19 de enero del 2023 | Silver Spring, Maryland, Estados Unidos | Ted N.C. Wilson, President de la Asociación General de los Adventistas del Séptimo Día
¡Saludos amigos! Hoy continuamos nuestro viaje a través de ese maravilloso libro, El Conflicto de los Siglos, de Elena G. de White. Si aún no tiene una copia, le insto a que visite greatcontroversyproject.org donde puede descargar una copia gratuita.
Hoy estamos viendo algunos de los aspectos más destacados del capítulo 2, titulado «La fe de los mártires”.
Desde el principio, los seguidores de Cristo sufrieron humillaciones, sufrimientos y persecuciones. Buscando prepararlos, Jesús advirtió: «Si el mundo os aborrece, sabed que a mí me ha aborrecido antes que a vosotros. Si fuerais del mundo, el mundo amaría lo suyo; pero porque no sois del mundo… por eso el mundo os aborrece. Acordaos de la palabra que yo os he dicho: El siervo no es mayor que su señor. Si a mí me han perseguido, también a vosotros os perseguirán; si han guardado mi palabra, también guardarán la vuestra» (Juan 15:18-20).
Por un tiempo, los seguidores de Cristo experimentaron un sufrimiento terrible. Fueron despojados de sus posesiones y expulsados de sus hogares. Esto fue seguido por una severa persecución, que comenzó bajo Nerón en la época del martirio de Pablo, y continuó durante siglos
Leemos, «Los cristianos eran inculpados calumniosamente de los más espantosos crímenes y eran señalados como la causa de las mayores calamidades… Como eran objeto de los odios y sospechas del pueblo, no faltaban los delatores que por vil interés estaban listos para vender a los inocentes. Se los condenaba como rebeldes contra el imperio, enemigos de la religión y azotes de la sociedad. Muchos eran arrojados a las fieras o quemados vivos en los anfiteatros. Algunos eran crucificados; a otros los cubrían con pieles de animales salvajes y los echaban a la arena para ser despedazados por los perros. Estos suplicios constituían a menudo la principal diversión en las fiestas populares. Grandes muchedumbres solían reunirse para gozar de semejantes espectáculos y saludaban la agonía de los moribundos con risotadas y aplausos» (CS 38.2).
Sin embargo, a pesar de esta intensa persecución, el número de cristianos aumentó constantemente. «Pueden ‘matarnos, torturarnos, condenarnos'», escribió un cristiano primitivo a los gobernantes romanos. “Vuestra maldad es la prueba de nuestra inocencia… “Más somos cuanto derramáis más sangre; que la sangre de los cristianos es semilla” (Tertuliano, Apología, párr. 50. Citado por CS 39.3).
Como Satanás no estaba logrando eliminar a los seguidores de Cristo a través de una persecución brutal, intentó un enfoque diferente y más engañoso.. «Si podía engañar a los discípulos de Cristo e
inducirlos a ofender a Dios, decaerían su resistencia, su fuerza y su estabilidad y ellos mismos vendrían a ser presa fácil, escribió Elena de White. (CS 40.2).
”Cesó la persecución y la reemplazaron las peligrosas seducciones de la prosperidad temporal y del honor mundano. Los idólatras fueron inducidos a aceptar parte de la fe cristiana, al par que rechazaban otras verdades esenciales. Profesaban aceptar a Jesús como Hijo de Dios y creer en su muerte y en su resurrección, pero no eran convencidos de pecado ni sentían necesidad de arrepentirse o de cambiar su corazón. (CS 40.3).
Y así fue como llegó el compromiso a la Iglesia; y con el compromiso vino la corrupción. «La Biblia no fue aceptada como regla de fe. A la doctrina de la libertad religiosa se la llamó herejía, y sus sostenedores fueron aborrecidos y proscritos. » (CS, p. 42.2).
Sin embargo, Dios todavía tenía a aquellos que no se comprometían bajo ninguna circunstancia. Aunque ridiculizados y marginados por su fidelidad, estos primeros cristianos se mantuvieron firmes en las enseñanzas de Cristo y sus discípulos.
Al comentar sobre la importancia de la fidelidad en la actualidad, Elena de White escribe: “Bueno sería para la iglesia y para el mundo que los principios que aquellas almas vigorosas sostuvieron revivieran hoy en los corazones de los profesos hijos de Dios. Nótase hoy una alarmante indiferencia respecto de las doctrinas que son como las columnas de la fe cristiana. Está ganando más y más terreno la opinión de que, al fin y al cabo, dichas doctrinas no son de vital importancia. Semejante degeneración del pensamiento fortalece las manos de los agentes de Satanás, de modo que las falsas teorías y los fatales engaños que en otros tiempos eran rebatidos por los fieles que exponían la vida para resistirlos, encuentran ahora aceptación por parte de miles y miles que declaran ser discípulos de Cristo.» (CS 43.1).
Amigos, estamos viviendo tiempos serios. Nuestra única seguridad es edificar sobre la roca sólida de la Palabra de Dios. Cuán importante es pedir la guía del Espíritu Santo mientras estudiamos la Biblia, entendemos sus enseñanzas divinas, las aceptamos en nuestros corazones y luego compartimos estas grandes verdades con amor con un mundo necesitado.
Al concluir, permítanme nuevamente animarlos, si aún no lo han hecho, a descargar este maravilloso libro, El Conflicto de los Siglos,, en greatcontroversyproject.org [Insertar: greatcontroversyproject.org]. Estoy seguro de que serás bendecido. Oremos juntos.
Padre en el cielo. Te damos gracias porque a través de la persecución, a través del martirio, a través de grandes desafíos, has sostenido a tu pueblo. Les has dado la fuerza para salir adelante, incluso en los momentos más difíciles. Ayúdanos a mirar hacia el futuro para darnos cuenta de que como un Jesús perseguido, nos perseguirán como Sus seguidores, pero ayúdanos a nunca desanimarnos.
Ayúdanos a confiar completamente en el poder, la fuerza y la guía de la sala del trono del Cielo. Señor, bendice a los que estarán descargando El Conflicto de los Siglos. Bendice a medida que lean estos poderosos capítulos, a medida que entiendan la relevancia para ellos y para cada uno de nosotros hoy. Y al mirar hacia el futuro, estamos muy agradecidos de saber que Jesús viene pronto. Gracias por escucharnos, en el nombre de Cristo te lo pedimos, Amén.