Meses después de que su anterior equipo decidió no renovarle el contrato, el portero de fútbol brasileño Carlos Vítor da Costa Ressurreição, que es adventista y que dijo que no jugaría o practicaría deportes en sábado, regresará a las competencias profesionales. Imagen de Jaime Costa

28 de noviembre de 2016 | Cornélio Procópio, Paraná, Brasil | Gustavo Cidral/Adventist Review

Un fisioterapeuta adventista fiel que trabaja en un club de fútbol del estado brasileño de Paraná allanó sin saberlo el camino para que Carlos Vítor da Costa Ressurreição, un portero profesional que hace poco fue bautizado en la Iglesia Adventista del Séptimo Día, regrese al campo de juego con un contrato que le garantiza los sábados libres.

El Centro de Entrenamiento de Fútbol de Paraná, conocido como el PSTC y que tiene su sede en la ciudad de Cornélio Procópio, en el estado meridional brasileño de Paraná, se puso en contacto con Ressurreiçao con una propuesta ya lista que incluye una cláusula especial que le permite tener los sábados libres.

Ressurreiçao, que tiene 31 años, estuvo en los titulares de la prensa brasileña hace unos meses, cuando después de aprender y aceptar la enseñanza bíblica del sábado como día de reposo, escogió dejar de entrenarse o jugar los sábados. Siguiendo el ejemplo de Jesús, los adventistas del séptimo día de todo el mundo se abstienen de actividades seculares en sábado, y escogen en cambio dedicar esas horas para adorar a Dios y cultivar las relaciones humanas. La decisión del portero hizo que el Londrina Sporte Clube, el equipo de fútbol donde jugaba, decidiera no renovarle el contrato que finalizó en mayo pasado.

“Después de lo que sucedió en mi club anterior, no esperaba estar de regreso en las canchas tan pronto”, dijo Ressurreiçao en una entrevista con la agencia de noticias ASN, de la División Sudamericana de la Iglesia Adventista. “En realidad, pensaba que era casi imposible que alguien siquiera me ofreciera jugar profesionalmente al fútbol otra vez”.

Hace más o menos un mes, sin embargo, Ressurreiçao decidió hacer de este sueño aparentemente improbable un tema de ferviente oración.

“Sentí que podía ser un atleta adventista fiel y, al mismo tiempo, una luz en el ambiente del fútbol”, explicó Ressurreiçao. “Pero jamás entré en contacto con un club para pedirles trabajo. Jamás me comuniqué con algún representante; no hablé con nadie, sino que tan solo oré”, añadió.

Ressurreiçao jamás imaginó de qué manera y cuán pronto sus oraciones tendrían respuesta. Para el portero, está claro que recibió una respuesta inequívoca de Dios.

“Hace unos días, recibí una llamada”, contó Ressurreiçao. “Era el presidente del PSTC, ofreciéndome firmar un contrato que incluye una cláusula que me garantiza los sábados libres. Acepté su propuesta inmediatamente”.

Ressureiçao cree que lo que sucedió es un verdadero milagro, y un testimonio del poder de la oración.

“Además de orar, no hice nada”, dijo Ressurreiçao. “Ni siquiera tuve que explicarles nada, dado que el fisioterapeuta del club también es adventista del séptimo día, por lo que el club sabe bien cuáles son las condiciones”.

Ahora Ressurreiçao está deseoso de hacer de su tiempo en el PSTC una excelente oportunidad misionera.

“Mi talento es mi ministerio”, dice el portero. “Quizá Dios abrió esta puerta para que muchos otros lleguen a conocer el mensaje del evangelio y los diez mandamientos de Dios. No lo sé, pero lo que sí sé es que, si sigo al Señor con fe, no hay límite para lo que Dios puede hacer”.

Traducción de Marcos Paseggi

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