Dos intérpretes del ministerio de sordos de Filipinas acuden a la sesión de la AG

Lychel Lee y Cheard Lyzz Gabuco creen en la inclusividad del evangelio, señalaron los dirigentes.

17 de junio de 2025 | Filipinas | Edward Rodríguez, División Asia-Pacífico Sur y Adventist Review

Para las hermanas Lychel Lee Gabuco y Cheard Lyzz Gabuco, este ministerio nunca ha pretendido ser el centro de atención. Tiene que ver más con hacerse presente —muy frecuentemente tras bambalinas, muchas veces en silencio— y construyendo un espacio en el que las personas con deficiencia auditiva puedan ver, sentir y experimentar el amor de Jesús.
Ahora, después de más de 15 años de servicio de tiempo completo en el ministerio en favor de sordos, las dos hermanas se dirigen a la Sesión 62° de la Asociación General (AG) como representantes del Ministerio Adventista de Posibilidades (APM, por sus siglas en inglés) y el Ministerio Adventista Internacional para Sordos -Filipinas. Para ellas, la ocasión es más que un evento. Es en realidad un hito dentro de una jornada definida por oración, perseverancia y propósito. “Nunca nos imaginamos ser parte de algo tan global”, afirmó Lychel Lee Gabuco. “La mayor parte de nuestro trabajo ocurre en pequeñas iglesias, comunidades locales y en espacios para sordos que la gente no siempre ve”.

Las hermanas han pasado años buscando a personas sordas en varias regiones de Filipinas, estableciendo ministerios en favor de los sordos en iglesias, entrenando a intérpretes voluntarios y capacitando a líderes en ese ministerio. Aunque el número de miembros con discapacidad auditiva es todavía pequeño, con aproximadamente 200 miembros y 20 intérpretes en todas las siete iglesias, su impacto continúa creciendo. “Es fácil sentirse atrás en comparación con otros”, dijo Lychel Lee Gabuco. “Pero Dios no cuenta el tamaño. Él mira la fe y la visión”.

La oportunidad de participar en la Sesión de la AG fue totalmente inesperada. Era dudoso solicitar una visa a los Estados Unidos por falta de una institución patrocinadora y un registro formal de empleo. Pero después de meses de oración, ambas fueron aprobadas, juntamente con su madre, que es adulto mayor y quien las ha apoyado a través de cada jornada misionera. Y a través de la generosidad de organizaciones de apoyo alineadas con la visión de APM, su viaje y alojamiento fueron totalmente cubiertos. “Ese tipo de provisión viene solamente de Dios”, dijo Lychel Lee Gabuco. “Vimos cada oración contestada como una confirmación de que Dios es quien nos está enviando; de manera que podamos crecer, aprender y dar a conocer lo que hemos experimentado”.

Su historia es más que una personal, explicaron los dirigentes de Iglesia regionales; es una vislumbre de lo que significa ser parte de una verdadera Iglesia mundial e inclusiva. “Su presencia en la sesión es señal de un cambio: de una iglesia que no solamente abre espacio, sino que invita a cada uno a dirigir, contribuir y ser visto”, dijeron.

Para los jóvenes que buscan un propósito, un llamado e identidad, la historia de Lychel Lee Gabuco y Cheard Lyzz Gabuco es un recordatorio de que la misión no se define por plataforma o prestigio, sino por fidelidad, añadieron los dirigentes.

“No estamos aquí porque seamos especiales”, dijo Lychel Lee Gabuco. “Estamos aquí porque Dios lo está. Y él desea que cada uno, con capacidad o discapacidad auditiva, sea parte de su misión”.

Ahora, mientras la iglesia mundial se reúne para adorar, planificar y soñar durante la Sesión de la AG, las hermanas llevan condigo no solamente las esperanzas de una pequeña comunidad en Filipinas, sino una visión de una Iglesia en donde nadie se queda fuera, dijeron los dirigentes regionales. “Ellas creen que ese es el corazón del evangelio y que tal evangelio se cumple solamente cuando cada uno puede ser visto”, dijeron.

Laversión original de esta noticia la publicó la División Asia-Pacífico Sur en su sitio de noticias.