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Iniciativa Mensajes de los Tres Ángeles está mostrando maneras de conectarse con residentes urbanos.

29 de agosto de 2022 | Ciudad de Nueva York, Estados Unidos | Sandra Dombrowski, para Adventist Mission

Dos terceras partes de la población mundial vivirán en centros urbanos para 2050, según proyecciones de las Naciones Unidas. En Europa Occidental, las Américas, Australia, Japón y gran parte de Oriente Medio, el ochenta por ciento o más de la población vive en la actualidad en zonas urbanas.*

La mayoría de las personas sobre la tierra vive en ciudades, y esa cifra está creciendo. Aunque la Iglesia Adventista del Séptimo Día todavía es mayormente una iglesia rural o suburbana con una presencia relativamente pequeña en las ciudades, está trabajando con el poder del Espíritu Santo para estar a la altura de las tendencias de población y alcanzar a las personas en los centros urbanos para Cristo.

En una respuesta a esta gran necesidad, la iniciativa Misión a las Ciudades de la iglesia mundial llevó a cabo el proyecto piloto Evangelismo en la Acera Mensajes de los Tres Ángeles en la ciudad de Nueva York, Estados Unidos. El objetivo es enviar a cien estudiantes de teología, estudiantes del seminario, futuros pastores y otros jóvenes como evangelistas en la acera en diversas partes del mundo, usando el método de Cristo de llevar los mensajes de los tres ángeles a las personas que viven en grandes centros urbanos. El evangelismo en la acera está diseñado para dar a los futuros líderes de la Iglesia Adventista una experiencia de inmersión total en la misión urbana que influirá sobre su perspectiva ministerial durante años.

Ángel Smith y Haram Kim, ambos estudiantes en el Seminario Teológico Adventista de la Universidad Andrews en Berrien Springs, Míchigan, participaron en el proyecto piloto de Evangelismo en la Acera. Aprendieron que no importa cuán grande sea el campo misionero, el método de Cristo orientado a las relaciones seguirá produciendo éxito. Esa experiencia aumentó sus habilidades desafió la fe de ellos y les abrió los ojos a nuevos métodos.

Smith fue colocada en el animado vecindario residencial de Queens. Como veterana colportora, decidió que la manera más rápida de hallar interesados en estudiar la Biblia era ir puerta a puerta. Después de todo, solo tenía un mes para hacerlo. Pero al final del día, Smith supo que algo estaba faltando.

Llamó a su mentor, Wayne Jamel, pidiéndole ayuda. Le pidió que evaluara sus dones y talentos, y entonces orara para saber qué quería Dios que ella hiciera. El entusiasmo de Smith es jugar al básquetbol y hacer ejercicio en el gimnasio, de manera que compró una membresía por un mes, oró pidiendo orientación y se dirigió al gimnasio para dialogar con otras personas. “Cambió realmente lo que yo tenía en mente como idea de practicar el ministerio”, dijo Smith. “¡Encontré a personas simplemente al hacer lo que me gusta!”

Smith se encontró con personas que jamás la habrían invitado si ella hubiera llamado a sus puertas. Mientras hacía ejercicio en el gimnasio, comenzó a dialogar con Tahmina. Decidieron hacer ejercicio juntas y pronto, también estaban compartiendo las comidas. Smith supo que Tahmina había crecido en un hogar donde no se discutían otras creencias que no fueran las suyas. Escuchó con simpatía las historias del pasado doloroso de Tahmina, y cultivaron una amistad de confianza. Debido a esa cómoda relación, Smith compartió libremente a Jesús y la verdad de la Biblia con Tahmina.

Kim fue enviado al Parque Bryant en Manhattan, un lugar público popular por donde pasan miles de personas todos los días. Él se considera tímido, y cuenta con escasa experiencia en la evangelización. ¿Cómo alcanzar a todas esas personas para Cristo?, se preguntó. Al igual que Smith, oró con fervor, y pronto comenzó a dialogar con los vendedores ambulantes y jugando al ping-pong con extraños. Dios también lo ayudó a tener algunos encuentros divinos. En cierta ocasión, alguien se le acercó y le dijo: “¡Me encanta el mensaje que tienes en la camiseta!” Mediante esos encuentros, Kim supo de los intereses y necesidades de esas personas y les ofreció estudios bíblicos. Si sentía que estaban interesados en hablar más, les ofrecía probar su cocina nativa.

“¡La comida coreana era mi arma secreta!” dijo Kim riéndose. Rápidamente aprendió que compartir los alimentos es una gran manera de formar amistades.

Fiel a su propósito, el proyecto de Evangelismo en la Acera enfocó a Smith y Kim como rayos de láser en la misión urbana. Smith regresó al seminario con ideas para su ministerio en el futuro, pensando profundamente cómo debería practicar la misión urbana. “Tal vez tendríamos que establecer en primer lugar centros de influencia, con clases de ejercicios y programas de aptitud física, clínicas de salud mental, cafés y restaurantes vegetarianos, en lugar de [comenzar con] iglesias”, contó. “Las iglesias vendrán después”.

La participación en el evangelismo en la acera cambió radicalmente la actitud de Kim hacia las ciudades. “Antes del evangelismo en la acera, pensaba que Dios no nos quería en las grandes ciudades debido a las influencias mundanales. ¿Pero cómo podría conocer a tantas personas, [ver] tanta diversidad, y [ser testigo] de las luchas de las personas con temas de salud, relaciones y cuestiones financieras, y no sentir el amor de Dios por las grandes ciudades?

La versión original de esta noticia fue publicada por Adventist Mission.

* División de Población de las Naciones Unidas, “World Urbanization Prospects 2018,” https://population.un.org/wup/Download/Files/WUP2018-F08-Total_Growth_Rate.xls.

Traducción de Marcos Paseggi

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