12 de noviembre de 2015 | Bucaramanga, Colombia | Shirley Rueda/DIA
La Iglesia Adventista en el noreste de Colombia llevó a cabo un campamento de tres días para decenas de personas con discapacidades visuales cerca de la ciudad de Bucaramanga a comienzos del mes pasado. La actividad fue la primera de su tipo organizada por la región Colombiana del Norte y patrocinada por Servicios Cristianos de Grabación para los Ciegos (CRSB), una organización cristiana con sede en los Estados Unidos que atiende las necesidades de los cieglos y de los discapacitados visuales en muchos lugares del mundo.
El evento atrajo a cuarenta jóvenes y adultos, la mayoría de los cuales asiste a la Escuela Taller del gobierno en Bucaramanga, para participar en actividades físicas, sociales y espirituales en el Campamento El Bambú, de propiedad de la Iglesia Adventista. Los familiares y docentes también participaron de las actividades del fin de semana.
«Quisimos mostrarles que la iglesia está interesada en su bienestar», dijo el pastor Ezequiel Rueda, director de ministerios de necesidades especiales de la Iglesia Adventista en la región Colombiana del Norte y capellán del campamento al momento del evento. «Fue una experiencia excepcional ver el entusiasmo, la felicidad que tenían y cuánto disfrutaron de cada momento y actividad».
Cada día, en horario matutino y vespertino, el pastor Rueda habló a los participantes sobre la esperanza de ver venir a Jesús con sus propios ojos cuando él regrese a la tierra por segunda vez.
El domingo por la mañana, los campistas participaron de una caminata denominada «Eye Run», un evento anual de recaudación de fondos que organiza el ministerio patrocinador para apoyar programas gratuitos para personas con discapacidades visuales.
«Me he sentido tan bien aquí», dijo Esperanza Cedano. A ello le gustó de manera particular la manera en que los ministros explicaron la Biblia. Cedano, que tiene más de 40, dijo que perdió la vista hace solo unos años, como resultado de una situación muy estresante con su familia. «Mi deseo es que Dios pueda restaurar la luz en mis ojos para que pueda volver a ver».
Félix Villalba, un joven ciego de 17 años, dijo que el campamento fue un cambio muy bienvenido de las actividades de rutina de la semana. «Este ha sido un fin de semana sumamente interesante, porque hemos tenido un encuentro personal y más intenso con Dios», dijo Villalba. En el segundo día de las actividades del campamento, Villalba decidió bautizarse junto con otros dos asistentes.
Herman Gómez, gerente de la Escuela Taller, agradeció a la Iglesia Adventista por organizar el campamento para cuarenta de las noventa personas con discapacidades visuales que asisten cada día a clases.
«Durante el evento aquí, he visto que las discapacidades han quedado en un segundo plano y que se han destacado grandes valores y el potencial de avanzar», dijo Gómez.
Según el Departamento Administrativo de Estadísticas de Colombia, los individuos con discapacidades visuales representan el 43,5 por ciento de todos los casos de discapacidades en el país.
Es un elevado porcentaje por el cual la iglesia puede marcar una diferencia, dijo Rueda.
La actividad del campamento fue parte de una iniciativa inicial a largo plazo que buscó responder al desafío presentado por la Iglesia Adventista mundial y la División Interamericana, que llama a ministrar a los que tienen necesidades especiales tanto en la iglesia como en las comunidades, explicó Rueda.
La Iglesia Adventista ha estado participando en actividades con la escuela durante más de tres años gracias a una necesidad que vio Luz Marina Ardila, una miembro de iglesia, cuando descubrió que había ciegos en su comunidad. Sucedió que muchos de los discapacitados visuales que conoció estaban asistiendo a la Escuela Taller para Ciegos. Ardila se lo contó a su pastor local, que se lo notificó al pastor Rueda. Rueda entonces se puso en contacto con José Martínez, director de Desarrollo Hispano del ministerio CRSB, y juntos trabajaron para recolectar fondos para llevar a cabo el campamento.
Dorlay Tarazona, director de Ministerios de Necesidades Especiales en Bucaramanga, dijo sentirse muy feliz de participar en la organización del evento. «Creo que vienen mejores tiempos, y que esta es una iniciativa que fortalece y da alas a este ministerio», dijo Tarazona. Es el tipo de actividades que la iglesia necesita repetir todos los años, añadió.
Si desea ver una galería de fotografías del campamento para los discapacitados visuales en la región Colombiana del Norte, visite https://flic.kr/s/aHskifNcsW
Traducción de Marcos Paseggi