En el Día Mundial del Corazón descubre cómo la alimentación, el ejercicio y la fe pueden fortalecer tu vida.
29 de septiembre del 2025 | Montemorelos, Nuevo León, Mexico | Yerik Macías, Universidad de Montemorelos
Imagina llegar a los 80 o 90 años con energía, independencia y sin enfermedades que limiten tu vida. Para entonces, tu corazón habrá latido cerca de 3 mil millones de veces, sin detenerse ni un solo segundo desde el día en que comenzaste a existir.
Este órgano incansable es tan vital que, si dejara de latir más de seis segundos, perderías el conocimiento, y si ese silencio se prolongara, tu vida se apagaría. El corazón es el motor que sostiene cada respiración, cada movimiento y cada experiencia. Sin él, la vida simplemente se detiene.
Actualmente, en Estados Unidos una persona muere cada 34 segundos por alguna enfermedad cardiovascular. En México y en el mundo, estas enfermedades siguen siendo la principal causa de muerte. Por eso, cada 29 de septiembre se conmemora el Día Mundial del Corazón, un recordatorio de la importancia de mantener hábitos que protejan nuestra salud cardiovascular.
Se sabe que el tabaquismo, el sedentarismo y la mala alimentación dañan seriamente al corazón. El consumo habitual de ultraprocesados, grasas saturadas y alimentos pobres en fibra aumenta el riesgo de sufrir complicaciones graves como infartos cerebrales o cardíacos. En contraste, una alimentación basada en frutas, verduras, legumbres y granos integrales fortalece la salud del corazón y mejora la calidad de vida.
El ejercicio también es un pilar fundamental: se recomienda realizar al menos 150 minutos de actividad física aeróbica a la semana, de intensidad moderada a vigorosa. Además, cuidar aspectos como una buena higiene del sueño, mantener una adecuada hidratación, aprender a manejar el estrés y cultivar relaciones significativas contribuyen a un corazón más sano.
Desde la perspectiva espiritual, el apóstol Pablo nos recuerda en 1 Corintios 6:19 “¿Acaso no saben que su cuerpo es templo del Espíritu Santo, quien está en ustedes y al que han recibido de parte de Dios?” Cuidar del cuerpo es honrar a Dios, y eso incluye adoptar hábitos que preserven la vida. No es casualidad que, en el Edén, Dios proveyó a Adán y Eva de una dieta rica en fibra, frutas y vegetales, base de una nutrición que fortalece la salud.
Nuestro corazón trabaja sin descanso cada segundo para mantenernos vivos. No cuidarlo significa reducir nuestra funcionalidad, acortar nuestra esperanza de vida y perder la oportunidad de vivir plenamente. En este Día Mundial del Corazón (29 de septiembre), reflexiona sobre la importancia de este órgano y haz cambios que marquen la diferencia en tu salud.
Recuerda las palabras de Proverbios 4:23 “Por sobre todas las cosas cuida tu corazón, porque de él mana la vida”.
Yerik Macías es médico cirujano y docente en el Departamento de Apoyo a la Investigación en Ciencias de la Salud de la Escuela de Medicina de la Universidad de Montemorelos.