14 de octubre de 2014 | Silver Spring, Maryland, Estados Unidos | Edwin Manuel García -ANN

El vicepresidente de la Iglesia Adventista, Mike Ryan, preside el Concilio Anual el martes 14 de octubre cuando los delegados votan abrumadoramente en favor de colocar un punto en la agenda de la Sesión de la Asociación General del año próximo, para inquirir si las divisiones mundiales permitirían la ordenación de las mujeres al ministerio. El voto fue de 243 contra 44, con 3 abstenciones. Imagen por Viviene Martinelli

La Iglesia Adventista decidiría el próximo mes de julio tomar un voto histórico en cuanto a si permitir que las mujeres sean o no ordenadas al ministerio.

La decisión para dar lugar a un voto fue tomada hoy por la Junta Ejecutiva de la Asociación General en sus oficinas mundiales, durante el Concilio Anual 2014. Un voto respecto a la ordenación de la mujer podría poner fin –o prolongar aún más- un viejo debate que durante décadas ha amenazado con dividir a la denominación, de acuerdo con aquellos en ambos lados de la discusión.

Con 243 votos a favor y 44 en contra, y al final de todo un día de deliberaciones, la Junta Ejecutiva estuvo de acuerdo en colocar la propuesta en la agenda de la Sesión de la Asociación General 2015, a celebrarse en julio y en la cual se establecen los reglamentos de la Iglesia en su totalidad:

«Por cuanto, la unidad de la iglesia por la que Jesús oró es de vital importancia en la testificación de la Iglesia Adventista y;

«Por cuanto la Iglesia Adventista del Séptimo Día procura involucrar a cada miembro en su misión mundial de hacer discípulos de Jesucristo entre personas de toda nación, cultura y etnicidad y;

«Por cuanto, varios grupos nombrados por la Asociación General y sus divisiones han estudiado cuidadosamente la Biblia y los escritos de Elena G. White con respecto a la ordenación de mujeres y no han llegado a un consenso en cuanto a si la ordenación de mujeres se afirma o se rechaza unilateralmente y;
«Por cuanto , la Iglesia Adventista del Séptimo Día afirma que “Dios ha ordenado que los representantes de su Iglesia procedentes de todas partes del mundo tengan autoridad cuando se reúnen en una Sesión de la Asociación General”.

«Por tanto, la Junta Ejecutiva de la Asociación General requiere de los delegados, en su sagrada responsabilidad ante Dios en la Sesión de la Asociación General 2015, que respondan a la siguiente pregunta:

«Después de un estudio con mucha oración, sobre la ordenación, tanto en la Biblia como en los escritos de Elena G. White y los informes de las comisiones de estudio y;

«Después de cuidadosa consideración de lo que es mejor para la Iglesia y el cumplimiento de su misión,

«¿Es aceptable para las juntas directivas de las divisiones, según lo ven apropiado en su territorio, hacer provisión para la ordinación de mujeres al ministerio evangélico? Sí o No”.

Si la pregunta respecto a la teología de la ordenación se pone a votación, entonces los dirigentes de las 13 divisiones mundiales podrían decidir ordenar o no mujeres en su territorio.

La propuesta votada hoy por la Junta Ejecutiva fue traída a la asamblea como recomendación para los directivos máximos de la Iglesia y podría considerarse como una forma creativa de enfrentar un asunto espinoso al tomarse una posición de tendencia neutral.

Algunos proponentes de la ordenación de mujeres votaron en favor de la moción, pero expresaron su preocupación acerca de que la propuesta ante la Junta Ejecutiva carecía de una recomendación formal en pro o en contra de la ordenación. Los proponentes temen que el asunto tenga menos peso cuando la propuesta llegue a la Sesión de la Asociación General que se reunirá del 2 al 11 de julio en San Antonio, Tejas, Estados Unidos.

“Pienso que este organismo debe orientar a la iglesia mundial”, dijo David Weigley, presidente de la Unión de Columbia, de la División Norteamericana. “Estamos desperdiciando una oportunidad de oro para orientar. Los dirigentes guían, dan orientación”, dijo.

“Basándonos en lo que veo a través de la historia de este asunto en particular, pareciera que el Concilio Anual ha jugado siempre un papel importante en los puntos que pasa a la agenda de la sesión de la AG”, dijo Heather-Dawn Small, directora de Ministerio de la Mujer de la Iglesia Adventista mundial. “Lo que he visto en el pasado es que lo que decide el Concilio Anual ejerce su influencia en la Sesión de la AG”.

Quien presidió hoy el Concilio Anual, el vicepresidente Mike Ryan, sugirió que la recomendación necesitaba ser imparcial y que la pregunta sobre la ordenación correspondía más a la delegación a la Sesión.

Más de 20 personas hablaron sobre varios lados del asunto.

Alberto C. Gulfan Jr., presidente de la División Asia-Pacífico Sur, dijo que apreciaba la contribución de las mujeres evangelizadoras, pero que el constituyente de su región “no está listo para dar el paso hacia la ordenación de mujeres pastoras”, y añadió. Nosotros también apoyamos esta recomendación de llevar esto a la Sesión de la Asociación General y dejar que el mundo decida sobre este asunto de una vez por todas”.

El presidente de la Asociación General, Ted N. C. Wilson, quien se ha opuesto a recientes esfuerzos en favor de la ordenación de mujeres antes del Concilio Anual, no expresó su opinión durante la reunión, pero indicó antes de la discusión que estaría dispuesto a ajustar su posición.

“Si este organismo acepta la recomendación de hacer una propuesta a la Sesión de la Asociación General y, esa Sesión, después de considerarlo y estudiarlo con mucha oración, vota algo”, anunció el presidente, “les prometo que seguiré aquello que vote la Asociación General. Les pido a cada uno de ustedes que hagan lo mismo”.

De acuerdo con los archivos de la Iglesia, la discusión sobre la ordenación de mujeres comenzó hace más de 130 años y se ha intensificado desde la década de los 1970, especialmente en donde los miembros están pidiendo cambios, incluyendo los Estados Unidos, partes de Europa y el Pacífico Sur. Las sesiones de la Asociación General en 1990 y 1995 votaron rechazar propuestas que habrían permitido la ordenación de mujeres y el asunto no ha regresado a la agenda de la Sesión desde entonces.

Sin embargo, en la Sesión del 2010, en Atlanta, Georgia, Estados Unidos, un delegado del Estado de Pennsylvania, en los Estados Unidos, preguntó a los dirigentes de la Iglesia, que si las mujeres no podían ser ministras ordenadas, entonces, ¿cuál era la teología de la ordenación de la denominación?

Esa pregunta llevó a los dirigentes de la Asociación General a abrir la discusión y a nombrar una Comisión de Estudio de la Teología de la Ordenación, o TOSC. Se pidió a los 106 miembros de la comisión que estudiaran a profundidad el asunto de la ordenación y proveyeran información para ayudar a la Asociación General a decidir cómo manejar este asunto.

La respuesta de TOSC fue un informe de 127 páginas que constituyó la base de la discusión de hoy.

El informe reconoció que los miembros de la comisión, procedentes de todo el mundo y reunidos cuatro veces por varios días cada vez, no pudieron llegar a un acuerdo en cuanto a apoyar u oponerse a la ordenación de la mujer.

TOSC produjo tres declaraciones por separado para resumir los puntos de vista de sus miembros. Esas posiciones fueron explicadas entonces por tres diferentes eruditos en una presentación ante la Junta Ejecutiva; y las declaraciones fueron también impresas en el informe TOSC.

Una posición, señalada como Declaración No. 1, dice que solamente los hombres pueden ser ordenados en toda la iglesia mundial. La Declaración No. 2 dice que las entidades responsables por emplear pastores deberían poder tomar sus propias decisiones en cuanto a ordenar o no a mujeres ministras. La Declaración No. 3 dice que la decisión debe dejarse a los dirigentes “del nivel apropiado” para determinar si la ordenación “podría ser apropiada en esa zona o región”.

Aunque el asunto de la teología de la ordenación será colocado en la agenda de la Sesión de la Asociación General, el resultado de esta medida está lejos de saberse con certeza. Los aproximadamente 2,600 delegados votantes decidirán adoptar, rechazar o enmendar la propuesta.

Traducción por Gloria A Castrejón

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