Una vez más, nos reunimos para proseguir en la misión divina.
7 de enero de 2024 | Silver Spring, Maryland, Estados Unidos | Jonathan Walter, Adventist Review
Es muy emocionante cuando las personas se congregan desde todos los confines del planeta con un propósito común. Ya sea para los Juegos Olímpicos, la Asamblea de las Naciones Unidas, una conferencia global sobre el clima o, como es el caso de la Iglesia Adventista, un Congreso de la Asociación General. Cuando personas de todas las naciones, culturas, etnias e idiomas se reúnen para colaborar, trabajando juntas en unión para hacer realidad un proyecto, eso brinda una conciencia particular de lo que nos conecta, lo que podemos lograr juntos, y de cuán similar somos, a pesar de nuestras diferencias culturales y étnicas.
La unidad en la diversidad más allá de las fronteras resulta inspiradora para los seres humanos. Por supuesto, los encuentros seculares y un Congreso de la Asociación General no podrían ser más disímiles en su naturaleza y propósito. Lo que obviamente los diferencia es la causa detrás de esos encuentros de representantes de la humanidad. Hay sin duda muchas conferencias y reuniones internacionales con buenas intenciones y objetivos. Por más emocionante que resulte asistir a los Juegos Olímpicos o a cualquier otro evento deportivo, político o ideológico global, ese sentido de unidad es limitado y aún no ha logrado producir una paz, mejoras o transformaciones duraderas de la condición humana.
Por el contrario, nosotros, como iglesia, nos unimos para un Congreso de la Asociación General en amor, verdad y humildad para ensalzar a Dios, nuestro Creador, y el propósito de la misión, porque sabemos que Jesús es la única solución para la humanidad caída, y que queda poco tiempo.
Un encuentro crucial
Un Congreso de la Asociación General es acaso el encuentro más inspirador, importante y multicultural de esta era. La Iglesia Adventista es la más grande organización misional de creyentes del remanente de Dios para el tiempo del fin. Y aunque ninguna organización humana es perfecta, impresiona. Es un cuerpo de personas guiadas por el Espíritu que no solo guarda la verdad de Dios a flote, sino que la ensalza y proclama. No olvidemos tampoco el legado profético que Dios encomendó a la Iglesia Adventista para que lo siga compartiendo. Ser adventista significa ser un cristiano enfocado en la misión, creyente de la Biblia, consciente del tiempo del fin en el que vivimos, dedicado a hacer lo que tiene a mano, y consciente de su necesidad diaria de Jesús y del bautismo del Espíritu Santo. Significa unirse a otros hermanos a nivel local y global para apoyar los esfuerzos de Dios por preparar corazones para su regreso. Es por ello que la Iglesia está estructurada así, y es por ello crucial que nos reunamos periódicamente, tanto local como globalmente.
Ser un cuerpo organizado en forma representativa significa que cada miembro, no importa si vive en Nueva York, los suburbios de Manila, los campos de Kenia, o las tierras altas de Papúa Nueva Guinea, ejerce una influencia sobre la dirección de la iglesia mundial. A nivel global, un Congreso de la Asociación General, con sus 2804 delegados que representan a al menos 150 países, es el lugar donde ser testigo de la iglesia remanente global de Dios en acción y participar en sus planes misioneros. Del 3 al 12 de julio de 2025, tenemos la bendita oportunidad de ser parte, una vez más, de ese encuentro histórico.
Un evento a toda escala
Debido a la pandemia del COVID-19, el Congreso de la Asociación General 2020 fue pospuesto para 2022, y se redujeron las actividades al margen del evento. Sin embargo, en 2025, el Congreso en San Luis (Missouri, Estados Unidos), brindará una vez más la experiencia plena y presencial que los participantes han esperado con ansias. Los asistentes pueden esperar exposiciones, programas inspiradores, informes y presentaciones, reuniones administrativas y auxiliares, encuentros de mujeres y la presencia significativa de invitados especiales. En otras palabras, el Congreso volverá a ser lo que era.
Las reuniones principales podrán ser vistas mediante transmisión en vivo. Aunque esto brinda acceso a los que no pueden asistir, no alcanza a captar toda la experiencia que implica asistir al Congreso de la Asociación General en persona.
Además de enérgicas reuniones y esclarecedoras reuniones administrativas, los asistentes tendrán mucho que explorar, lo que incluye una amplia sala de exposiciones. Allí, diversos ministerios, instituciones, departamentos y organizaciones adventistas mostrarán su trabajo y ofrecerán materiales y recursos de evangelización, además de oportunidades de establecer nuevos contactos. Gracias a los más de cincuenta mil asistentes que se espera recibir de cada extremo del campo misionero, la sala de exposiciones promete ser un lugar destacado para develar nuevas ideas e innovaciones para alcanzar el mundo para Cristo. Si quiere aprender más sobre lo que la iglesia y los ministerios en el mundo están haciendo y sobre cómo participar, ¡este es el lugar para usted!
Las herramientas digitales mejorarán y ampliarán la experiencia, poniéndola a disposición de una audiencia más amplia. Durante diez días, la sala de exposiciones funcionará como centro de interacciones personales, de manera muy similar a una gran reunión familiar, en la que amigos y exalumnos de muchas instituciones educacionales de la iglesia mundial se reconectarán en persona.
El próximo congreso también destacará los planes estratégicos Reenfoque misionero y I Will Go, junto con otras iniciativas claves. Estas prioridades están diseñadas para motivar y guiar a la iglesia a una nueva etapa de trabajo misionero integral, abarcador y de vanguardia.
Por último, durante el Congreso de la Asociación General, se nomina, elige y encomienda con oración a los líderes mundiales y de las divisiones, con la sagrada tarea de ser siervos líderes de la iglesia mundial para el próximo quinquenio.
¿Estará usted allí?
En tan solo unos meses, los adventistas llegarán desde todos los extremos del planeta para reunirse en St. Louis, sabiendo que Dios ama a su iglesia y ha estado con nosotros en medio de nuestros altibajos. Por su gracia, nos uniremos para buscar, hacer y cumplir su voluntad, esperando un derramamiento del Espíritu Santo que nos lleve más cerca de su propósito último: ver terminado pronto su proyecto de un reino victorioso, redentor y glorioso.
Traducción de Marcos Paseggi