En San Martín neerlandesa, adventistas comparten esperanza durante abarcador programa comunitario
Una joven del grupo de mimos actúa durante la iniciativa “Sonríe, hay esperanza—No estás solo” en Philipsburg, San Martín neerlandesa, junto a la iglesia adventista Hispana New Bethany el pasado 13 de agosto de 2016. En la imagen se ve que los jóvenes tocan los redoblantes y caminan esparciendo sonrisas y bondad. Imágenes por cortesía de la Asociación Norteña del Caribe
24 de agosto de 2016 | Philipsburg, San Martín | DIA
Decenas de adventistas de una pequeña iglesia en la isla caribeña de San Martín salieron a las calles de Philipsburg para brindar sonrisas, compartir actos de bondad y ofrecer esperanza a los transeúntes y automovilistas hace algunos días. El programa comunitario es parte de un plan abarcador de evangelismo que busca alcanzar a más de 1500 personas.
La iniciativa se basa en compartir el mensaje del amor de Dios, dijo el pastor Marcos Salas, organizador del evento y líder de la iglesia adventista Hispana New Bethany, una congregación de 130 miembros.
El pastor Marcos Salas con jóvenes antes de su actuación como parte del programa comunitario en la ciudad. Imagen de la NCC
La feligresía de toda la iglesia estaba vestida de camisetas con el eslogan de la iniciativa, que fue “Sonríe, hay esperanza—No estás solo”, dijo Salas. Los miembros se dividieron en grupos pequeños para participar de toda una semana de actividades, lo que incluyó plantar árboles, oraciones, visitas al hospital, la Escuela Bíblica de Vacaciones, la ayuda a los necesitados, la oferta de charlas sobre nutrición y familia, actuaciones musicales y de mimos en las plazas principales, y los abrazos a los transeúntes.
“Nos sentimos orgullosos de nuestros jóvenes, que han salido a mostrar al mundo que son una generación diferente, lista para ayudar a los demás, llevando un mensaje de esperanza, compartiendo abrazos y sonrisas”, dijo Salas.
El pastor también explicó que la iniciativa se encuadra bajo la iniciativa “Señor, transfórmame” de Interamérica, que va junto con la “Participación Total de los Miembros” de la Iglesia Adventista, y que es parte de un emprendimiento más abarcador de evangelismo que ministra a las necesidades de las personas de la comunidad.
Los niños participan del programa de la Escuela Bíblica de Vacaciones, llevado a cabo durante la semana del proyecto comunitario. Imagen de la NCC
Salas es oriundo de Venezuela, y trabajó en la Unión Venezolana Oriental. Allí participó del programa social denominado “Cerca de ti, Venezuela—Sonríe, Dios cree en ti”, y vio la necesidad de una versión de esa iniciativa después de mudarse a la isla de San Martín neerlandesa en noviembre de 2015.
“Sabemos que las personas sienten soledad en su interior, y hemos estado trabajando para llegar a las personas que quieren recibir estudios bíblicos en los once grupos pequeños que hemos organizado en la iglesia”, explicó Salas. Este año, hasta el momento, unas 123 personas han estado estudiando la Biblia, y como resultado, se han unido a la iglesia 47 personas.
Este programa comunitario ha sobrepasado casi todos los objetivos, dijo Salas. Lo que es más, el programa “ofrece un espacio para todos los ministerios de la iglesia, en especial los niños y los jóvenes que, desde nuestro punto de vista, son los más poderosos, pero que a veces se ven frustrados en nuestra iglesia”.
El plan es seguir llegando a las comunidades con el programa “Sonríe, hay esperanza—No estás solo” una vez por trimestre, además de llevar a cabo un impacto más grande una vez al año. “Queremos invitar a que otras iglesias de la zona acompañen nuestra iniciativa, y establecer estrategias comunitarias adicionales en la isla”, añadió Salas. Ya se está planificando un impacto de salud para octubre próximo, así como otro programa para la época de Navidad.
La iglesia adventista Hispana New Bethany, en Philipsburg, es una de siete congregaciones adventistas en la isla de San Martín neerlandesa, y atiende las necesidades de la creciente comunidad hispana de la isla.
Royston Philbert colaboró con este artículo.
Traducción de Marcos Paseggi