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Daniel R. Jackson, presidente de la División Norteamericana, efectúa declaraciones durante la Cumbre sobre el futuro de la educación superior adventista, llevada a cabo del 9-12 de agosto de 2018 en Chicago, Illinois, Estados Unidos. Fotografía de Adventist Learning Community

En el marco de mayores restricciones financieras y la disminución de estudiantes en los colegios terciarios y universidades adventistas de Norteamérica, los administradores educativos y los líderes de la iglesia votaron por amplia mayoría formar una “alianza estratégica” para fortalecer en su totalidad el sistema educativo.

El voto del domingo, denominado “La declaración de Chicago”, se produjo después de cuatro días de presentaciones en la “Cumbre sobre el futuro de la educación superior adventista”, después de la Convención de Docentes de la División Norteamericana (NAD) en Chicago. La declaración expresa: “Compartimos un compromiso de modelar una alianza estratégica, que consiste en una coalición de los que lo deseen, con el objetivo de llevar a cabo en primer lugar una prueba piloto y luego una evaluación de la eficacia de un sistema futuro de educación superior. Nuestra intención es que esto resulte en un todo que sea más fuerte que la suma de sus partes”.

Después del voto, el presidente de la División Norteamericana Daniel R. Jackson expresó: “Cuando permitimos que el Espíritu de Dios se mueva en una habitación, es posible reunir la diversidad de pensamiento, de geografía, sexo y etnias; y cuando reunimos a todas esas personas y las sometemos al Espíritu del Señor, se puede salir con algo que augure un buen futuro”.

Los detalles de la colaboración serán acordados en los próximos meses. Se ha establecido un cronograma para que los rectores de los colegios terciarios y las universidades analicen la cuestión con sus diversas juntas y se espera que, para fines de este año, cada campus seleccione representantes que sirvan de enlaces entre las instituciones.

George R. Knight, profesor emérito del Seminario Teológico Adventista de la Universidad Andrews, se dirige a los más de doscientos rectores de colegios terciarios y universidades y líderes de la iglesia, durante la Cumbre sobre el futuro de la educación superior adventista. Fotografía de Adventist Learning Community

A medida que se llevan a cabo las discusiones, los líderes de la división han enfatizado la importancia de que cada campus mantenga sus identidades particulares bajo el control de las diversas uniones asociaciones y con el apoyo de exalumnos locales. Larry Blackmer, vicepresidente de la División Norteamericana para el área de educación, reafirmó ese compromiso. “Solo estamos votando que estamos de acuerdo en que nos necesitamos mutuamente. Y que estamos de acuerdo en que la independencia aún tiene que seguir allí de muchas maneras, y que tiene que verse atemperada por la colaboración”, dijo Blackmer.

Algunas áreas en discusión en las que podría ser más factible una centralización incluyen compartir sistemas de gestión administrativa, la consolidación de los recursos humanos y los servicios de promoción.

Blackmer destacó que la educación a distancia es un área que está lista para la colaboración. “En lugar de que Andrews tenga que contratar un profesor para enseñar a tres estudiantes, y que Walla Walla, [el Colegio Terciario] Union y [la Universidad] Southwestern [hagan lo propio], podemos contratar a un profesor para que enseñe esa asignatura obligatoria de baja matrícula y tener un aporte más amplio de los estudiantes en un curso más grande, lo que podría evitar que las demás universidades tengan que contratar a un docente. Estamos hablando de ese tipo de iniciativas de colaboración, que no afectan la independencia de ninguna de las instituciones”.

Una crisis de identidad

George R. Knight, profesor emérito del Seminario Teológico de Andrews, advirtió al grupo en su mensaje del sábado por la mañana que, si bien podría resultar tentador ir por el mismo camino de otras instituciones con vínculos históricos con una iglesia para competir con el mundo secularizado de la educación superior, es fundamental seguir siendo fieles a los principios de la educación adventista.

“La pérdida de la comprensión teológica particular de la denominación…es la amenaza más grande que enfrentan el adventismo y el sistema educacional en el siglo XXI”, expresó.

Knight también recordó a la audiencia de más de doscientas personas que un exrector de una institución educativa habló del tema de un sistema adventista unificado hace más de cien años. Al agradecer a Gordon Bietz, rector ya jubilado de la Universidad Southern y actual director asociado de Educación Superior de la División Norteamericana, por organizar la conferencia, Knight hizo reír a los presentes cuando comentó: “¡Todo lo que necesitamos es que Salomón nos diga cómo cortar el bebé!”

Tendencias

Según lo expresó un documento que se distribuyó de antemano, las discusiones están siendo impulsadas por una confluencia de factores críticos:

  • Población decreciente de las poblaciones estudiantiles en los colegios terciarios y universidades tradicionales
  • Disminución de la capacidad financiera de muchas familias adventistas que no pueden pagar una educación superior privada
  • Disminución de la disposición de endeudarse para financiar una educación privada
  • Aumentos extraordinarios en los costos que implica brindar una experiencia de educación superior durante los últimos 25 años
  • Creciente disponibilidad de modalidades competitivas y educacionales que ya no requieren un campus residencial (colegios terciarios comunitarios gratuitos, títulos en línea, programas basados en suscripciones)
  • Transformación del mercado laboral a una educación basada más en competencias
  • El cierre del Colegio Atlantic Union, y de muchos otros colegios y universidades pequeñas, principalmente debido a las exigencias financieras.

Varios presentadores e investigadores expusieron sobre estas tendencias, entre ellos, Andrea Luxton, rectora de la Universidad Andrews, quien destacó en su presentación que no era la primera vez que se analizaba la posibilidad de una colaboración. En 2009, ella estuvo al frente de un grupo que evaluó las amenazas a la educación superior, y se tomó una decisión de que las instituciones trabajaran más estrechamente juntas. Sin embargo, no hubo mucho progreso por diversas razones, incluida la necesidad que sintieron algunos de proteger “mi campus”, y la complejidad de la estructura organizacional.

En un panel de discusión, los líderes de la iglesia y las instituciones educativas de educación superior expresaron un profundo sentido de urgencia. “A menos que hagamos algo tangible y concreto, el sistema con el que muchos crecimos y tanto queremos quedará en la historia”, dijo Larry Moore, rector de la Unión Asociación del Sudoeste.

Los participantes de la conferencia, que incluyeron los rectores de las universidades y los presidentes de las uniones, los miembros de las juntas institucionales, los miembros de los consejos administrativos, los decanos y el personal docente, estuvieron de acuerdo en que era tiempo de una acción decisiva. De esas mesas de discusión, coordinadas por consultores de educación superior de Credo, se presentaron los siguientes objetivos claves para el éxito:

  • Hacer asequible la educación adventista, para que los estudiantes con familias que ganan menos de 50 mil dólares al año puedan estudiar en las instituciones adventistas
  • Apoyo docente: apoyo en todo el sistema por medio de un Centro de Docencia y Aprendizaje que se enfoque en la pedagogía, las modalidades […], como así también de los equipos disciplinarios y de investigación.
  • Una preparación significativa y mensurable de pasantías durante los estudios y el empleo después de la graduación, según las perspectivas y necesidades de la industria
  • Una plataforma en cada división para la Educación en Línea
  • Títulos a medida que se vean enriquecidos mediante microcredenciales, credenciales y un aprendizaje basado en las competencias.

Richard Hart, rector y gerente general de la Universidad de Loma Linda, destacó en su presentación que en los últimos cinco años, la matriculación de los trece colegios y universidades adventistas de Norteamérica se ha reducido de 26 a 24 mil. “La escritura está en la pared”, dijo sombríamente. “Estamos en ese punto de la historia en que tenemos que tomar algunas decisiones difíciles”.

Conclusión de la Cumbre de Educación from NAD Adventist on Vimeo.

¿Será diferente esta vez?

Más allá del sentido de urgencia del presente, hay una persona que puede dedicarse casi enteramente a este tema. Bietz está al frente de este renovado empuje.

Otro factor clave, según Blackmer: “Esta declaración fue escrita en realidad por rectores de instituciones, no por la División Norteamericana para ser entonces impuesta a los colegios terciarios y universidades. Esas instituciones, desde abajo, prepararon esto y lo llevaron al grupo. Creo que hay una diferencia”.

John Freedman, rector de la Unión Asociación del Pacífico Norte, le expresó con seriedad al grupo: “Mi padre decía que el mejor momento de plantar un roble es hace veinte años. El segundo mejor momento es hoy. No podemos seguir pateando el problema para adelante. Estamos todos juntos en esto. Esta es aún la iglesia [de Dios] y su forma divina de educación. Comencemos a movernos, y veremos adónde nos guía el Señor”.

Entre aquí para leer la Declaración de Chicago; , mire una declaración de Gordon Bietz. Adventist Learning Community compartirá un video adicional de la cumbre en una fecha posterior.

Debbie Michel es director asociado de comunicación de la Unión Asociación del Lago.

Traducción de Marcos Paseggi

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