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John Bradshaw se refiere a los conspiradores, sus teorías y sus consecuencias.

Un seminario a cargo de John Bradshaw, orador y director de It Is Written (Escrito está), que presentó en la Convención Internacional 2021 de Orlando, Florida, Estados Unidos, analizó cómo detectar las teorías conspirativas y qué hacer con ellas, en especial en el contexto de la vida de la iglesia.

La presentación del pasado 6 de agosto buscó ofrecer a la audiencia de Bradshaw herramientas para identificar una teoría conspirativa, qué es definida como una explicación para un evento o situación que invoca una acción de grupos siniestros o poderosos. El presentador también buscó compartir algunas herramientas para asegurarse de que las teorías conspirativas no afecten nuestra vida como parte de la familia de la fe.

“Cuando escucho una teoría conspirativa de las muchas que andan circulando, suelo sentir el impulso de preguntarme: ‘¿Es esto verdad?’, dijo Bradshaw. “En la mayoría de los casos, la respuesta simple es: ‘Yo no lo sé, y usted tampoco. En efecto, a menudo es sumamente difícil de verificar’”.

“Nuestro mensaje tiene que ver con el evangelio de Cristo, no con conspiraciones”, dijo John Bradshaw, orador y director de It Is Written (Escrito está), durante su seminario en la Convención Internacional 2021 de Servicios e Industrias de Laicos Adventistas en Orlando, Florida, Estados Unidos, el 6 de agosto. [Fotografía: Adventist Review]

Una mirada a los conspiradores

Las teorías conspirativas, sin embargo, a menudo arrojan luz sobre aquellos que las promueven, explicó Bradshaw. “Ningún pensamiento racional se interpone en el camino de un conspirador”, recordó a su audiencia. Un conspirador, explicó Bradshaw, suele mostrarse ansiosos por describir no solo lo que ha sucedido, sino que afirma poseer conocimientos ocultos que nadie más tiene. “Solo los conspiradores tienen el secreto que les permite el supuesto acceso a la verdad, la evidencia innegable que nadie más ha producido todavía. Un conspirador dice que tienen acceso a conocimientos que ningún experto tiene, y que solo él está informado de esa información secreta”, dijo Bradshaw.

Explicó que los conspiradores terminan sembrando dudas sobre casi todas las cosas. Y son extremadamente competentes en sus argumentos. “Pero por lo general son tan solo insinuaciones”, dijo, “dado que solo presentan cosas que el resto de nosotros no puede refutar”.

No obstante, ¿por qué las teorías conspirativas les resultan tan atractivas a mucha gente?, se preguntó Bradshaw. Y respondió: “Aceptar una conspiración es el equivalente cognitivo de hallar un significado en el azar. Las investigaciones muestran que las personas que creen en teorías conspirativas creen en una explicación abarcadora, aun para aquellas cosas que no sabemos con certeza. Y la probabilidad de creer en una teoría conspirativa depende de cuán inclinada a las conspiraciones esté la persona”, expresó.

¿Algo de verdad?

Bradshaw reconoció que no todas las teorías conspirativas son simplemente teorías. “No todas carecen de base”, dijo. Algunas ideas que en un principio comenzaron como teorías conspirativas podrían estar basadas en algunos hechos. “A veces, los gobiernos cometen errores, ocultando parte de la información de las personas, lo que les da a esas personas la razón de creer en conspiraciones”.

Por ejemplo, dijo Bradshaw, muchas cuestiones relacionadas con la pandemia del COVID-19 no fueron manejadas en forma abierta. “Entonces las personas podrían decir: ‘No es real’. ¡Pero sí es real!”, enfatizó. “Asistan tan solo a algunos de los funerales de personas que se contagiaron y fallecieron, y verán cuán real es”.

Los conspiradores y la vida de fe

Bradshaw enfatizó, sin embargo, que el énfasis de su presentación no fue tanto describir a los teóricos conspiradores o sus teorías sino brindar información a los miembros sobre cómo esas teorías pueden afectar nuestra vida como parte de una comunidad de fe. “¿Cómo podemos evitar las teorías conspirativas?” preguntó. “¡Después de todo, es algo que afecta a la iglesia!”

También preguntó cuál debería ser nuestra respuesta a las teorías conspirativas. “Si piensan, como lo expresan algunos conspiradores, que [el jugador de básquetbol estadounidense] LeBron James es un diablo, ¿qué deberían hacer?”, preguntó Bradshaw. “En lugar de dedicar tiempo a esparcir ese mensaje, ¡deberían comenzar a orar por él!”, dijo.

En el conexto de la iglesia, dijo Bradshaw, los miembros que malgastan su vida esparciendo conspiraciones deberían tomar la decisión de hacer mejor uso de su tiempo. “Por favor, deje de hacerlo”, dijo, dirigiéndose a un hipotético conspirador. “Deténgase, porque usted está llevando a cabo la obra del diablo”.

Testificación libre de conspiraciones

Ante este marco, Bradshaw aconsejó a los miembros de iglesia que sean muy cuidadosos cuando testifican a otros. “Por favor, tengan cuidado cómo comparten sus creencias, o puede que hagan que su iglesia parezca tonta”, dijo, y añadió que como cristianos, deberíamos asegurarnos dónde poner nuestra atención. “Nuestro mensaje tiene que ver con el evangelio de Cristo, no con conspiraciones”, enfatizó.

Bradshaw recordó a los miembros de iglesia que se nos ordena no dar falso testimonio, por lo que deberíamos ser precavidos con lo que compartimos en línea o por otro medio. “Si usted no lo sabe con certeza, no tiene por qué andar compartiéndolo”, dijo. “¡Y no lo publique en línea!”

Es otra razón, enfatizó, por la que deberíamos dejar de escuchar a personas que destruyen a otros. “Por favor, no miren y no compartan [esas teorías]. No las necesitamos. No hemos sido llamados para demostrar que hay empresarios grandes y poderosos que quieren hacer realidad el fin del mundo”, ilustró Bradshaw. “¡Ese no es nuestro mensaje!”

El movimiento terraplanista y la salvación

En la última parte de su presentación, Bradshaw contó cómo alguien lo contacto en cierta ocasión para decirle que estaba contento de que It Is Written (el ministerio que dirige Bradshaw) había dicho que la tierra era plana. “¡Pero yo jamás dije eso!”, le contestó Bradshaw, aunque sin poder convencerlo.

Bradshaw procuró razonar con el hombre. “Todo indica que la tierra es una esfera. Cada gobierno, cada institución educativa, cada científico tendría que estar mintiendo”, le dijo Bradshaw. “¿Por qué están mintiendo? ¿Qué es lo que ganan con eso?” Pero nada que dijo hizo que esa persona cambiara de idea.

Finalmente, Bradshaw le dijo: “Creo que usted va a dejar la iglesia”. Y añadió: “Por favor, tenga en cuenta que la iglesia de la que usted forma parte no está de acuerdo con usted. Antes de no mucho, terminará concluyendo que la iglesia está mintiendo y que yo, como pastor, también estoy mintiendo. Que todos los pastores son mentirosos. No hace diferencia porque, si usted cree en una teoría conspirativa, va a terminar creyendo en todas”, dijo Bradshaw. “Las personas no se quedan solo con una”.

En ese sentido, dijo Bradshaw, creer que la tierra es plana les costará a algunas personas su salvación. Terminarán desconfiando de la iglesia de Dios y de sus miembros. Simplemente no creerán más en nada.

Las conspiraciones y la profecía bíblica

Bradshaw explicó que, en la iglesia, el equivalente de los conspiradores son aquellos ansiosos por reinterpretar las profecías bíblicas. Recordó a su audiencia que los adventistas del séptimo día basan sus reflexiones mayormente en las profecías cumplidas. “¿Qué decir del futuro?, preguntó Bradshaw. “Podemos ver un bosquejo, pero no el cuadro completo”, dijo. “A algunos les gusta llenar los huecos con afirmaciones que no pueden ser justificadas o probadas”.

Hizo un llamado a los miembros de iglesia para que dejen de ver un complot oculto detrás de cada evento en el mundo. “Aun si lo creen, por favor, no lo repitan”, aconsejó Bradshaw. “Si están dedicados a la crítica, tienen que parar. Tienen que parar para salvar su alma, porque están haciendo la obra del diablo, no la obra de Dios”, expresó.

Bradshaw recordó a los miembros adventistas que no tenemos la obligación de que nos guste la iglesia, pero que sí se nos ordena amar a la iglesia. “Si se dedican a la crítica, tienen que parar. Los líderes son humanos y cometen errores. Nuestra tarea es orar por los líderes de la iglesia”, dijo. “Tenemos una misión aquí en la tierra, que no es la de enderezar a la iglesia. Hablen, sí, pero háganlo con bondad. Porque Dios se encuentra al timón de su iglesia.

La conspiración real

Bradshaw explicó que, a pesar de todo lo dicho, hay, en efecto, una conspiración real en el mundo. “Es lo que llamamos ‘el conflicto de los siglos’, el gran complot que creó Satanás, lleno de estratagemas y mentiras”.

Es la razón, dijo Bradshaw, por la que la cuestión no es determinar si hay alguien que quiere controlarnos. “El diablo está tratando de controlarnos”, dijo. “El diablo está obrando, por lo que usted y yo tenemos que redoblar nuestros esfuerzos por reflejar el carácter de Cristo. ¡Hemos sido llamados a poner en alto su nombre!”

En ese contexto, tenemos que decidir a qué dedicaremos todas nuestras energías. “Podemos tener opiniones y defender diversos temas, pero tenemos que demostrar al mundo que nuestro foco está en Cristo”, dijo. “Si están malgastando sus energías en teorías conspirativas, en lo que perciben son males que hay en la iglesia, le están robando a Dios de la energía que él quiere usar para alcanzar a otras personas”, explicó Bradshaw. “Continuemos estudiando y leyendo, pero no nos peleemos por ello. No nos distraigamos. Jesús nos dijo: ‘Estén ocupados hasta que venga’”.

Traducción de Marcos Paseggi

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