20 de abril, 2009, Silver Spring, Maryland, Estados Unidos…Megan Brauner/ANN
Aunque es más conocido entre sus colegas por hacer anuncios con humor durante las sesiones administrativas de la iglesia, G. T. Ng tiene un mensaje sobre el crecimiento de la iglesia que no podría ser más serio.
Durante sus viajes alrededor del mundo, Ng, un secretario asociado para la Iglesia Adventista del Séptimo Día, tiene una presentación única que le agrada hacer. La primera diapositiva dice, «Infanticidio: el destino de los recién nacidos». Una fotografía de una madre sonriendo y cargando su niño se proyecta en la pantalla del salón de conferencia.
«Antes del bautismo, bañamos a los candidatos [nuevo miembro de iglesia]
con amor y atención, » Ng lee. «Luego del bautismo, la mayoría de los nuevos bebés en Cristo se los deja hundir o nadar».
Para alguien como Ng, los que se hunden y nadan son asombrosamente obvios. Sus responsabilidades de trabajo incluyen analizar la feligresía de la iglesia y el diezmar para varias de las regiones mundiales de la iglesia y compartir sus hallazgos.
Por ejemplo, él muestra registros de membresía para los años 2001 a 2005. No dirá la procedencia de los registros, pero es una subsección de la iglesia a nivel mundial que opera con fondos provistos por la iglesia o una «unión misión». Las areas que se auto sostienen las denominan como «uniones asociaciones».
En el 2002, el número de miembros de las regiones se disparó. En el 2003, sin embargo, la misma región perdió sobre 13,000 miembros.
«Si veo bajas o subidas drásticas, me pregunto, ¿Por qué?», dice Ng. En esta instancia, la unión/misión tenía «registros limpios» el año anterior – removiendo miembros que se transfirieron, solicitaron ser ser removidos de los registros, o ya no practican la fe adventista.
El proceso de actualizar los registros finalmente está tomando impulso en la iglesia adventista del siglo XXI. La mayoría de las regiones de la iglesia han completado auditorías en los últimos diez años, incluyendo la mayor parte de Asia, África, Sudamérica y Europa.
India es un país que no ha hecho una auditoria de la feligresía, al menos no recientemente, dice Ng. India es su próximo sitio a visitar. Durante su viaje en junio capacitará líderes locales de la iglesia de tres uniones sobre la importancia de limpiar los registros de membresía así como enseñarles los mejores métodos de manejo de éstos.
«La mayoría ve qué es lo correcto», dice Ng, y agrega que espera ver que todas las regiones del mundo participen de este plan.
Ng admite que solicitar que se hagan estas auditorías de la membresía es un tema delicado.
«Muchos ven la pérdida de miembros como una pérdida de rostros», agrega, pero añade que es más importante enfrentar la realidad. Ya sea por apatía o descuido deliberado, los miembros de iglesia han contribuido con la muerte espiritual de muchos creyentes nuevos, y la auditoría de la feligresía muestra con claridad cuántos miembros han dejado la iglesia.
Y como muestran las presentaciones de Ng, las pérdidas en la feligresía pueden ser elevadas.
Larry Evans, subsecretario de la iglesia mundial, dice que el enfoque exagerado en un solo aspecto del crecimiento, a saber, en el aumento de la feligresía, ha desempeñado una parte importante en la pérdida de los miembros nuevos. En el actual modelo administrativo, los pastores y administradores sólo reciben crédito por los nuevos miembros.
«Creo que necesitamos preguntarnos no sólo cuántos estamos bautizando, sino cuántos estamos recuperando», dice Evans. «Sólo estamos hablando de un aspecto, de la evangelización».
Al final de sus presentaciones, Ng concluye con este pensamiento: no fue el propósito de Jesús que el bautismo fuera el fin de los esfuerzos misioneros.
Muchas feligreses confunden la adición de nuevos miembros con el hacer discípulos, que es el proceso de alimentar y contribuir con el desarrollo que debería continuar después que una persona se une a la iglesia, dice Ng.
«Ir, bautizar y enseñar contribuyen con el cumplimiento de la misión, pero no son el fin en sí mismos».
