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Cerca de 50,000 personas escuchando a Ted N.C. Wilson hablar en un estadio en Bulawayo, Zimbabue, el sábado 30 de mayo. Imágenes por Andrew McChesney -AR

31 de mayo de 2015 | Bulawayo, Zimbabue | Andrew McChesney, editor de noticias de la Adventist Review (Revista Adventista)

Miles de personas fueron bautizadas el sábado pasado en todo Zimbabue, en una de las más grandes iniciativas de la Iglesia Adventista del Séptimo Día para dar a conocer a Jesús, la cual dio como resultado el esfuerzo unificado de muchos grupos, incluyendo ADRA, ASI, Light Bearers, y muchos miembros de iglesia que dieron estudios bíblicos.

Las cifras bautismales continuaban llegando a las oficinas de la Unión Asociación de Zimbabue el domingo, pero los cálculos preliminares indicaban que los dirigentes de la iglesia habían alcanzado su blanco de bautizar 30,000 personas durante las reuniones de evangelización de dos semanas de duración que terminaron el 30 de mayo.

El presidente de la Iglesia Adventista mundial, Ted N.C. Wilson, al hablar en un enorme estadio en Chitungwiza, uno de los 914 sitios en que se celebraron reuniones, declaró que los miembros de iglesia que fueron de casa en casa ofreciendo estudios bíblicos eran los verdaderos héroes.

“Es increíble lo que ustedes han hecho en Chitungwiza”, le dijo el presidente Wilson a un grupo de más de mil personas de pie frente a él en el estadio, durante los servicios eclesiásticos del sábado.

“Ustedes lo han logrado a través del poder del Espíritu Santo”, dijo además, mientras aproximadamente 35,000 adoradores escuchaban, muchos sentados bajo la sombra de parasoles o de los árboles, tratando de conseguir refugio del inclemente sol de la mañana. “Gracias por lo que ustedes han hecho. Gracias por haberse dejado usar por el cielo. Yo he predicado la Palabra, pero lo que ustedes han hecho es más importante”.

Más de 1,000 miembros de iglesia de todo el país descendieron a Chitungwiza, una ciudad cerca de Harare, capital de Zimbabue, hace aproximadamente un mes, para ir de casa en casa ofreciendo lecciones de la Voz de la Profecía. Cerca de 9,000 lecciones circularon en Chitungwiza, y 5,043 personas se graduaron del curso, dijeron los dirigentes de la iglesia.

No quedó muy claro inmediatamente cuántos de esos graduados fueron bautizados; pero aproximadamente tres cuartas partes del total de 1,085 personas bautizadas en Chitungwiza hasta el jueves 28 de mayo, habían terminado el curso, dijo un representante de Light Bearers, un ministerio adventista de apoyo, con base en los Estados Unidos, que envió las lecciones a Zimbabue.

La labor en relación con la Voz de la Profecía llevada a cabo en Chitungwiza se repitió en muchos otros pueblos y ciudades. Además, los miembros de la iglesia tuvieron unos 5,000 estudios bíblicos en grupos pequeños, en los meses anteriores a la campaña de evangelización de dos semanas de duración, conocida como “tiempo de cosecha” en la que los estudiantes de la Biblia son invitados a entregar su vida a Jesús.

Conquistadores sentados en la sombra mientras escuchan al Pastor Wilson hablar a 20,000 personas en Gweru.

La campaña de evangelización ha captado la atención nacional en Zimbabue, en parte debido a los eventos relacionados con ella que han llenado los titulares de noticias. Más importante todavía, una clínica de servicio gratuito organizada por los adventistas terminó proveyendo servicios básicos de salud a 34,100 pacientes en un centro comercial de Chitungwiza, durante las dos semanas en las que el presidente Wilson habló en un estadio cercano. Los pacientes acudieron desde cientos de miles de kilómetros de distancia. Algunos llegaron conducidos en carretillas y camillas, desesperados por encontrar alivio, dijeron los organizadores. Un buen número de pacientes fueron parte de las 20,000 personas que asistieron a las reuniones nocturnas con el orador Wilson.

La clínica de servicio gratuito fue uno de varios ejemplos de cómo la Iglesia Adventista procura seguir la dirección y el cuidado manifestado por Jesús en cuanto a las necesidades físicas y espirituales de las personas, durante las reuniones de evangelización. El jueves pasado tuvo lugar la ceremonia de colocación de la primera piedra del edificio de una escuela adventista en el distrito de Chitungwiza que no cuenta con escuelas. Agradecidos oficiales del gobierno local y dirigentes de la comunidad asistieron a la ceremonia de tal inicio de construcción de esta escuela, cuyo costo es de US$ 100,000, financiado por la Asociación de Iowa-Missouri de la iglesia.

La escuela está situada cerca de 12 pozos de perforación que surten de agua limpia y que abrió la Agencia Adventista de Desarrollo y Recursos Asistenciales en Chitungwiza una semana antes.
El viernes, la Iglesia Adventista le entregó al Estado el ala renovada B6, del Hospital Central de Harare. Los miembros de ASI, la organización coordinadora de cientos de ministerios adventistas de apoyo, en los Estados Unidos y en todo el mundo, financió la muy necesitada renovación del ala de atención a varones del hospital, trabajando casi veinticuatro horas diarias por más de un mes, para colocar piso nuevo, pintar paredes, reparar cuartos de baño, instalar nuevas camas y colgar entre las camas cortinas azules con el lema “ASI”.

Esta ala nunca había sido renovada desde que el hospital abrió sus puertas en 1958; y un empleado del mismo le dijo a la Adventist Review que la renovación hecha la transformó en una de las alas mejor que muchas otras. Se sentía particularmente impresionada con las gruesas y lustrosas cortinas, las cuales, dijo, no se iban a despintar cuando ella las lavara, como las cortinas de otras alas.

Los dirigentes del hospital dieron las gracias a ASI e hicieron notar que voluntarios adventistas, incluyendo la sociedad Dorcas, que es una organización de ayuda a la comunidad operada por centenares de congregaciones adventistas, ayudaron al hospital por algún tiempo.

Dirigentes de iglesia local prometieron que la iglesia continuaría ayudando; y un coro de la escuela de enfermería del hospital interpretó un canto que incluía una línea versal que decía: “Los adventistas no rompen su promesa”.

“Por la gracia de Dios, no romperemos nuestra promesa”, dijo el Pastor Wilson en la ceremonia de entrega.

Las dos semanas de reuniones de evangelización transformaron algo más que la vida de la gente en Zimbabue. Una cifra récord de 30 adultos jóvenes de la Asociación Arkansas-Louisiana de la iglesia adventista, se encontraban entre los 77 oradores no de Zimbabue que presentaron la serie de sermones ShareHim (Dalo a conocer).

ShareHim es un ministerio de apoyo para entrenamiento en evangelización que opera en cada una de las 13 divisiones mundiales de la iglesia y que entrena a miles de personas anualmente para que conduzcan reuniones de evangelización a pequeña escala.

Personas visitando el ala renovada del Hospital Central de Harare.

El Pastor Wilson finalizó las campañas de evangelización con un viaje relámpago a tres ciudades, predicando a una multitud de 35,000 personas en Chitungwiza, antes de abordar un avión para hablar ante 20,000 personas en Gweru y 50,000 en Bulawayo. Habló acerca de las razones por la que él es un adventista, mencionando que deseaba pertenecer a una iglesia que siga en todo a la Biblia. Instó también a sus seguidores a adoptar un estilo de vida saludable y a evitar estimulantes tales como el café y las bebidas gaseosas con cafeína.

La gente expresó su deleite porque el presidente de la iglesia haya visitado su ciudad y muchos grabaron sus palabras en su iPhone, iPad y otros aparatos electrónicos.

El vicepresidente de Zimbabue, Phelekezela Mphoko, asistió al sermón en un estadio de Bulawayo y se reunió en privado con el Pastor Wilson. Este último le contó al vicepresidente Mphoko, un miembro de la iglesia adventista, acerca de la clínica de servicio gratuito y de las otras actividades recientes en Zimbabue.

Aunque esta iniciativa de evangelización representa un hito en muchos sentidos, ha sido solamente el comienzo para la División Africana – Océano Índico, que incluye a Zimbabue, dijo el presidente de la división, Paul Ratsara.

“Este no es el fin. Esto necesita ser el principio del gran esfuerzo”, dijo el dirigente Ratsara.

“La evangelización no es un evento. Es un proceso y una forma de vida”, añadió. “Una vez que eres adventista, no eres ya solamente un discípulo, sino que haces además discípulos”.

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