25 de febrero de 2021 | Silver Spring, Maryland, Estados Unidos | Ted N.C. Wilson, President de la Asociación General de los Adventistas del Séptimo Día

“Palos y piedras romperán mis huesos, pero las palabras nunca me lastimarán”, dice una canción de cuna. Pero como todos sabemos, este pequeño dicho no es precisamente cierto. Las palabras pueden y duelen, a menudo durante mucho tiempo. Toma un momento para pensar en tu infancia: ¿cuántas veces te lastimó algo que alguien te dijo? ¿Y cuántas veces atacaste a los demás sin querer, porque solo querías defenderte?

A medida que maduramos, aprendemos que necesitamos que el Señor nos defienda. “No os venguéis” se nos dice en Romanos 12:19, “sino dejad lugar a la ira de Dios; porque escrito está: Mía es la venganza, yo pagaré, dice el Señor.” Las palabras son muy importantes. El libro de Proverbios está lleno de verdad práctica y sabiduría con respecto a muchos aspectos de la vida, incluida la sabiduría sobre las palabras. En Proverbios 12 leemos las siguientes gemas: “Hay hombres cuyas palabras son como golpes de espada; Mas la lengua de los sabios es medicina.” (vs. 18); “Los labios mentirosos son abominación a Jehová; Pero los que hacen verdad son su contentamiento.” (Vs. 22); ”El hombre cuerdo encubre su saber; Mas el corazón de los necios publica la necedad. (Vs. 22).

Los Proverbios no solo están llenos de sabiduría, sino que contienen muchas promesas, como: “La blanda respuesta quita la ira; Mas la palabra áspera hace subir el furor. (Pr. 15:1); “El que cubre la falta busca amistad; Mas el que la divulga, aparta al amigo.  (Pr. 17:9); y “El que ahorra sus palabras tiene sabiduría; De espíritu prudente es el hombre entendido.” (28) Aun el necio, cuando calla, es contado por sabio; El que cierra sus labios es entendido.” (Pr. 17:27,28).

En toda la Biblia, la sabiduría y la compasión van de la mano. Leemos en Obreros Evangélicos que “La religión de Jesús ablanda cuanto haya de duro y brusco en el genio, y suaviza lo tosco y violento de los modales. Hace amables las palabras y atrayente el porte. Aprendamos de Cristo a combinar un alto sentido de la pureza e integridad con una disposición alegre. Un cristiano bondadoso y cortés es el argumento más poderoso que se pueda presentar en favor del cristianismo. {OE 128.1}”

Amigos, hoy más que nunca, necesitamos Cristianos amables y corteses, ¡especialmente en el mundo de las redes sociales y otras formas instantáneas de comunicación pública! Es muy fácil responder de inmediato a algo que nos molesta en Twitter, Facebook, Instagram o algún otro canal. Pero el Señor nos pide que pasemos todo, cada pensamiento, cada palabra, cada Tweet, cada publicación, a través del filtro de Su sabiduría y gracia.

Pero el tacto y la gracia Cristianos no son solo para foros públicos: en realidad comienzan en el hogar. ¿Cómo le hablamos a nuestro cónyuge e hijos? ¿A padres, hermanos o hermanas? En el lugar de trabajo, ¿cómo respondemos cuando estamos bajo presión? En las reuniones, mensajes de texto, conversaciones telefónicas, correos electrónicos y otras formas de comunicación de Zoom, ¿estamos realmente usando el tacto cristiano en la forma en que respondemos a los demás?

Jesús es nuestro modelo. Leemos en el hermoso libro, El Deseado de Todas las Gentes: “Cristo mismo no suprimió una palabra de la verdad, sino que la dijo siempre con amor. Ejerció el mayor tacto y atención reflexiva… Nunca fué rudo ni dijo innecesariamente una palabra severa; nunca causó una pena a un alma sensible.” (DTG 319.1)

A medida que vemos que la profecía se cumple rápidamente, es muy importante que representemos a nuestro Señor públicamente y en privado, con la conducta correcta y con un espíritu dulce y humilde. Esto solo puede suceder cuando estamos en comunión diaria con Él, pidiendo que Su Espíritu more en nosotros para proporcionar el reavivamiento y la reforma que necesitamos hoy.

Al enfrentar los eventos finales de la historia de la tierra, que hablemos la verdad en tonos de convicción, pero siempre con tacto y gracia cristianos, todo a través del poder del Espíritu Santo que vive en nosotros.

Oremos juntos. Padre que estás en los cielos, gracias porque nos has dado la capacidad de usar palabras para crear pensamientos, pero Señor, sabemos que cuando se trata de controlar la lengua, es un asunto muy desafiante y por eso nos gustaría confiar nuestra mente, nuestra boca, nuestro hablar y nuestras palabras, en Tus manos.

Danos Tu Espíritu, danos Tu camino, ayúdanos a ser llenos de bondad y tacto, sabemos que eso solo es posible si estamos en conexión contigo y cuando el Espíritu Santo se apodera de nuestra conducta, así el Señor toma el control de nosotros. Úsanos de una manera poderosa. Que nuestras palabras motiven a otros, que seamos parte del ministerio de reconciliación uniendo a las personas a medida que llegamos al final de los tiempos, al retorno de Cristo.

Gracias por escucharnos y gracias por ayudarnos a hablar las palabras correctas, en el momento adecuado.

En el nombre de Jesús lo pedimos, amén…

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