecimiento y/o el declive. En ese sentido, enfatizó, es clave evaluar esas luchas espirituales.
Implicaciones prácticas
Pargament hizo un llamado a los profesionales de la salud mental y a otros para que exploren la naturaleza de las luchas espirituales en ellos y en sus pacientes al evaluar por qué está pasando la persona. Mediante una serie de preguntas, los profesionales de salud pueden ayudar a sus pacientes para que pongan en palabras esas luchas, lo que los llevará a una mejor comprensión de la situación específica de una persona, expresó.
Uno de esos métodos incluye preguntarles explícitamente: “¿Lo han afectado religiosa o espiritualmente sus problemas? ¿De qué manera?”
Pargament ha desarrollado una serie de preguntas que los profesionales pueden preguntar, lo que incluye: “¿Cuáles son las preguntas más profundas que su situación ha creado?” Y: “¿Cómo ha esta situación sacudido su fe?”
“La clave es estimular la conversación sobre las luchas espirituales: escuchar, escuchar, escuchar”, dijo. Es asimismo importante estimular la aceptación en lugar de la evitación para normalizar las luchas espirituales, expresó.
Al mismo tiempo, enfatizó Pargament, es fundamental fomentar una plenitud más grande, evitando quedar atrapado en la lucha y buscando, por el contrario, un significado y propósito más profundos. Algunas actividades recomendadas a las personas que están pasando por luchas espirituales incluyen escribir y compartir una autobiografía espiritual, compartir las luchas espirituales, y visualizar al ideal espiritual personal en el futuro.
“Más allá de la terapia del diálogo, las familias y las instituciones religiosas pueden anticipar las luchas espirituales”, dijo Pargament. “Los padres no deberían sentir temor de discutir el tema de las luchas espirituales en la mesa a la hora de la cena”.
Traducción de Marcos Paseggi