Los incendios forestales que comenzaron pequeños y relativamente contenidos en el noroeste de Oregón, Estados Unidos, hacia fines de agosto se volvieron terribles catástrofes a partir del fin de semana de Labor Day, lo que creó unos de los acontecimientos más destructivos en el estado.
Cientos de miles de hectáreas de tierra han sido destruidas, lo que ha forzado la evacuación de miles de residentes. Aunque se ha contenido el sesenta por ciento del fuego, muchos siguen desplazados o han perdido por completo sus hogares.
Los daños aún se sienten de manera amplia y profunda. Las necesidades siguen siendo urgentes y abundantes, lo que ha llevado a Servicios Comunitarios Adventistas (ACS) de la División Norteamericana (NAD) a ayudar a movilizar sus filiales en diversos puntos del país para ayudar en la respuesta a las catástrofes.
Después de su llegada a fines de septiembre, equipos de las asociaciones Central Sur y Sudeste a los que se les asignó la atención de un centro de almacenamiento para distribución en Salem, Oregón, y un equipo de la Asociación de las Montañas Rocallosas para que hiciera algo similar en Grants Pass, tuvieron que enfrentar obstáculos para obtener acceso a las propiedades. Mientras esperaban, se le pidió a ACS que ayudara en otro sitio que llegaría a ser clave para alcanzar a una población afectada significativamente por los incendios.
“No queriendo desperdiciar tiempo valioso, visitamos un par de centros de distribución en Lincoln City. Dado que Oregón nunca antes ha experimentado una catástrofe de esta magnitud, no está familiarizado con cómo administrar apropiadamente un centro de distribución”, dijo W. Derrick Lea, director de Respuesta a Catástrofes de ACS en la NAD. “Dada nuestra inesperada disponibilidad, el estado preguntó si podíamos acompañar al equipo a Lincoln City para educar a los locales sobre cómo establecer un sitio de manera apropiada”.
Después de una semana de estar en Oregón, los equipos de la asociación lograron regresar e ingresar a los depósitos que habían planeado usar originalmente y comenzaron a facilitar las operaciones de distribución, lo que continuará durante los próximos meses.
“Me siento agradecido por la flexibilidad de los equipos y agradecido por la oportunidad de apoyar a un grupo que no tiene otro objetivo que ayudar a los que están pasando un momento de necesidad”, dijo Lea. “Seguiremos buscando la dirección y la sabiduría divinas en este esfuerzo”.
En el presente, las asociaciones de las Montañas Rocallosas, Central Sur y Oregón están aceptando donaciones de todo el país que serán enviadas a los centros de distribución administrados por ACS y otras agencias de respuesta a catástrofes.
Evaluación de los daños en el Condado de Napa
Después de establecer sus operaciones en Oregón, Lea viajó al Condado de Napa en la región de Bahía Norte, en la zona de la Bahía de San Francisco en California, para evaluar los daños causados por el Incendio Glass. En septiembre, el décimo incendio más destructivo de la historia del estado quedó más de 27 mil hectáreas en los condados de Napa y Sonoma. La vasta mayoría de los daños, sin embargo, se produjo en el Condado de Napa.
Lea visitó la zona donde se encuentra el centro de ACS operado por la Escuela Adventista de Foothills y la iglesia adventista Haven. Estuvo acompañado por James Lim, director de ACS en la Asociación Norte de California, y por Josie Ascencio, pastora de la iglesia Haven.
“Hablamos con algunos tasadores de seguros y caminamos por nuestras propiedades y las de nuestros vecinos. Ellos ya han comenzado a determinar el costo de los daños de los hogares que aún están intactos. Desafortunadamente, algunas casas y edificios han sido declarados como en pérdida total. Al mismo tiempo, algunos residentes e inquilinos no tienen seguro”, dijo Lea.
“Muchos de los afectados están viviendo en refugios, hoteles o con parientes que viven en otro lado. La recuperación será un proceso largo y de grandes desafíos”, añadió Lea.
En lo que respecta a la escuela primaria, la mitad superior y el frente de la propiedad fueron destruidos; los árboles cercanos a la escuela protegieron de las llamas la parte de atrás y la mitad inferior de la propiedad.
“Aunque esperaba que la escuela estuviera mejor, perdí rápidamente esos pensamientos al pararme en frente de lo que había sido una escuela para jóvenes. Lim brindó la historia del edificio y destacó que Elena G. White, una de las fundadoras de la Iglesia Adventista, había animado a la iglesia local para que abriera esa escuela”, dijo Lea. “Al caminar por los escombros, me pregunté si la escuela podrá volver a educar a los niños en el futuro”.
Lea y Lim están haciendo planes que incluyan a la asociación, la Unión Asociación del Pacífico y la División Norteamericana para que determinen de qué manera ACS puede prestar servicios al Condado de Napa.
La obra continúa
Los incendios de Oregón y California no han sido las únicas catástrofes a las que ha respondido ACS en septiembre y octubre de 2020. También se ha necesitado socorro y asistencia en otras regiones de los Estados Unidos.
ACS de la Asociación de Florida activó sus operaciones de distribución de su centro de almacenamiento en Pensacola, Florida, después del paso del Huracán Sally, que afectó la región noreste del estado. Asimismo, ACS ha estado en alerta mientras se evalúan las necesidades en Louisiana después del paso del Huracán Delta.
ACS continúa también con su distribución de alimentos a gran escala, dado que envió remolques de 16 metros llenos de alimentos a centros de Washington D.C., Baltimore en Maryland, Manhattan en Nueva York y Jacksonville en Florida, en sociedad con el servicios de distribución de DOT Foods.
La versión original de esta noticia fue publicada en el sitio de noticias de la División Norteamericana.
Traducción de Marcos Paseggi