6 Julio de 2010 – Monterrey, Nuevo León, México. (Libna Stevens / DIA)Días después de que la Tormenta Tropical Alex golpeó el noreste de México, con lluvias torrenciales y cobrando la vida de 12 personas en el estado de Nuevo León, la iglesia Adventista del Séptimo día se está movilizando extendiendo su mano a aquellos que se encuentran en necesidad.“La fuerza de la tormenta ha dañado las avenidas principales y ha barrido con automóviles y escombros a su paso”, dijo Miguel Patiño, director de comunicación de la iglesia en el noreste de México, con sede en Monterrey. “Nuestro presidente de la nación ha visitado la región y la declaró zona de desastre”.“Tenemos algunos de nuestros hermanos y hermanas que han perdido todas sus pertenencias”, Patiño explica.Aunque no se han reportado muertes entre los miembros de iglesia, Patiño señala que los líderes de la iglesia aun no han podido cuantificar el daño a los hogares de los miembros de iglesia, y a los mas de 75 templos del territorio. Daños menores fueron reportados en las tres escuelas primarias y secundarias Adventistas en la región.De acuerdo a Patiño, mas de 300 jóvenes fueron organizados para distribuir agua y ayudar a limpiar escombros y calles colmadas de lodo a través de las comunidades afectadas. Así mismo, los templos adventistas se han convertido en centros de acopio.“Los jóvenes se han organizado en diferentes equipos para apoyar en los diferentes esfuerzos que se llevan a cabo en la ciudad”, dice Arnulfo Gallegos, coordinador de la Agencia Adventista de Recursos Asistenciales en el Noreste de México.Tan pronto como Alex golpeó la zona, el Pastor Arturo King, presidente de la iglesia en el Noreste de México, envió un video mensaje desde Atlanta, donde él se encontraba atendiendo la Sesión de la Conferencia General. El aplaudió la obra de los jóvenes en el video, diciendo: “Queremos expresar nuestro sincero aprecio a nuestros jóvenes en nuestro territorio. Nos sentimos orgullosos de verles extender su mano tan pronto como la necesidad surgió”.Además, el Pastor King apeló a los miembros locales de la iglesia a donar sábanas, alimentos no perecederos, agua y ropa. También invitó a los profesionistas adventistas a unirse en los esfuerzos de tal forma que la iglesia pueda servir a las comunidades afectadas por la tormenta.Antes de tocar tierra, la Tormenta Tropical Alex era un huracán categoría 2 en su punto de mayor intensidad en el Golfo de México.De acuerdo a los informes, el Estado de Nuevo León no había sido golpeado tan fuerte desde que el huracán Gilberto, una tormenta de categoría 5 provocó amplia destrucción al noreste de México en 1988.