El poder contar con un día especial para recordar a la hermandad y a sus líderes la importancia e este ministerio a favor de los niños y adolescentes, es una oportunidad divina. Una que no debemos tratar a la ligera ni dejar a punto de posibilidades.

Como seguidores de Cristo, no podemos darnos el lujo de que nada nos distraiga de esta tarea que Dios nos ha encomendado. Todo lo que hacemos por este grupo especial será recompensado por Dios, y ante sus ojos, no existe excepción válida para no hacerlo. Las palabras pronunciadas por él fueron claras: “Les aseguro que todo lo que hicieron por una de estas personas más humildes,  por mí lo hicieron.” Mateo 25:45

Hoy más que nunca el dedicarle nuestro tiempo a los más pequeños en oración y ejemplo se ha tornado esencial. Las noticias a diario nos recuerdan del próximo advenimiento de Cristo, y de la fragilidad de la vida. Lo que antes se reservaba para adultos, es hoy parte integral de la vida de los niños y jovencitos por igual.

Hagamos todo lo que está a nuestro alcance para llevar salvación gracia a todas las criaturas por las cuales Dios murió, asegurándonos de que le dimos el tiempo y la atención necesarias para lograrlo.

Con oración y agradecimiento,

Dinorah Rivera