Hong Kong, S.A.R., China … [Ansel Oliver/ANN]

El mago Steve Varro nunca ha sacado un conejo de un sombrero.

Irónicamente, él es alérgico a los conejos. Pero este animador adventista tiene muchos otros ilusionismos para mantener entretenidas a las audiencias de alrededor del mundo, y todo mientras hace uso de la prestidigitación [magia] para compartir su fe.

«Esto es sólo ilusionismo», le dice a una multitud en Hong Kong, el 7 de julio. «Pero lo que estoy compartiendo no es un ilusionismo –el amor de Jesucristo».

Ser un prestidigitador [ilusionista] en la Iglesia Adventista ha presentado algunos desafíos, aunque menores. Mucha gente, dice él, tiene problemas semánticos con la palabra «magia». La gente ha escrito quejándose de él, pero ninguno de éstos ha visto su show.

«Puedes hacer un truco con una moneda, y algunas personas que no lo entienden dicen que es del demonio», dice Varro. «Entonces tú les muestras cómo funciona, y ellos no saben qué decir».

Un líder de iglesia tenía fuertes preocupaciones acerca de su venida a Hong Kong para hacer prestidigitación [«magia»]en una conferencia juvenil. Después del show, el mismo oficial le pidió que regresara y tuviese una serie evangelística.

Durante el curso de la conferencia juvenil, Varro desarrolló dos funciones y dirigió un taller de prestidigitación de cuatro sesiones. Entonces tuvo que salir para la convención de la Fraternidad de Prestidigitadores [magos] Cristianos. Como presidente inmediatamente anterior de la mencionada organización internacional, desde el año 2000 al 2003, tenía compromisos ahí. Mientras estuvo en Hong Kong, también se dirigió al Capítulo de la FMC en Hong Kong.

«La prestidigitación [magia] ha sido buena conmigo», dice Varro. «Me ha llevado a 25 países». Viaja a menudo, haciendo de 150 a 200 presentaciones cada año en retiros de fin de semana, reuniones campestres y talleres juveniles.

Su último ilusionismo el 9 de julio consistió en rasgar un periódico y después reabrirlo y mostrarlo como apareció al principio. Durante el truco, él hace la comparación acerca de cómo Jesús puede tomar aquello que está destrozado de una vida y sanar completamente a una persona otra vez.

Una persona se apresura a él después del show, y dice: «Tienes que mostrarme el truco».

Él rehusa cortésmente.

«Si les muestro el secreto, lo recordarán más que el mensaje», dice Varro.

Cuando él tenía 10 años, vio a un mago desarrollar un truco, y supo que eso era lo que él quería ser cuando creciera. «Él me usó en un truco», dice Varro.

«Él prestó un billete de un dólar a la audiencia, y lo hizo aparecer en una naranja que dio la casualidad que yo seleccioné».

Obviamente, los elementos visuales son clave en los trucos manuales. Pero los visuales, dice él, necesitan ser usados más a menudo, sea en la iglesia o en la escuela.  Ellos le agregan cierto elemento dinámico. Necesitamos comenzar a enseñar más de esto… y no sólo a los chicos, dice Varro. «Billones de dólares al año se gastan en publicidad visual, porque funciona».

«Pero no permitan que el truco se convierta en algo más importante que el mensaje», advierte él.

En su taller, él señala que Jesús usó la visualisación –la moneda que Jesús pidió en un sermón, por ejemplo. Varro anima a los pastores del futuro a que se unan a grupos de teatro para aprender cómo comunicarse mejor frente al público.

Él se hizo un adventista del séptimo día en 1976. Vio un tratado con un dibujo de un sombrero de magia con el título: «No seas engañado: las cosas no siempre son como parecen».

Varro lo tomó y lo leyó, imaginándose que era una advertencia contra la magia.

Sin embargo, el tratado resultó explicando la interpretación de la iglesia acerca del Sábado como el día de reposo. «Después de esa lección, me convertí», dice él.

Un show que lo puso nervioso fue cuando tenía que aparecer después del líder de iglesia H.M.S. Richards, fundador de los programas de radio The Voice of Prophecy (La Voz de la Esperanza).

«Recién me había convertido en un adventista, y sentía miedo de que él estaría pendiente para ver si mi presentación era legítima», dice Varro. «Después de mi presentación, él fue uno de los primeros que vino a mí y me dijo: ‘Joven (yo era joven entonces), hay quienes se opondrán a su método, pero usted tiene un mensaje que debe ser escuchado. No permita que lo desanimen.

«Me sentí tan honrado», dice Varro. «Eso me mantuvo en el ministerio».

Ahora él vive en Hermitage, Tennessee, cerca de Nashville, con su esposa, Bárbara. Juntos, dirigen Dock Haley Magic Company, vendiendo cerca de 200 trucos con un enfoque cristiano, muchos de ellos originales.

Antes del show, él ora para que lo que él va a decir tenga una influencia positiva en alguien.

«Por supuesto, todos los artistas actúan para ser aplaudidos», dice Varro. «Pero en la actuación cristiana, cuando usted ve a alguien caminar más estrrechamente con Cristo por algo que usted ha dicho, eso es lo principal».

Mientras espera tras bambalinas, camina de un lado a otro, revisando sus bases.

Se detiene en una esquina con los dedos en la frente, y hace una oración corta. Finalmente, la cortina se abre y él avanza para saludar a la audiencia. Su dedo está que arde.

Pero es sólo ilusionismo.

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