El siguiente artículo ha sido editado y abreviado de su publicación original en la Encyclopedia of Seventh-day Adventists. Al final se incluye el enlace al artículo complete. —Noticias de la División Interamericana

14 de enero de 2022 | Miami, Florida, Estados Unidos | Por Glenn O. Phillips e Israel Leito

Numerosos factores llevaron al establecimiento de la División Interamericana en mayo de 1922. El rápido crecimiento de la feligresía fue un factor principal. En 1922, la Cuenca del Caribe y la mitad norte de América Latina habían albergado a miles de miembros adventistas de unas cuatro décadas antes. Se cree que los impresos adventistas llegaron por primera vez de Gran Bretaña a Haití en 1879, enviados por el pastor J. N. Loughborough, y eso llevó a que muchos aceptaran el sábado y siguieran los mensajes de los tres ángeles.6

En 1887, se organizó formalmente con cuarenta miembros bautizados en Georgetown, Guyana Británica (Guyana).7 Poco después del comienzo del siglo XX, la Asociación General aprobó tres asociaciones adventistas: La Asociación de Jamaica en 1903, y la Asociación Caribeña del Sur y la Asociación Panameña en 1906. En otras áreas de la región, había probado ser difícil obtener aceptación del mensaje adventista entre la mayoría de adherentes católicos y en las población de habla mayormente española y francesa.

Durante la década de 1880, los adventistas procuraron enviar impresos a lo que es ahora el territorio de la División Interamericana. En 1882, un secretario de la Sociedad Internacional de Folletos buscar enviar impresos adventistas a Cuba y se comunicó con el cónsul cubano, solicitando nombres y direcciones de personas para enviarles impresos religiosos. La respuesta oficial fue: “No había nadie que se atreviera a distribuir impresos protestantes en Cuba, si bien podía ser entregada a los marineros en el puerto”.8

El mensaje adventista ingreso por diversos puertos en los países e islas de Interamérica a partir de 1879 en Haití. [Imagen: Archivos de fotografía de la División Interamericana]

Después del conflicto entre España y Estados Unidos al comienzo del siglo XX, el protestantismo llegó a las costas de Cuba. Durante la década de 1890, unos pocos pioneros adventistas llevaron sus impresos a México para esparcir los mensajes de los tres ángeles en Ciudad de México, entre un pequeño grupo de lectores, pero no lograron alcanzar de manera efectiva a los millones que vivían allí.9

A comienzos de la década de 1870, la hermana Elizabeth Gauterau, que aceptó el mensaje adventista mientras vivía en San Francisco, California, deseó compartir las buenas nuevas con los que vivían en Honduras, las Islas de la Bahía y Belice. Reunió muchos números de revistas Signs of the Times [Señales de los tiempos] y salió en un viaje misionero personal. Llegó a Honduras en febrero de 1886 y comenzó a esparcir el evangelio entre sus familiares y amigos.10

En 1891, el pastor Frank J. Hutchins y su esposa Cora fueron enviados como los primeros misioneros oficiales a los países centroamericanos. Llegaron a las Islas de la Bahía, evangelizando en Honduras, Colombia a través de la Isla de San Andrés, Belice, Guatemala, Nicaragua, Costa Rica y Panamá.11 Navegaron en una goleta en el Mar del Caribe y evangelizaron principalmente en lugares con puertos como los de Livingston en Guatemala, Limón en Costa Rica, y Bocas del Toro en Panamá, combinando la “obra ministerial, odontológica y de colportaje”. También en 1891, el hermano Salvador Marchisio fue a México por su cuenta a compartir las buenas nuevas. Para ayudar mejor al pueblo mexicano, fue a Battle Creek para llegar a ser enfermera y, entonces, en 1893, fue enviado como misionero a Guadalajara, México.12

El adventismo realizó progresos significativos en el número de miembros a lo largo de los años. En 1922, al momento de la creación de la División Interamericana, más de 7000 miembros vivían en esa vasta región, reuniéndose en 200 iglesias adventistas. Más de 100 misioneros prestaban servicios en la región.13 Existían nueve campos misioneros y otros grupos en diversas áreas de la obra de la iglesia, pero estaban separados de las estructuras administrativas formales de la Iglesia Adventista mundial.

Los líderes adventistas de la iglesia en el mundo posan para una fotografía, durante la organización oficial de la División Interamericana en San Francisco, California, Estados Unidos, en 1922. [Imagen: Archivos de fotografías de la División Interamericana]

En 1922, la feligresía de la Iglesia Adventista del Séptimo Día mostró resultados animadores de crecimiento, principalmente entre la población protestante de la región, en la que vivían 40 millones de personas en más de 30 países.14 La mayoría de los conversos y creyentes adventistas residía en regiones de habla inglesa de las Antillas Menores y la Zona del Canal de Panamá. Aunque las circunstancias políticas de comienzos de la década de 1920 habían permitido un crecimiento modesto en México, no había casi adventistas en los países con mucha más población de habla española. En 1922, la República de Colombia, con casi seis millones de habitantes, tenía una sola iglesia adventista con once creyentes.15

Aunque el número de miembros adventistas en la región era lo suficientemente grande como para justificar la creación de una división, las finanzas generadas y los gastos incurridos podrían haber pospuesta la organización de la división. Los líderes de la iglesia que visitaron el Caribe y las región de América Latina observaron la ausencia de una estructura organizacional bien concebida y planificada que pudiera impedir que las diversas partes incorporadas compitieran entre sí por el personal misionero y los magros recursos.

Las sedes de las misiones, asociaciones y uniones existentes operaban mayormente en forma autónoma. Era casi costumbre que los subordinados pasaron por algo a los supervisores locales y establecieran contacto directo con los líderes de la Asociación General en cuestiones relacionadas con el trabajo.

En consecuencia, se creía que, para vencer esta tremenda debilidad organizacional y lograr el crecimiento significativo y continuo en la iglesia en la región, era necesario contar con una división organizada.16

Historia organizacional

El 11 de mayo de 1922, en San Francisco, California, en el 40° Congreso de la Asociación General, la mayoría de los 581 delegados votaron por la existencia de la División Interamericana.17 El Boletín de la Asociación General de 1922 repasa los factores que llevaron a que los delegados tomaran esa decisión. (véase los detalles aquí)

Sede de la División Interamericana en Panamá (1942-1943). [Imagen: Archivos de fotografía de la División Interamericana]

A comienzos de la década de 1920, esta configuración geográfica y administrativa inicial pareció ser el mejor arreglo para traer orden a lo que se percibía como una región diseminada y complicada del mundo.

En el Congreso de 1922, la iglesia votó una nueva constitución y estatutos que incorporaron la nueva estructura de la división. El establecimiento de la División Interamericana fue el siguiente paso para poner a la estructura organizacional de la iglesia en la región a tono con la Iglesia Adventista mundial. También se tomó un voto necesario para el progreso de la obra de la iglesia dentro de las regiones del Caribe y del norte de América Latina; se votó hacer de esta región la octava división de la Iglesia Adventista del Séptimo Día.19

Las tareas más difíciles en el establecimiento de la recién creada división fueron la restructuración de las unidades organizacionales y administrativas que existían antes del establecimiento de la División Interamericana. Se crearon tres uniones misiones: La Unión Misión Azteca, que comprendía el trabajo de la Iglesia Adventista en México, Guatemala, Honduras, y la Colonia de la Honduras Británica (ahora Belice); la Unión Misión Centroamericana, que abarcaba los demás países de América Central, notablemente Panamá; y la Unión de las Indias Occidentales Británicas, con sede en Jamaica, que comprendía la mayor parte de las Antillas Menores y las tres Guyanas en el norte de Sudamérica.20

Se creó también un boletín de noticias de toda la división para compartir noticias importantes, información y artículos sobre varios temas pertinentes a todos los miembros del territorio. Esa publicación mensual se inició en 1924 y se denominó “Mensajero de Interamérica”. Para 1928, era publicado en español, el principal idioma de las poblaciones más grandes del territorio.21

La sede de la División Interamericana en Coconut Grove, Miami, Florida, Estados Unidos, entre 1946 y 1954. [Imagen: Archivos de fotografías de la División Interamericana]

El evangelismo público y la ganancia de almas fueron sumamente importantes para los primeros administradores de la recién creada división. En julio de 1925, en la reunión del consejo de la división, su presidente anunció: “Nuestro trabajo primario es el de salvar almas en lugar de simplemente administrar asociaciones, misiones e instituciones”.22 La administración de la división vio la necesidad de establecer más escuelas de capacitación para alumnos pupilos y de desarrollar maneras de apoyar financieramente las pocas que existían. En el Congreso de la Asociación General 1930, el presidente de la División Interamericana declaró: “Nuestras escuelas son las instituciones más importantes del mundo; de allí, que deberían contar con cada profesor necesario para tener éxito en la obra de capacitar a nuestros jóvenes para el servicio eficiente… [En] cada línea de trabajo, necesitamos obreros que hayan nacido en los trópicos, cuya lengua materna sea la que habla la gente, que conozcan a las personas como ningún extranjero las conoce, y que estén acostumbradas a las condiciones climáticas que a menudo resultan fatales para un extranjero”.23

El objetivo más acuciante de la División Interamericana desde su incepción fue el incremento general de la feligresía. El informe de presidente de la División Interamericana en 1935 pinta claramente el crecimiento continuo de la feligresía en ese período cuando dijo que, durante el período de 1925-1935, los miembros de iglesia se incrementaron en 16.867, o un 182 por ciento; los miembros de Escuela Sabática se incrementaron en 26.593, o un 227 por ciento; y los miembros de misioneros voluntarios se incrementaron en 6668, o un 235 por ciento. Asimismo, durante el período de cuatro años que va de 1931-1934, los miembros se incrementaron en 10.472, o un 67 por ciento; los miembros de Escuela Sabática se incrementaron un 68 por ciento; y los bautismos totales fueron de 3012 en 1931; 3619 en 1932; 3774 en 1933; y 3956 en 1934.24

Ubicaciones de la sede de la División Interamericana

Ciudad de Nueva York

Un desafío importante temprano fue hallar una ubicación adecuada para que fuera sede de la división. En los primeros meses, se abrieron oficinas temporarias en la Ciudad de Nueva York, y se consideró establecer la sede en Nueva Orleans. Las principales razones para estas consideraciones eran la necesidad de comunicarse y viajar hacia y desde el territorio de la división. Hay que recordar que, en esa época, la mayor parte de los viajes y las comunicaciones se llevaban a cabo a través de los puertos marítimos y, dado que el territorio era tan diverso, la sede necesitaba estar en un lugar que facilitara esto.25

Los líderes de la iglesia durante las reuniones del Concilio Anual de la División Interamericana, llevado a cabo en Miami, Florida, Estados Unidos, del 12-21 de diciembre de 1949. [Imagen: Archivos de fotografías de la División Interamericana]

Zona del Canal de Panamá

La primera ubicación de la sede de la División Interamericana fue el territorio estadounidense de la Zona del Canal de Panamá,26 donde permaneció de 1922 hasta 1943 cuando, debido al ingreso de los Estados Unidos a la guerra, todos los civiles tuvieron que ser evacuados de la estratégica Zona del Canal. Sin embargo, el sitio de la sede en la Zona del Canal ha permanecido en manos de la iglesia, ha servido de la sede de la Asociación Panameña, y es actualmente la sede de la Unión Misión Panameña.

Isla de Cuba

La segunda ubicación de la sede de la División Interamericana fue en Rancho Boyeros, en Cuba, donde, por primera y única vez, la división no estuvo en territorio de los Estados Unidos; por el contrario, las nuevas oficinas estaban en una casa de 14 habitaciones “en el distrito General Peraza, un suburbio de La Habana”.28 Su presidente era un líder con una clara visión espiritual, y escribió en “Mensajero de Interamérica” de febrero de 1943 que, “en lugar de cinco mil bautismos al año, deberíamos estar bautizando 15 mil o 20 mil miembros nuevos cada año. Creo que ese es un objetivo hacia el cual deberíamos volcar cada esfuerzo en los días que aún nos quedan para trabajar por la salvación de las almas”.29

La División funcionó en Cuba entre 1943 y 1945, cuando la Asociación General votó mover las oficinas del territorio a otra ubicación en el territorio de Estados Unidos. El edificio erigido para la División Interamericana en Cuba aún está siendo usado por la iglesia y es la sede actual de la Unión Asociación Cubana.

Los miembros de la Junta de Fin de Año de la División Interamericana llevada a cabo en Coral Gables, Florida, Estados Unidos, en 1997. [Imagen: Archivos de fotografía de la División Interamericana][Image:

Suburbio de Miami: Coconut Grove, Florida

La tercera ubicación de la sede de la División Interamericana se encontró en el número 1921 de South Bayshore Drive, Coconut Grove, Florida, debido a la necesidad de buena comunicación, facilidad de viaje, etc. dentro del territorio. La División Interamericana continuó construyendo sobre su legado de décadas anteriores. El evangelismo público siguió siendo el foco de todas las actividades y programas, y su presidente expresó: “El evangelismo es la principal razón de ser. Todo lo que hacemos debería ser llevado a cabo con un propósito de evangelización; después de todo, la ganancia de almas es nuestra empresa más importante”.30

Aunque todos los planes administrativos estaban listos para operar desde esta nueva ubicación, el 25 de febrero de 1954, las oficinas de la división fueron destruidas en un incendio y la sede tuvo que ser trasladada una vez más. Se hicieron planes inmediatos de construir nuevas oficinas que facilitaran más las operaciones en expansión de la división.31

Ciudad de Coral Gables, Florida

La cuarta ubicación de la sede de la División Interamericana fue una necesidad debido al incendio que había consumido la sede anterior, y se buscó una nueva ubicación cerca de la que había sido destruida por el fuego. Las nuevas oficinas se inauguraron el 17 de marzo de 1955 en el número 760 del Ponce de Leon Boulevard, Coral Gables, Florida, una zona residencial y comercial altamente estimada, y funcionó en ese lugar hasta 2001.32

Un grupo de líderes y personal saluda frente a la sede de la División Interamericana en Kendall, Miami, Florida, Estados Unidos, en celebración de los eventos del centenario que tendrán lugar en 2022. [Fotografía: Captura de pantalla de archivo de la División Interamericana]

Suburbio de Miami: Kendall, Florida

La quinta ubicación de la sede central de la División Interamericana se hizo necesaria como resultado del rápido crecimiento de la división y la necesidad de un espacio mayor que albergara sus operaciones. Por ello, la administración de la División Interamericana decidió construir nuevas oficinas para la división.

La creciente presencia de los adventistas en toda la División Interamericana desde 1922 ilustra la efectividad de sus visionarios líderes; los miembros comprometidos de las diversas comisiones de las divisiones; y todos los demás obreros y líderes, ministros, instructores bíblicos, colportores, y muy activos laicos.

Por fuentes usadas en este artículo y detalles adicionales sobre el crecimiento y el liderazgo de la División Interamericana a lo largo de los años, véase el artículo completo AQUÍ

Traducción de Marcos Paseggi

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