14 de febrero, 2010 – Port-au-Prince, Haiti…[Libna Stevens/DIA]

Un mes después del destructivo terremoto que devastó Haití, los advenitstas del séptimo día se unieron al resto del país este fin de semana para llorar, ayunar y orar. Entre los más de 200,000 personas pérdidas durante el temblor, también muerieron más de 522 miembros de iglesia.

«Espero que este evento pueda ayudarnos a todos a entender que no tenemos seguridad de nada en nuestras propias vidas», dijo el pastor Marcel Mercier, capellán de la Universidad Adventista de Haití en Puerto Príncipe, durante un servicio especial de recordación. «Solamente confiando en el Señor podemos prepararnos para estar listos para su venida».

El servicio fue transmitido por la radio.

El servicio presentó lecturas de las Sagradas Escrituras, mensajes de ánimo, y una música especial por el Coro Terremoto, un pequeño conjunto del recinto universitario. El programa también incluyó testimonios de sobrevivientes de la violenta destrucción del terremoto.

«Me había levantado para orar ese día y salí para mi pequeño negocio», dijo una mujer de la Iglesia Adventista de Morija en Diquini mientras una niñita se apegaba a su pierna. «Fuí impresionada de irme temprano al hogar», siguió explicando que durante el terremoto, ella oró a Dios por su hija que estaba en el hogar. «Dios salvó mi vida y le agradezco por su benevolencia».

«Yo ni siquiera sé cómo caí sobre el piso», testificó un joven. «Recuerdo haber estado gritando, ¡Jesús, Jesús, sálvame por favor! cuando escuché el ruido de los edificios que se desplomaban. De allí en adelante le entregué mi vida entera a Dios a fin de que pueda servirle».

Docenas de niños del recinto universitario se alinearon y marcharon con globos verdes y blancos simpolizando esperanza y un mejor futuro. Tambien se escucharon mensajes de esperanza a través de centenares de iglesias adventistas en el país.

«Cada vez que se sienta triste, piense sobre la compasión de Dios hacia usted», dijo el anciano de iglesia David Antoine, cuando predicaba a un grupo de más de 600 personas que se congregaron en los predios del Auditorio Bíblico Adventista el sábado. «Algunos de ustedes perdieron miembros de su familia, algunos quedaron sólo con la vestimenta que llevaban, pero la vida es mejor que sus ropas o cosas materiales».

No solamente fue un tiempo de llanto por el miembro que murió en el templo en el Auditorio Bíblico y otros 17 miembros que fueron reportados muertos, también fue un día de celebración, repleto de lecturas de las Escrituras, música, oraciones y agradecimiento.

«Todavía estamos vivos y todavía tenemos que mantener la misión que Dios ha provisto para nosotros», dijo Antoine.

En la Iglesia Ebenezer, centenares se reunieron para adorar en el sábado especial. Unas pocas personas estaban dentro del edificio el cual evidenciaba quebraduras, pero la mayoría estaban fuera bajo las carpas colgantes azules.

«Tenemos unos 400 indivíduos que viven en nuestra propiedad», dijo el pastor Pierre Jean Louis Jean, que dirige la Iglesia Evenzer de 800 miembros. «Algunos están fuertes, otros están débiles, pero nosotros tratamos de animarles para que tengan esperanza en Dios porque el Señor está siempre con nosotros, aun con nuestros problemas. Él va ayudar a resolverlos».

Es evidente el gozo cuando los miembros adoran.

«Siempre estamos felices», dijo Louis Jean. «Somos felices en el sufrimiento, somos un pueblo de esperanza, áun si estamos adoloridos».

Image by ANN. Libna Stevens/DIA
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