Mayagüez, Puerto Rico… [Personal de la DIA]
Dirigentes de la iglesia y miembros todas las iglesias en Puerto Rico lamentan la pérdida de su presidente, el pastor José Miguel Ramos quien murió la semana pasada. El pastor Ramos tenía 65 años de edad.
El pastor Ramos quien sirvió como presidente de la iglesia en Puerto Rico desde 1999, murió de un tumor que se le dignosticó nueve meses anterior a su muerte.
Miembros de la iglesia y de la comunidad de toda la isla, asistierón a tres días de servicios de recordación en la Universidad Adventista Antillana en Mayagüez y en Río Piedras.
«El pastor Ramos será recordado por muchas cosas», dijo Efrén Pagán, secretario ejecutivo de la iglesia en Puerto Rico, en una declaración. «Él era un entusiasta promotor, apoyó el ministerio de los niños y de la juventud. Fue un administrador equitativo, un dedicado trabajador».
Según Pagán, el pastor Ramos asumió la posición de presidente de la iglesia en Puerto Rico durante una crucial re-estructuración de sus cuatro instituciones.
«Dedicó una gran cantidad de tiempo a trabajar estrechamente con la Universidad Adventista Antillana, el Hospital Bella Vista, la Policlínica Bella Vista y el Plan de Servicios de Salud Bella Vista, los cuales lograron estabilizarse y desarrollarse financieramente», dijo Pagán.
El pastor Ramos comenzó a trabajar para la iglesia en 1969. Sirvió como pastor distrital, director del ministerio de publicaciones, director de Escuela Sabática, ministerios personales y tesorero de asociación, antes de ser presidente de la iglesia.
Dirigentes de todo el territorio de la División Interamericana asistieron al servicio final el cual se realizó el 28 de julio.
El pastor Filiberto Veduzco, tesorero de la iglesia para Ínter América, pronunció un mensaje de esperanza a los asistentes. Otros dirigentes de iglesia presentes fueron, los pastores Pablo Perla, presidente de la Asociación Publicadora Interamericana, Cesario Acevedo, presidente de la iglesia en República Dominicana y Theart St. Pierre, presidente de la iglesia en Haití.
Sobreviven al pastor Ramos, su esposa Awilda, cuatro hijos y cuatro nietos.