San Luis, Missouri, Estados Unidos, 1º de Julio de 2005. [Adventist News Review (Revista de Noticias Adventista)]

En una entrevista de prensa concedida poco después de su reelección, Jan Paulsen respondió cierto número de preguntas en torno a la juventud que está en la iglesia, los desafíos del lento crecimiento en Europa, los desafíos para los años por venir, y frustraciones personales.

Concerniente a los jóvenes, él dijo: “Quiero saber qué está en sus corazones”. Repitiendo un pensamiento de la presentación de la noche anterior, Paulsen urgió a los jóvenes directamente: “Si ustedes no encuentran que la iglesia es interesante, vengan y háganla interesante…Sean nuestros compañeros en ese sentido”.

Continuando su iniciativa de “Let’s Talk” (Hablemos) invitando a los jóvenes a dialogar acerca de temas que son importantes para ellos, él también instó a la iglesia a ser más tolerantes y a aceptar que la gente joven se involucre en la vida de la iglesia. “Porque yo tenga 55 años (tengo un poco más de edad que eso), eso no significa que yo tengo un derecho mayor para hablar en la iglesia, que alguien que tiene 20 años… Ellos cometerán errores – ¿No los cometió usted?”. Paulsen también reveló que él había pedido a los presidentes de las divisiones mundiales a que tuviesen iniciativas semejantes a Let’s Talk, con los jóvenes en sus áreas locales.

Hablando acerca del desafío del lento crecimiento de la feligresía en Europa, él reconoció: “No tengo las respuestas”. Pero subrayó dos cosas para que los miembros las comprendan. En primer lugar, que simplemente porque la iglesia encuentra dificultades para la obra en Europa, “por favor, no deduzcan de eso, que Dios se ha apartado de ahí o algo así”. En segundo lugar, no definan la obediencia con base en la situación en la cual ustedes mismos se encuentran –puede haber tanto gozo en el cielo por una persona salvada en Europa, que por ciento una personas salvadas en algún otro lugar.

En respuesta a la pregunta de los desafíos para los próximos cinco años, Paulsen se refirió a la necesidad del cuidado pastoral de los miembros, la necesidad de edificios para que los miembros se reúnan, porque “en muchos lugares sólo hay una palmera para reunirse bajo ella”, y la necesidad de mantener la unidad y evitar el regionalismo.

Cuando se le preguntó acerca de sus frustraciones, aunque admitió que está muy contento en su trabajo y disfruta yendo a trabajar en la mañana, encuentra una “pequeña preocupación”; personas que actúan motivados por miedo en lugar de ser motivados por el vigor, y la frustración de no ser capaz de llenar más de las grandes necesidades que él ve alrededor del mundo, como frustrantes.

Una pregunta final que respondió fue si él va a quedarse por un período completo de cinco años:

“Yo soy un siervo del Señor”, dijo. “Él es dueño del futuro”.

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