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Trabajadora infantil de ADRA, Dragana Mitrovic, jugando con un bebé sirio. Imágenes proporcionadas por ADRA

4 de septiembre de 2015 | Silver Spring, Maryland, Estados Unidos | Andrew McChesney, editor de noticias, Adventist Review – Revista Adventista

Mientras Europa trata de resolver una crisis migratoria, la Agencia Adventista de Desarrollo y Recursos Asistenciales informó que estaba trabajando en horarios extra, atendiendo a las vulnerables familias en Serbia, uno de los principales puntos de entrada de refugiados que huyen hacia el continente.

ADRA ha formado equipo con las Naciones Unidas y otras tres entidades para abrir un centro de asilados e información que provee información confiable acerca de los derechos de los refugiados y otros recursos en Belgrado, la capital de Serbia.

“Un centro de esta clase es de vital importancia”, dijo Igor Mitrović, director de las oficinas de ADRA en Serbia, en una declaración enviada por e-mail. “Una gran cantidad de refugiados no desea solicitar estatus de asilados en Serbia, lo cual los coloca en una situación muy difícil”.

El caso es que muchos refugiados no están conscientes de que no pueden reclamar derechos y servicios y no pueden recibir asistencia médica si no quedan registrados ante las autoridades, añadió el director Mitrović.

Las Naciones Unidas estiman que aproximadamente 1,000 refugiados cruzan diariamente por Serbia, lo cual constituye un gran porcentaje del masivo número de emigrantes y personas en procura de asilo que han inundado Europa este verano con la esperanza de una vida mejor.

Una doctora de la clínica privada Ped Medica, auscultando a un niño sirio.

La avalancha de personas procedentes del Oriente Medio, África, y el sur de Asia, ha dejado a Europa dividida en cuanto a cómo lidiar con este problema. Las tensiones escalaron esta semana cuando centenares de desesperados emigrantes montaron protestas tanto en Francia como en Hungría y los cuerpos de otros emigrantes, incluyendo un niño pequeño, fueron arrastrados por las olas hasta una playa en Turquía.

La Iglesia Adventista del Séptimo Día en Europa ha hecho un llamado a la compasión en favor de los emigrantes, y a orar a favor de las autoridades que buscan la forma de enfrentar esta crisis.

“Somos hijos del mismo Padre”, dijo esta semana Mario Brito, presidente de la iglesia en la División Intereuropea. “Este es el momento de unirnos y de compartir el abundante amor de Dios por cada uno de nosotros”.

ADRA, el brazo humanitario de la Iglesia Adventista del Séptimo Día, ha trabajado con las agencias internacionales para suplir las necesidades físicas de los emigrantes. Ha distribuido 2,000 paquetes de alimentos y agua para beber entre los refugiados que entran por Zajecar, al Este de Serbia. Les ha provisto también artículos de higiene, pañales, fórmula para lactantes, zapatos y toallas sanitarias.

El nuevo centro de asilo e información en Belgrado, que abrió la semana pasada, funciona a través de ADRA, juntamente con el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para Refugiados, las autoridades del distrito de Savski Venac, en el Centro de Derechos Humanos de Belgrado y la organización no gubernamental de Klikaktiv.

En dicho centro, los refugiados pueden recibir información impresa en árabe, urdu, farsi, pastún, inglés y francés. Se cuenta con intérpretes que pueden contestar preguntas en cuanto a los procedimientos del asilo y otras cuestiones de la vida diaria y para ofrecer asistencia médica o sicológica. Hay también disponibles en forma gratuita, computadoras y servicio de Wi-Fi, a fin de que los refugiados puedan buscar información o ponerse en contacto con sus seres amados.
El centro podría enfrentar toda una avalancha de trabajo. El gobierno de Serbia estima que un número aproximado de 120,000 refugiados, mayormente en tránsito en su ruta hacia Hungría y más allá, estará presente en este país de Europa oriental en cualquier día determinado, a finales del 2015.

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