El dañado templo de la iglesia adventista de Landrill Point, en Isla Crooked, junto a la residencia pastoral anexa, después del paso del huracán Joaquín, que azotó la región sudeste de Bahamas entre el 1 y el 2 de octubre de 2015. Imagen de Alvarico Moss/ATCU

8 de octubre de 2015 | Nassau, Bahamas | John Garcia/DIA/AR

Un poderoso huracán dañó seriamente o destruyó al menos seis iglesias adventistas en las Bahamas, dijeron los líderes locales de la Iglesia Adventista, mientras procuran evaluar la destrucción y cerciorarse el estado de todos los miembros una semana después del desastre del Caribe. El huracán Joaquín inundó edificios y arrancó techos en medio de dos días de fuertes vientos de hasta 225 kilómetros por hora entre el 1 y el 2 de octubre pasados.

La devastación que dejó el huracán de categoría 4 ha hecho difícil alcanzar a las islas al sur de la capital, Nasau, y a algunas zonas solo se puede acceder por helicóptero.

El huracán Joaquín destruyó muchos hogares y edificios de Isla Crooked, en el sudeste de Bahamas. Imagen de Alvarico Moss/ATCU

No se sabe de que se haya producido alguna muerte en Bahamas, pero un barco de carga con 33 marineros desapareció a 58 kilómetros al noreste de Isla Crooked. Las autoridades dicen que al país le llevará meses recuperarse.

En Isla Crooked, el pastor adventista Howard Barr y su esposa Patronella vivían en una residencia anexa a la iglesia adventista de Landrill Point, donde trabajaba Barr. Cuando los vientos se intensificaron, ellos tuvieron que huir de su hogar.

«Dios es bueno, Dios es bueno», dijo Patronella Barr al describir la experiencia por la que pasaron.

Cuando el sonido de las aguas embravecidas, los vidrios rotos y las ramas de los árboles quebradas se hizo más fuerte y frecuente, el matrimonio se dio cuenta rápidamente que su hogar no podría soportar la tormenta, y fueron a refugiarse en la casa de unos vecinos. Más tarde, tuvieron que trepar hasta el altillo para escapar de la creciente de las aguas.

«Me dolía el cuerpo por estar sentada durante horas en ese altillo», dijo Barr. «Estaba orando para que el agua no llegara al cielo raso, porque de lo contrario si hubiéramos tenido que romper el techo, creo que todos habríamos perdido la vida».

El matrimonio fue rescatado horas después por otro vecino en un bote. Cuando Patronella Barr pudo ver el hogar y la iglesia destruidos allí afuera, todo lo que atinó a ser fue dar gracias a Dios por proteger sus vidas. Las aguas de la inundación llegaron a un metro y medio de altura.

Las olas llegaron e inundaron la Isla Crooked durante el huracán de categoría cuatro la semana pasada.

Rescatistas británicos evacuaron a Patronella Barr y a otros residentes a Nassau esta semana. El pastor Barr permaneció en el hogar del primer anciano de iglesia. Otros varios miembros de la comunidad también permanecieron en el hogar del anciano.

El pastor Barr estaba tratando de conocer el alcance de los daños en la cercana Isla Acklins, donde también es pastor de una iglesia de cincuenta miembros. Dijo que había escuchado de la devastación en Acklins, pero las comunicaciones directas con la isla habían sido interrumpidas, y las únicas personas que han logrado ver algo son las que pilotean aeronaves de rescate.

Los líderes de la iglesia de la Unión del Caribe Atlántico, que comprende las Bahamas, las Islas Caimán y las islas Turcas y Caicos, dijeron que la condición exacta de las seis iglesias adventistas afectadas no estaba clara, dado que algunas de ellas están ubicadas en zonas inaccesibles.

«Seguimos estableciendo contactos con los residentes del sudeste de Bahamas, y estamos destinando todos los recursos disponibles para asistir a los afectados», dijo Leonard Johnson, presidente de la Unión del Caribe Atlántico. «Damos gracias a Dios por las vidas que fueron salvadas, y como familia de la iglesia, estamos trabajando juntos para reconstruir y restaurar».

Casi trescientos miembros de iglesia viven en las zonas afectadas de Isla Crooked, Isla Long, Acklins, San Salvador e Isla Cat.

Dos iglesias adventistas de Isla Long, una tercera de San Salvador y una cuarta en Isla Cat también sufrieron tremendos daños, y muchos residentes locales han sido evacuados, dijo Paul Scavella, presidente de la Asociación del Sur de Bahamas. Scavella viajó con un equipo de administradores de la iglesia a las islas para evaluar los daños.

Artículos recolectados por la Asociación Sur de Bahamas para brindar ayuda y asistencia a los afectados por el huracán Joaquín. Imagen de John Garcia/ATCU

Scavella, que es el coordinador interino de ADRA en el sur de Bahamas, dijo que a Nassau estaba llegando ayuda humanitaria de parte de las iglesias y comunidades adventistas en el país, y que pronto sería enviada a las islas afectadas.

«La gente está donando fondos, artículos personales y alimentos, además de equipos de limpieza, y la asociación está organizando y ejecutando el envío de los artículos a las zonas afectadas», dijo Scavella.

Un grupo de voluntarios de la iglesia, organizado en un grupo llamado Voluntarios Adventistas de Bahamas, está movilizando voluntarios adicionales antes de salir para esas islas, contó.

«Dado que no hay muchos medios de transporte que se dirijan a esas islas, ADRA es más efectiva al enviar unos pocos voluntarios y artículos», dijo.

La iglesia ha adquirido cinco generadores de electricidad para los pastores de esas islas.

Traducción de Marcos Paseggi

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