2 de julio de 2015 | Andrew McChesney, Adventist Review/ANN
Los delegados al Congreso de la Asociación General se arrodillaron con los principales directivos de la Iglesia Adventista prometiendo mostrar mutuamente un «respeto humilde y mutuo con el espíritu de Cristo tanto en palabras como en acciones», durante los diez días de reuniones en San Antonio, Texas, y en el futuro. Los principales directivos de la iglesia, un grupo de unas sesenta personas que inclye a los líderes de la Asociación General y los presidentes de las divisiones, ya había aprobado un llamado de 120 palabras ante el Congreso de la Asociación General que Ted N. C. Wilson, presidente de la Asociación General, leyó a los delegados el jueves pidiéndoles su apoyo en ese sentido.
“Lo más importante que tenemos llevarnos de esta Asociación General cuando salgamos de aquí […] es estar unidos en la misión», dijo Wilson. «Hoy haremos un llamado para todos ustedes y nosotros: Humillemos nuestros corazones ante el Señor».
El texto completo del llamado dice lo siguiente:
«Nosotros, los directivos de la Asociación General y de la división, apelamos a todos los delegados y asistentes al Congreso de la Asociación General 2015 a que nos aceptemos unos a otros cuando hermanos y hermanas en Cristo más allá de algunas diferencias de opinión que puedan quedar evidentes respecto de ciertos temas. Pedimos humilde respeto y el espíritu de Cristo entre nosotros en nuestras palabras y actividades durante el Congreso de la Asociación General y en el futuro. Nuestras actitudes y comportamiento, mediante el poder de Dios, dirá mucho a los que están observando. Apelamos sinceramente de que hagamos todo lo que está en nuestro poder para fortalecer a la iglesia, a este precioso movimiento adventista. Nos apoyamos completamente en Cristo pidiendo el espíritu de unidad que necesitamos para proclamar los mensajes de los tres ángeles en estos últimos días de la historia de la tierra».
A pedido de Wilson, unos dos mil delegados se pusieron de pie para reconocer que aceptaban el llamado. Entonces se dividieron en grupos de dos o tres para sellar su compromiso con oración. Sesenta directivos de la iglesia se arrodillaron en la plataforma, y los delegados se arrodillaron en el piso principal del estadio Alamodome, el lugar donde se lleva a cabo el Congreso de la Asociación General.
Los líderes de la Asociación General han hecho un esfuerzo especial para alentar la humidad y una actitud semejante a la de Cristo en las reuniones clave en los meses que precedieron al Congreso de la Asociación General, donde los delegados votarán sobre temas muy discutidos, tales como las revisiones sobre la redacción de las creencias fundamentales de la iglesia, y la ordenación de las mujeres.
Wilson precedió la lectura de la declaración con la proyección de «Lo que pudo haber sido», un breve filme producido por la Asociación Ministerial de la Asociación General sobre el Congreso de la Asociación General 1901. El filme, basado en una visión que tuvo Elena G, White, una de las fundadoras de la denominación, describe la manera en que Dios había planeado llevar adelante una profunda renovación espiritual si los delegados se reconciliaban por medio de la humildad y la confesión de sus pecados en el congreso de 1901.
«Ciento catorce años, y aún estamos en la tierra, dijo Armando Miranda, uno de los vicepresidentes generales de la Asociación General, al dirigirse a los delegados el jueves.
«Necesitamos la presencia del Espíritu Santo», dijo. «Necesitamos la unción del Espíritu Santo de manera especial. Y el Señor está dispuesto a hacerlo por nosotros».
Wilson instó a los delegados para que «sigan adelante juntos como Dios nos ha pedido», y que «dejen de lado toda contención».
«Este Congreso de la Asociación General podría ser nuestro último congreso si actuamos de acuerdo con la voluntad de Dios», dijo.
Wilson destacó que los adventistas de todo el mundo han estado orando por el Congreso de la Asociación General y por los delegados, como parte de los «Cien días de oración», una iniciativa de la Asociación Ministerial que termina en este congreso.
«Durante los últimos cien días, el pueblo de Dios en todo el mundo ha estado orando por ustedes [y] por mí», dijo. «No los desilusionemos, ni a ellos ni a Dios o a los ángeles que hoy están en nuestro medio. Lo que podría haber sido, puede ser».
Wilson añadió: «Pido sinceramente que el Espíritu Santo esté en nuestro medio esta mañana, esta tarde, noche y a lo largo de todo el congreso, mientras aguardamos por el pronto regreso de Cristo. ¡Queremos ir al hogar!»
Traducción de Marcos Paseggi