Wilson, Carolina del Norte, Estados Unidos, 24 de Julio de 2006… [Personal de ANN]
En la Iglesia Adventista del Séptimo Día, el bautismo no es para los infantes—la iglesia generalmente bautiza a los que alcanzan a una «edad cuando puedan ser responsables», y a aquellos que estén totalmente conscientes del solemne paso que representa dicha inmersión.
Pero si bien la mayoría de los bautizados en la iglesia son adultos jóvenes, adolescentes, o gente de mediana edad, ocasionalmente hay excepciones en lo que podría llamarse “el otro extremo” de la escala de las edades. Una de esas excepciones es Pablo Cruz, nacido el 7 de junio de 1906 en la ciudad de Veracruz, México. Para poner el asunto en perspectiva, Cruz tenía sólo 9 años de edad cuando Elena G. de White, una de las pioneras fundadoras de la Iglesia Adventista, murió a la edad de 88 años.
Aunque creció en una iglesia diferente, el Sr. Cruz llegó a ser un lector y estudiante diligente de la Biblia unos pocos años atrás. Cruz ha enviudado dos veces, tuvo 14 hijos, 5 de los cuales ya han muerto, y muchos nietos.
Sin embargo, el Sr. Cruz estaba seguro en su deseo de unirse a la Iglesia Adventista, algo que uno de sus hijos y una nieta ya habían hecho. Después de consultar con sus colegas ministeriales acerca del caso, el Dr. Alberto R. Treiyer, un pastor adventista que actualmente trabaja con la iglesia en la región de Carolina, determinó que –a la edad de 100 años—el Sr. Cruz estaba listo para el bautismo.
La ceremonia tuvo algunas diferencias: Se eligió un día templado para que el agua de la piscina tuviera una temperatura adecuada. Tres feligreses se ocuparon de acompañar al anciano hacia y desde el agua. Y el Sr. Cruz estaba vestido con un atuendo regular, y no con la túnica bautismal acostumbrada.
Los resultados, sin embargo, fueron los mismos: ese día nació un nuevo «bebé» en Cristo, explicó el Dr. Treiyer. En una breve declaración ante los reunidos para presenciar la ceremonia, dijo: «Tuvieron que enterrarse 100 años, para dar nacimiento a otra vida que ya tenía sabor de eternidad. Qué experiencia maravillosa pensar en el hecho que un siglo fue dejado atrás».
La Iglesia Adventista del Séptimo Día, que es una de las denominaciones de más rápido crecimiento en el mundo, bautizó un promedio de 2.896 personas por día en el mundo durante 2005, según la oficina de archivos y estadísticas de la iglesia.
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